?C¨®mo podemos hacer nuestras ciudades m¨¢s atractivas?
"Son solo los gobiernos, los encargados de crear ciudades m¨¢s bonitas para todos, no dej¨¢ndolas en manos de grandes inversionistas privados y el mercado libre"
?Por qu¨¦ nos gustan m¨¢s unas ciudades que otras? ?Por qu¨¦ la mayor¨ªa de las urbes antiguas nos agradan m¨¢s? Muchas son bonitas pero, ?por qu¨¦ s¨®lo unas pocas transmiten ese encanto especial?
Alain de Botton (1969), fil¨®sofo y escritor suizo, consideraba que el arte de hacer ciudades atractivas estaba en declive, constatando que desde 1905 no se hab¨ªa construido ninguna. Por esta raz¨®n, entre otras, fund¨® en 2008 La Escuela de la Vida (The School of Life), en Londres, un centro que pretende desarrollar una nueva visi¨®n educativa centrada en la inteligencia emocional a trav¨¦s de la cultura.
De Botton encontr¨® necesario establecer unos principios que explicaran el por qu¨¦ unas ciudades son m¨¢s bellas y apetecibles que otras. En forma de manifiesto elabor¨® seis, considerados la base para convertir las ciudades en lugares atractivos, tanto para quienes las residen como las visitan.
- Variedad y orden
Cada ciudad deber¨ªa tener un orden visual, un ritmo que establezca un cierto balance y simetr¨ªa en su arquitectura. Par¨ªs, a modo de ejemplo, se considera una ciudad mucho m¨¢s agradable (visualmente) que Dubai o Doha, ya que existe cierta armon¨ªa en todos sus elementos arquitect¨®nicos. De todos modos, De Botton especifica que un exceso de orden en la ciudad puede causar problemas urbanos, convirti¨¦ndose en estructura alien¨ªgena, tales como las ciudades amuralladas tipo Kowloon, donde pod¨ªan vivir una gran aglomeraci¨®n de personas en muy poca superficie.
Sin olvidar la complejidad, debe haber un equilibro tanto de orden y variedad est¨¦tica.
- Vida visible
Se valoran mucho m¨¢s los espacios p¨²blicos visibles, activos, llenos de actividad y vida urbana. Eso potencia calidez y da sentido de identidad y permanencia en las ciudades. De Botton lo ejemplifica con las obras de Canaletto, un ejemplo indispensable para entender este principio. Son necesarias calles llenas de vida, donde los habitantes puedan comunicarse a trav¨¦s de una mirada o un gesto, donde se potencie m¨¢s el contacto humano que el virtual.
- Compactaci¨®n
Vivir en ciudades compactas como Barcelona o ciudades extensas como Phoenix (Arizona) afecta el comportamiento urbano ya que en el caso de esta ¨²ltima, se consumen muchos m¨¢s recursos energ¨¦ticos tanto por su extensi¨®n como dispersi¨®n urbana.
Son muchos los que prefieren vivir alejados de los centros, generando nuevos suburbios de ¨¢reas ¨²nicamente residenciales conectadas a trav¨¦s de extensas v¨ªas interurbanas, dependiendo generalmente del transporte privado. En cambio, en ciudades como Barcelona existen espacios comunes, como plazas y parques, donde el sentido de pertenencia se hace visible y palpable, consider¨¢ndose ¨¦stos una extensi¨®n del espacio privado. La Piazza de Santa Maria de Trastevere, en Roma, tambi¨¦n puede considerarse como una extensi¨®n del espacio privado de las edificaciones que encierran la plaza.
- Orientaci¨®n y misterio
El fil¨®sofo considera que perderse por la ciudad, descubrir nuevas rutas y andar a la deriva, es algo necesario y atractivo que no necesariamente debe involucrar inseguridad (a lo desconocido). De Botton sugiere que el descubrir rincones urbanos, por calles estrechas y angostas, crea una atm¨®sfera de misterio agradable; por el contrario, la creaci¨®n de grandes avenidas y bulevares sugiere un cierto orden tambi¨¦n necesario. Por esta raz¨®n, considera que tiene que haber un equilibro dimensional viario, donde unas v¨ªas ofrezcan orientaci¨®n y otras misterio.
Este principio lo ejemplifica con la ciudad de Cartagena (Colombia) donde se puede apreciar, en cierta manera, la exposici¨®n de la vida p¨²blica de sus habitantes en las calles pero manteniendo la privacidad.
- Escala
A d¨ªa de hoy, muchas ciudades se est¨¢n asociando al tama?o de sus construcciones, llegando en ciertos casos a proporciones desmesuradas y sin sentido. Ciudades como Par¨ªs, Roma o ?msterdam han optado, sin embargo, por mantener reducida la escala de sus construcciones. De Botton considera deprimente que iconos de las ciudades de hoy ejemplifiquen grandes corporaciones y empresas privadas.
Considera que el l¨ªmite ideal para edificar son cinco pisos: densos, compactos y ajustados. Si se sobrepasa este l¨ªmite, el edificio tiene que ser algo especial, algo que la humanidad pueda amar y recordar. Por eso, el fil¨®sofo especifica que las grandes construcciones que han sido valoradas durante generaciones corresponden a aquellas que reflejan la sociedad en donde se han realizado.
- Local
Los elementos distintivos de las ciudades son fundamentales. Estas tienen que marcar la diferencia las unas de las otras a trav¨¦s, por ejemplo, de sus materiales y t¨¦cnicas constructivas.
Es bonito que cada ciudad tenga su estilo y un car¨¢cter ¨²nico con nuevas formas y variedades constructivas. As¨ª pues, hay ciudades caracterizadas por sus construcciones de piedra (Edimburgo), ladrillo (Londres), tierra cruda, adobe y barro (Santa Ana de Coro, Venezuela), bamb¨² (Makoko, Nigeria), etc. y otras que establecen prototipos replicables en cualquier parte del mundo (ya sea colocando un rascacielos similar en mitad del desierto, en mitad del oc¨¦ano, o en pleno centro financiero de una metr¨®polis). Es necesario encontrar un estilo adecuado al lugar donde se emplaza el edificio.
As¨ª, el fil¨®sofo aborda este principio centr¨¢ndose en dos ¨¢reas: la confusi¨®n intelectual en torno a la belleza y la falta de voluntad pol¨ªtica. En la primera, De Botton considera que la certeza de qu¨¦ y qu¨¦ no es bonito es un tema subjetivo que, aplicado a la ciudad, depende del estado sensitivo de cada persona en cada lugar. En tanto a la segunda, considera que son solo los gobiernos, los encargados de crear ciudades m¨¢s bonitas para todos, no dej¨¢ndolas en manos de grandes inversionistas privados y el mercado libre.
The School of Life resume los principios explicados anteriormente de una manera gr¨¢fica en este video.
?Cre¨¦is que De Botton acierta?
?Qu¨¦ ciudades encontr¨¢is atractivas y por qu¨¦?
?Coinciden con sus principios?
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