La estupidez humana
Que la estupidez humana es, o puede ser, infinita era algo conocido. Ahora es f¨¢cilmente constatable, ya que los est¨²pidos parecen tener una especial tendencia para servirse de eso que llaman nuevas tecnolog¨ªas para jactarse y alardear de sus haza?as. As¨ª hemos podido ver desde est¨²pidos subir al puente colgante m¨¢s alto hasta un descerebrado psic¨®pata lanz¨¢ndose en plancha sobre una piara de lechones causando la muerte de decenas de ellos. Lo ¨²ltimo es un torero poniendo en riesgo a un beb¨¦ que resulta ser su propia hija. Resulta dif¨ªcil imaginar un alarde mayor de estupidez.
Lo triste es que en todos los casos han sido medios de comunicaci¨®n serios, televisiones o peri¨®dicos los que lo han publicado, proporcionando a los est¨²pidos aquello que precisamente buscan: m¨¢s publicidad. ?No ser¨ªa mejor ignorarlos?¡ª Sebasti¨¢n Fern¨¢ndez Izquierdo.
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