Los jipis que lanzaron el movimiento ecologista cabalgando sobre zodiacs
Un documental revisa el nacimiento de Greenpeace en un barco lleno de activistas antisistema
"?Sab¨¦is de qu¨¦ va todo esto? De montar un buen show". Si hay algo notable en el origen del movimiento ecologista moderno, y m¨¢s concretamente del sello Greenpeace, es su af¨¢n por causar impacto en los medios. Es de los primeros conceptos que asumieron y de las primeras ideas que calan al ver C¨®mo cambiar el mundo, un documental que narra el origen de esta organizaci¨®n y que a pesar del t¨ªtulo no es un relato edulcorado.?
"Salvar ballenas no es una historia, un grupo de gente jug¨¢ndose la vida para salvar una ballena s¨ª es una historia"
"Bob [Hunter, primer l¨ªder de Greenpeace] se dio cuenta de que hab¨ªa que crear una buena historia que tuviera impacto en millones de personas en todo el mundo", cuenta uno de los muchos ¡ª?todos?¡ª activistas originales que participan en el filme sobre el movimiento, surgido en 1971 en Vancouver (Canad¨¢) al intentar interrumpir en barco un ensayo nuclear de cinco megatones que tendr¨ªa lugar en Alaska por orden de Nixon.
El primer fracaso fue el primer ¨¦xito: no lograron ni acercarse, pero ser¨ªan recibidos como h¨¦roes en su regreso. Y adem¨¢s ya ten¨ªan nombre: en las reuniones, uno de los miembros siempre terminaba con un peace (paz en ingl¨¦s), hasta que otro compa?ero respondi¨®: "Let's make it a green peace" (que sea una paz verde). Hab¨ªa un sentimiento latiendo en la sociedad de la ¨¦poca que reclamaba un movimiento ecologista al mismo nivel que el de los derechos civiles o el de las mujeres, como muestra esta pel¨ªcula que funcion¨® muy bien en Sundance y que llega a las salas de Espa?a de la mano de El documental del mes y que tambi¨¦n podr¨¢ disfrutarse en Filmin.
El gur¨² del movimiento es periodista y sabe lo que necesita: sus compa?eros explican la percepci¨®n de sentirse actores de una pel¨ªcula cuyo gui¨®n ya est¨¢ escrito previamente por Hunter: "Salvar ballenas no es una historia, un grupo de gente jug¨¢ndose la vida para salvar una ballena s¨ª es una historia". As¨ª, interponiendo su lancha entre arponeros y cet¨¢ceos, lograron una de las im¨¢genes m¨¢s impactantes de la historia del ecologismo, que abri¨® los informativos en todo el mundo, que provoc¨® una moratoria internacional en la caza de ballenas y una sensibilidad hacia ellas que todav¨ªa hoy se conserva: "Pon tu cuerpo donde tengas la boca", dec¨ªan. Todav¨ªa hoy, su forma de jug¨¢rsela al cabalgar las olas sobre las zodiacs les sirve para evidenciar situaciones vergonzantes.
En las situaciones que enfrentan en el documental contaban con el idealismo y tambi¨¦n la raz¨®n de su parte, pero muchas veces la historia que se quiere construir no encaja (como le gustar¨ªa al activista) con el dato riguroso. La ciencia generalmente no se deja domesticar, no es fotog¨¦nica, y las conclusiones de los cient¨ªficos no permiten contar una historia redonda, sin esos matices que arruinan un mensaje claro, impactante o conmovedor. Es una desgracia habitual, y supone la frustraci¨®n diaria de los periodistas cient¨ªficos, que viven?¡ªvivimos¡ª de crear historias a partir de resultados cient¨ªficos. Greenpeace est¨¢ lejos de ser la mejor fuente para los datos cient¨ªficos, pero a pesar de errores garrafales siguen siendo de los mejores a la hora de colocar mensajes en la agenda de los medios y los pol¨ªticos.
"El eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil ¨¦ramos nosotros, la amenaza de que nuestros egos se interpusieran en nuestras metas"
En el germen de Greenpeace chocaron el paradigma del activista, Paul Watson, que fund¨® Sea Shepherd para poder seguir repartiendo estopa en los mares, con el cient¨ªfico que pretend¨ªa racionalizar la gesti¨®n de la organizaci¨®n, Patrick Moore, que parad¨®jicamente se ha convertido en el menos cient¨ªfico al abrazar la negaci¨®n del cambio clim¨¢tico. "El eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil ¨¦ramos nosotros, la amenaza de que nuestros egos se interpusieran en nuestras metas", resume Hunter en uno de sus textos, que funcionan de hilo conductor del documental que ha dirigido Jerry Rothwell.
Frente a la anterior afirmaci¨®n, esta otra: "Un peque?o grupo de individuos puede crear un gran impacto y puede hacerlo sin apenas recursos". Como casi siempre en los movimientos sociales, coinciden los protagonistas del filme, son las personas y sus l¨ªmites las que permiten logros asombrosos y descarrilamientos ¨¦picos. En aquel grupo germinal (casi todos hombres) no es dif¨ªcil dibujar personajes protot¨ªpicos: el activista puro, el pol¨ªtico, el idealista, el comunicador, el acad¨¦mico reconvertido, el estratega... Personalidades que se podr¨ªan identificar en la historia reciente de Greenpeace Espa?a, por acercar el relato, con el liderazgo de personas como Juantxo L¨®pez de Uralde, detenido en 2009 por irrumpir en la cena de gala de la cumbre del clima de Copenhague y hoy diputado; Miren Guti¨¦rrez, periodista que apenas dur¨® diez meses al frente de la organizaci¨®n tras discrepancias con la junta; o el que fuera eurodiputado Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce, que quer¨ªa politizar su actividad y poner el foco en lo humano.
"Me da asco comprobar que una revoluci¨®n no puede ir m¨¢s all¨¢ que su propia gente", lamenta Hunter, "tenemos que salvar el mundo a trav¨¦s de nuestro ejemplo moral, pero nos pasamos el d¨ªa tir¨¢ndonos los trastos a la cabeza y con choques de egos que convierten la resistencia en un psicodrama". Y mientras surgen las dudas sobre la verdadera esencia de esta organizaci¨®n, vemos la sangre de las ballenas ti?endo el mar, la sangre de las cr¨ªas de foca ti?endo el hielo, esa sangre que con la que tambi¨¦n ti?eron los telediarios, con la que impresionaron al mundo por primera vez y que todav¨ªa hoy impresiona. "El fin no era la organizaci¨®n sino la revoluci¨®n cultural", recuerda Watson.
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