Cerrar las fronteras, no. Acci¨®n inmediata, s¨ª
La cumbre informal de ministros de Justicia e Interior en ?msterdam fue toda una deshonra
Los l¨ªderes de los distintos Estados miembros de la Uni¨®n Europea parecen ser incapaces de controlar esta crisis de refugiados. La ¨²ltima cumbre informal de ministros de Justicia e Interior, celebrada en ?msterdam, fue toda una deshonra. Los 28 confirmaron que la reintroducci¨®n de los controles fronterizos es una medida que va a durar, por lo menos, dos a?os m¨¢s. Su soluci¨®n a los desaf¨ªos que esta crisis est¨¢ planteando es privar a m¨¢s de 500 millones de europeos de su libertad de movimiento, no solo dificultando el cruce de fronteras a los turistas y negocios, sino tambi¨¦n devaluando nuestra econom¨ªa y las libertades civiles que tanto ha costado conquistar. La ¨²ltima decisi¨®n de los l¨ªderes europeos es la prueba definitiva de su debilidad pol¨ªtica.
Cerrar las fronteras y otro tipo de t¨¢cticas disuasorias, como las cuotas nacionales o la confiscaci¨®n de joyas y objetos de valor, no van a disipar el deseo de los refugiados de huir de la guerra y la destrucci¨®n. Durante los primeros 21 d¨ªas de enero, 37.000 personas llegaron a Italia y Grecia, una cifra diez veces superior a la registrada durante el mismo periodo del a?o anterior. La p¨¦rdida de control es cada vez m¨¢s alarmante y la UE se encuentra en estado de emergencia. Por eso solo un plan europeo que salvaguarde nuestros logros y valores comunes, en lugar de renunciar a ellos, puede convertirse en la soluci¨®n al caos en el que estamos sumidos.
El primer pilar de este plan europeo pasa por asegurar una de las principales fronteras exteriores, la que se encuentra entre Grecia y Turqu¨ªa. Al menos 2.000 oficiales deber¨ªan ser enviados sobre el terreno para poder tomar las huellas y registrar a los refugiados. Ellos constituir¨ªan una fuerza de respuesta r¨¢pida que tambi¨¦n tendr¨ªan capacidad para decidir qu¨¦ refugiados deben seguir su camino hasta su nuevo destino en Europa y cu¨¢les deben volver a sus pa¨ªses de origen.
Al mismo tiempo, hay que mejorar las condiciones en las que viven los refugiados en los campos situados en Turqu¨ªa y Europa. En lugar de poner sobre la mesa varios millones de euros y cerrar un mal acuerdo con Erdogan, hay que invertir en ayuda econ¨®mica directa a los refugiados, mediante mecanismos que garanticen eficacia, equidad y transparencia para que los fondos se destinen directa y exclusivamente a costear sus necesidades b¨¢sicas.
Atrincherarse tras las fronteras nacionales da?a la econom¨ªa y la libertad de movimiento
Pero no solo hay que centrarse en responder a esta situaci¨®n de emergencia. Tambi¨¦n tenemos que ser capaces de aplicar soluciones a medio y largo plazo, combatiendo las razones por las que estos movimientos de poblaci¨®n se producen. La UE cuenta ahora con una Agencia europea para la gesti¨®n de la cooperaci¨®n operativa de las fronteras de la UE. Sin embargo, su tama?o y presupuesto son rid¨ªculos. Debemos transformar Frontex en un verdadero cuerpo de guardia fronteriza. La proposici¨®n de la Comisi¨®n est¨¢ lista, pero hay que acelerar el proceso de aprobaci¨®n en el Parlamento Europeo y en el ¨®rgano en el que se re¨²nen los Estados europeos, el Consejo. La pr¨®xima revisi¨®n del presupuesto europeo ser¨¢ el momento perfecto para incrementar de manera sustancial el presupuesto de Frontex. El cuerpo europeo de guardia fronteriza, costeado por los Estados miembros, no solo mantendr¨¢ nuestra Uni¨®n segura, sino que tambi¨¦n ser¨¢ la mejor garant¨ªa para asegurar a los refugiados una recepci¨®n ordenada y digna.
El establecimiento de este cuerpo europeo de guardia fronteriza requerir¨¢ un paquete nuevo de reglas para delimitar sus competencias y encuadrar un nuevo sistema de asilo. El reglamento de Dubl¨ªn no funciona y lejos de ordenar la manera en la que se procesan las solicitudes de asilo, ha supuesto una carrera en la que los Estados miembros compiten por ver cual resulta menos atractivo para los migrantes.
Huelga decir que el reglamento de Dubl¨ªn no resuelve la situaci¨®n ca¨®tica en la que nos encontramos, sino que convierte a los refugiados en pelotas que rebotan entre los diferentes pa¨ªses de la Uni¨®n. El Consejo Europeo ha de acordar un conjunto nuevo de normas de asilo que se apliquen de la misma manera en todos los pa¨ªses y que incluya un esquema obligatorio de cuotas para distribuir a los refugiados en los 28 Estados miembros. Al mismo tiempo, precisamos de un ¨²nico paquete de leyes migratorias para que los ciudadanos no europeos que quieran venir a la UE a trabajar puedan hacerlo irregularmente y no tengan que abusar del sistema de asilo. Una nueva tarjeta azul, similar a la existente en Am¨¦rica, les permitir¨ªa venir a Europa de manera segura y legal para formar parte de nuestro mercado laboral. Carece de sentido disponer de un mercado laboral ¨²nico y seguir recurriendo a 28 permisos nacionales de trabajo, con sus diferencias, ralentizando la movilidad laboral en lugar de promoverla.
Creemos igualmente imprescindible la implementaci¨®n de una estrategia de integraci¨®n con la participaci¨®n de las autoridades locales y regionales, pues la mayor parte de los servicios p¨²blicos se prestan a este nivel. Las comunidades locales son los lugares donde los refugiados desarrollan su vida. Cualquier intento de planificaci¨®n sin contar con esos niveles de gobernanza est¨¢ directamente abocado al fracaso.
Los europeos est¨¢n pidiendo, desesperadamente, medidas concretas y realistas para poder retomar el control. Hasta ahora, el cierre de fronteras y las respuestas antieuropeas han sido la t¨®nica dominante, apoyada por muchos gobiernos nacionales cuyos representantes parecen m¨¢s preocupados por las encuestas de opini¨®n que por el bien colectivo. Pero lo que los euroesc¨¦pticos no cuentan es que atrincherarnos detr¨¢s de las fronteras nacionales da?a la econom¨ªa, nuestra prosperidad y nuestra libertad de movimiento. Lo que realmente necesitamos son reformas proeuropeas que salvaguarden, protejan y aseguren los principales logros que la integraci¨®n europea ha conseguido.
Guy Verhofstadt es presidente del Grupo de Liberales y Dem¨®cratas en el Parlamento Europeo. Tambi¨¦n firman este art¨ªculo los eurodiputados espa?oles Beatriz Becerra Basterrechea,? Izaskun Bilbao Barandica, Enrique Calvet Chambon,Teresa Gim¨¦nez Barbat, Javier Nart y Maite Pagazaurtundua.
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