¡°A¨²n as¨ª¡± o ¡°aun as¨ª¡±

Todos los peri¨®dicos incurren cada d¨ªa en alg¨²n que otro fallo ortogr¨¢fico, y quiz¨¢s no haya manera humana de impedirlo. Unas veces sucede por despiste de un periodista, y otras por despiste de dos o tres (pues todo texto deber¨ªa ser supervisado).

Le o¨ª a Arsenio Escolar, director del gratuito 20 minutos, contar la respuesta que le dio el periodista Manolo Saco a Fernando L¨¢zaro Carreter en el consejo editorial del ya desaparecido El Sol, cuando el acad¨¦mico protestaba ante el responsable de edici¨®n por los fallos en ese diario: ¡°Don Fernando, las erratas son las ¨²ltimas que abandonan el barco¡±. En efecto: puede ocurrir que desaparezca una publicaci¨®n y que las erratas contin¨²en escondidas bajo sus mesas polvorientas, a la espera de asaltar a un nuevo incauto.

Pero hay maneras de reducir los desa?tinos. Una de ellas puede consistir simplemente en que los redactores m¨¢s despistados se fijen en la diferencia entre ¡°a¨²n as¨ª¡± y ¡°aun as¨ª¡±, casi con seguridad la mayor fuente de pifias ortogr¨¢ficas en la prensa.

Porque la f¨®rmula ¡°a¨²n as¨ª¡± (con tilde en la primera palabra) viene desplazando desde hace algunos a?os a la locuci¨®n ¡°aun as¨ª¡±, que casi siempre es la que corresponde.

Y si el escribiente no se aclara, ser¨¢ mejor que tire por la calle de en medio y, en la duda, quite la tilde: reducir¨¢ sus errores

Veamos un truco para recordar y distinguir. El adverbio ¡°a¨²n¡± (con acento ortogr¨¢fico) equivale a ¡°todav¨ªa¡± (con acento tambi¨¦n). Y el adverbio ¡°aun¡± (sin la tilde) equivale a ¡°incluso¡± (igualmente sin ella). Por tanto, aqu¨ª las tildes se excluyen y se arriman para facilitarnos la labor: ¡°aun¡± no necesita tilde si se sustituye por una palabra que tampoco la lleva (¡°incluso¡±). Y s¨ª precisa del acento ortogr¨¢fico si se puede sustituir por un vocablo que tambi¨¦n lo tiene (¡°todav¨ªa¡±). La locuci¨®n ¡°aun as¨ª¡± comparte adem¨¢s el valor concesivo de ¡°a pesar de¡±.

Otra pista para vadear el error: los dos t¨¦rminos de ¡°aun as¨ª¡± no se pueden intercambiar, pero cuando toque decir ¡°a¨²n as¨ª¡± podremos alterar el orden: ¡°as¨ª a¨²n¡±.

La oraci¨®n ¡°no te aprobar¨¦ aun si estudias dos meses¡± significa ¡°no te aprobar¨¦ incluso si estudias dos meses¡± (o ¡°a pesar de que estudies¡­¡±). Es decir: por mucho que te lo propongas no te voy a aprobar el curso de solfeo porque tienes un o¨ªdo deplorable. Mientras que ¡°no te aprobar¨¦ a¨²n si estudias dos meses¡± quiere decir ¡°no te aprobar¨¦ todav¨ªa si estudias dos meses¡±. Por tanto, en esta ocasi¨®n s¨ª te aprobar¨¦, porque tienes buen o¨ªdo, pero estudia m¨¢s, anda.

Y si el escribiente no se aclara con todo lo dicho, ser¨¢ mejor que tire por la calle de en medio y, en la duda, quite la tilde: reducir¨¢ sus errores, pues la alternativa ¡°a¨²n as¨ª¡± se emplea muy poco. Desde luego, eso no significa que est¨¦ en desuso. Podr¨ªa incluirse, por ejemplo, en esta frase: ¡°Ya han pasado 41 d¨ªas desde las elecciones, y seguimos a¨²n as¨ª: sin que se haya negociado nada¡±.

(Y aun as¨ª parecen todos tan tranquilos).