Ciberactivismo en femenino
Ellas tambi¨¦n son parte importante, pero el precio de los servicios de telefon¨ªa es uno de los principales obst¨¢culos para el acceso de las mujeres a Internet. Las activistas creen que pueden aportar templanza a los debates sociales en las iniciativas de uso comprometido de las TIC
¡°Las mujeres son absolutamente indispensables para el ciberactivismo porque, al ser ciudadanas de pleno derecho, su ausencia ser¨ªa sin¨®nimo de injusticia en el seno de este movimiento¡±, reivindica Dieretou Diallo, una joven bloguera guineana. Es indiscutible. La presencia de mujeres en el entorno digital es menor que la de los hombres y esta desigualdad se proyecta al continente africano y al fen¨®meno del uso de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n (TIC) para la transformaci¨®n social. Pero surgen dos preguntas. Una: ?esta desigualdad tiende a reducirse? Y dos: ?El mundo del ciberactivismo en ?frica, es m¨¢s igualitario que otros ¨¢mbitos sociales (partiendo de la base de la desigualdad)?.
En este entorno se produce un fen¨®meno parad¨®jico. Ellas son menos y, sin embargo, la lista de blogueras, twitteras y ciberactivistas, en general, populares, respetadas y escuchadas es muy larga. No es nada extra?o que los referentes, en este ¨¢mbito, sean femeninos.
Un reciente estudio de la World Wide Web Foundation arroja luz sobre los detalles de los obst¨¢culos que las mujeres enfrentan para acceder a las TIC. Este informe se?ala que ciudades como Nairobi, Kampala o Maputo se cuentan entre las m¨¢s desiguales (en t¨¦rminos de presencia en internet) del planeta. Aseguran los datos, por ejemplo, que en Nairobi la brecha de g¨¦nero se sit¨²a en el 185% y en Kampala en el 190%. Los datos de este informe coinciden con los que ofrece el Informe sobre la medici¨®n de la sociedad de la informaci¨®n 2015, de la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones (ITU). Esta instituci¨®n asegura que la brecha entre hombres y mujeres en el acceso a internet es del 20,5% en el continente africano. Dos a?os antes, en 2013, esta diferencia era ligeramente mayor, del 20,7%.
El diagn¨®stico de la diferencia entre g¨¦neros, en estos y otros documentos, incluye adem¨¢s la certeza de que las TIC pueden ayudar a la independencia econ¨®mica de las mujeres y a un aumento de la participaci¨®n social. Lo dice el mismo informe de la ITU. As¨ª que una vez detectado el problema, se ha dado un primer paso para hacerle frente. En todo caso, estas instituciones internacionales van a remolque de lo que la realidad muestra a pie de calle. Las bases para reducir la desigualdad hace a?os que se est¨¢n poniendo y las iniciativas, muchas de ellas, surgidas de las propias usuarias se multiplican.
En Dakar, las puertas de Jjigu¨¨ne Tech Hub se abren preferiblemente para las mujeres, pero no s¨®lo para ellas. Es uno de los pocos espacios de innovaci¨®n impulsado y gestionado por mujeres y dirigido preferentemente a las necesidades femeninas. ¡°Un tech hub para las mujeres anima la emprendedur¨ªa a trav¨¦s del apoyo mutuo y la puesta en com¨²n de los trucos y las ideas¡±, explica Binta Coudy, una de las fundadoras del espacio, que recuerda que en ese esfuerzo no desprecian la colaboraci¨®n de los hombres.
Seg¨²n esta joven ingeniera senegalesa, el tech hub ¡°aspira a dar una voz a las mujeres que trabajan en las ingenier¨ªas, la tecnolog¨ªa o las matem¨¢ticas¡±. Jjigu¨¨n pretende en palabras de Binta Coudy ¡°mostrar que en estas disciplinas tambi¨¦n hay mujeres y apoyar a aquellas que quieren hacer carrera en estos ¨¢mbitos¡±. Asegura que cuando hay ¡°convocatorias para puestos t¨¦cnicos el porcentaje de mujeres es muy bajo o inexistente¡± y por eso intentan ¡°dirigir las informaciones ¨²tiles (ofertas de trabajo, oposiciones, subvenciones, formaci¨®n¡) hacia el colectivo femenino¡±. ¡°Teniendo un tech hub que responda a nuestras necesidades podemos ayudar mucho a las mujeres a entrar en estos sectores y a mostrar sus capacidades¡±, asegura esta emprendedora tecnol¨®gica.
El caso de Jjigu¨¨ne Tech Hub es raro, pero no exclusivo. En Johannesburgo, por ejemplo, el tech hub estadounidense Black Girls Code tiene una sede en la que los esfuerzos se orientan a familiarizar a las ni?as con el entorno digital. En Lagos, el W.TEC (Women¡¯s Technology Empowerment Centre) est¨¢ remando tambi¨¦n en la misma direcci¨®n. Estos espacios se encuentran con iniciativas globales de las organizaciones internacionales orientadas a facilitar el acercamiento de las mujeres a las tecnolog¨ªas y, por ejemplo, con algunos proyectos de fundaciones privadas como el WeTech, de la organizaci¨®n auspiciada por el ex presidente estadounidense Bill Clinton y su hija, que tambi¨¦n localiza una parte de sus trabajos en el continente africano.
Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de salvar la brecha del acceso a internet, de animar el uso de las TIC entre las mujeres y de dar visibilidad a sus capacidades en el sector tecnol¨®gico, el informe de la World Wide Web Foundation tambi¨¦n se fijaba en las diferencias que se hacen patentes, por ejemplo, a la hora de expresar opiniones a trav¨¦s de los medios sociales. Es decir, de utilizar estas herramientas como instrumento de participaci¨®n social y pol¨ªtica. O, por decirlo de otra manera y en sentido amplio, las diferencias entre la implicaci¨®n en el ciberactivismo de hombres y mujeres. Igualmente, en este ¨¢mbito, parece que al ciberactivismo le falta su lado femenino. Rosebell Kagumire, una reconocida bloguera ugandesa, explica este desequilibrio desde lo que se podr¨ªa considerar el machismo digital.
¡°Internet sigue siendo muy masculino, en muchos aspectos¡±, se?ala Kagumire. ¡°Las mujeres tienden a mantenerse al margen debido a la actitud de algunos hombres y de otras formas de violencia contra las mujeres. Si una mujer se significa o, simplemente, se expresa, hay muchas posibilidades de que sufra ataques sexistas. Y en general, eso las desanima a participar de esta manera¡±. Sin embargo, esta respetada y reputada bloguera destaca que la actitud hostil no ha desactivado las inquietudes femeninas. ¡°Hay mujeres que se lanzan y se enfrentan al sexismo y la violencia on line¡±, cuenta satisfecha y a?ade: ¡°Lo han hecho muchas y se han convertido en voces respetadas. Necesitamos m¨¢s activistas en Internet, todav¨ªa somos pocas para contrarrestar el sexismo. En mi pa¨ªs, m¨¢s del 60% de usuarios de Twitter son hombres, por ejemplo. Necesitamos m¨¢s activismo en l¨ªnea tratando de contrarrestar esta situaci¨®n¡±.
Y realmente, se observan algunos movimientos en la l¨ªnea que plantea Kagumire. En Costa de Marfil, una de las comunidades pioneras en el ciberactivismo de ?frica Occidental, las mujeres han asaltado la blogosfera. En diciembre de 2015, Edith Brou, tom¨® el relevo de Cyriac Gbogou, una aut¨¦ntica vaca sagrada del compromiso digital, al frente de la Association des blogueurs de C?te d¡¯Ivoire (ABCI). La vicepresidenta de la misma organizaci¨®n pas¨® a ser Coraline Yebou¨¦.
Por otro lado, dentro de la asociaci¨®n de blogueros de Guinea, Ablogui, se enmarca un colectivo de ¡°blogueras¡±, con personalidad propia, Blogueuses Guin¨¦ennes, liderado por una jovenc¨ªsima Dieretou Diallo, que considera importante tener un espacio propio para ¡°discutir sobre temas ligados especialmente a la causa femenina, en general, y a las necesidades de las guineanas, en particular, ya sea la mutilaci¨®n genital, el matrimonio precoz o forzado, o la escolarizaci¨®n de las ni?as¡±, seg¨²n explica.
Las amazonas de la blogosfera
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Ghislaine Atta (Abiy¨¢n, Costa de Marfil, 1984) dej¨® el mundo del blog hace tiempo, pero quedar¨¢ inmortalizada en los anales de la historia como una de las pioneras de la blogosfera marfile?a. Su nombre figura en esa ciberhistoria, en letras de molde, junto a los de otras mujeres como Nnenna Nkwanama o Edith Brou y de colegas del sexo opuesto, entre los que destacan Cyriac Gbogou, Jean-Patrick Ehouman o Bacely Yorobi. Periodista de formaci¨®n, mujer habituada a la innovaci¨®n y a hacer preguntas, Ghislaine comenz¨® su carrera como becaria en la revista Life para despu¨¦s recalar en la redacci¨®n virtual de Fraternit¨¦ Matin, el principal peri¨®dico del pa¨ªs. Es redactora web desde septiembre de 2009 y lleva un tiempo especializ¨¢ndose en el mundo del periodismo cient¨ªfico. Se reconoce parte de una minor¨ªa en el sector de los medios de comunicaci¨®n en Costa de Marfil: mujer, joven y con Internet a flor de piel.
A sus 22 a?os, esta estudiante de Econom¨ªa-Sociolog¨ªa y de Comunicaci¨®n, considera que bloguear es un mecanismo importante para las mujeres ¡°para expresarse, para denunciar y para demostrar que existen¡±. ¡°Gracias al ciberactivismo, las mujeres pueden llamar la atenci¨®n de todos sobre las desigualdades perpetuas a las que se enfrentan y utilizarlo como un arma para plantear acciones concretas. Porque no hay que olvidar que el ciberactivismo que es virtual por definici¨®n tiene que materializarse en algo sobre el terreno¡±, se?ala esta joven que ha sido responsable de comunicaci¨®n de la asociaci¨®n Ablogui y redactora jefa de la plataforma de vigilancia de las elecciones GuineeVote.com.
Las guineanas como Diallo no son una excepci¨®n. En Burkina Faso, algunas ciberactivistas tambi¨¦n han buscado reivindicar su protagonismo y lo han hecho a trav¨¦s de una plataforma con una orientaci¨®n de g¨¦nero pero perfectamente implantada dentro de la comunidad de ciberactivistas locales. Se trata de Mys¡¯TIC, que promueve actividades dirigidas a las f¨¦minas, pero dentro de ese colectivo de usuarios comprometidos en el que sus impulsoras tienen una posici¨®n muy reconocida. O, un caso muy similar es el de TechHer, una iniciativa que pretende convertirse en un referente para las geeks nigerianas y que, entre otras estrategias, pone mucho ¨¦nfasis en resaltar los ejemplos femeninos que nos encontramos en el sector tecnol¨®gico.
Seg¨²n Nnenna Nwakanma, responsable para ?frica de World Wide Web Foundation, los principales obst¨¢culos para el acceso de las mujeres a las TIC son la falta de conocimientos, el precio de los servicios y el nivel de educaci¨®n. Nwakanma se basa en los resultados del estudio realizado por su organizaci¨®n. Estas trabas son muy parecidas a las que plantea Dieretou Diallo haciendo referencia a un informe impulsado por el R¨¦seau de Femmes Parlamentaires de la Assembl¨¦e Parlamentaire de la Francophonie, que a?ade la falta de infraestructuras en materia de TIC.
Rosebell Kagumire se centra en el caso que mejor conoce, el de su pa¨ªs. ¡°En Uganda tenemos casi 20 millones de usuarios de tel¨¦fonos m¨®viles¡±, se?ala Kagumire, ¡°pero en muchos casos, los hombres controlan el acceso a esos tel¨¦fonos porque tienen el poder econ¨®mico¡±. As¨ª, la independencia econ¨®mica est¨¢ directamente relacionada con el acceso a las TIC y ¨¦sta con el hecho de poder sacarles todo el partido, desde la participaci¨®n social y pol¨ªtica hasta la actividad econ¨®mica. ¡°A medida que m¨¢s mujeres tienen independencia econ¨®mica, vemos que muchas m¨¢s tienen acceso a internet. Hemos visto agricultoras que utilizan aplicaciones para comercializar sus productos y tambi¨¦n que cada vez hay m¨¢s estudiantes en sectores inform¨¢ticos¡±, a?ade Kagumire.
Porque los prejuicios, los roles sociales, tambi¨¦n son un obst¨¢culo considerable a la presencia de las mujeres africanas en las redes, algo que, por otro lado, ocurre tambi¨¦n en muchas otras regiones del mundo. ?se es uno de los ¨¢mbitos en los que trabajan las impulsoras de Jigu¨¨ne Tech Hub. La formaci¨®n, la desmitificaci¨®n de las TIC y el acercamiento a los sectores femeninos son un primer paso, y, sobre todo, cuando se destinan a las ni?as en edad temprana. ¡°Pienso que se deber¨ªa democratizar el acceso a las nuevas tecnolog¨ªas, pero tambi¨¦n animar a las j¨®venes desde el colegio a dirigirse hacia los sectores de la tecnolog¨ªa. A menudo tienden a ir hacia trabajos o actividades m¨¢s asistenciales que a los de ciencias y tecnolog¨ªas¡±, se?ala Diallo. ¡°Hay que mostrarles que una chica puede ser igual de habilidosa en estos ¨¢mbitos que un chico. Porque, a menudo, se menosprecian las capacidades de las chicas mientras se sobrevaloran las de los chicos. Consecuencia: ellas pierden la confianza¡±, se queja la joven guineana. ¡°Tenemos que romper el mito de que la tecnolog¨ªa es algo complejo que s¨®lo est¨¢ al alcance de los hombres¡±, apunta Kagumire. La realidad ayuda a desmentir esta ficci¨®n.
A partir de las opiniones de estas activistas, da la impresi¨®n de que se trata de un proceso que s¨®lo necesita un desencadenante. Rosebell Kagumire asegura: ¡°Si una mujer tiene confianza y conoce bien el derecho que tiene a la libertad de expresi¨®n, va a ir al entorno digital a ejercerla igual que lo hace en su comunidad¡±. ¡°No hay soluciones m¨¢gicas¡±, dice la senegalesa Binta Coudy, ¡°pero, a partir de nuestras actividades, estamos seguras de que las mujeres quieren y tienen ganas de acceder al mundo de las TIC desde el momento en el que se lo presentamos¡±.
Todas estas mujeres, modelos del sector tecnol¨®gico, est¨¢n de acuerdo en que la presencia de las mujeres en las redes es necesaria como miembros activos de la sociedad. Nnenna Nwakanma considera que las mujeres "pueden aportar contenidos que sirvan a otras mujeres de una manera que los hombre no pueden hacer, pero en materia de ciberactivismo estamos hablando de derechos humanos, y en eso no hay gran diferencia entre hombres y mujeres". La bloguera ugandesa es m¨¢s directa: ¡°Las mujeres se est¨¢n implicando en iniciativas on line de asuntos p¨²blicos. Las mujeres son parte de la sociedad y su contribuci¨®n es importante para la igualdad y para cualquier tipo de progreso¡±.
Dieretou Diallo es la m¨¢s joven de estas activistas, pero aporta el argumento m¨¢s concreto: ¡°En nuestras sociedades, las mujeres siempre han tenido un papel de facilitadoras y pueden continuar aportando este car¨¢cter calmado, pueden atemperar los debates a favor del inter¨¦s general, para que los mensajes lleguen m¨¢s y no se transformen en di¨¢logos de sordos¡±. Como se?ala la propia Diallo: ¡°Las TIC est¨¢n facilitando la transici¨®n social en ?frica y en muchos pa¨ªses el ciberactivismo ha modificado los c¨®digos de comportamiento pol¨ªtico. En la medida en la que las mujeres, cuyo papel tambi¨¦n se est¨¢ modificando, se integren en estos procesos obtendremos una combinaci¨®n suficientemente potente para cambiar las tendencias del pasado e instaurar nuevos paradigmas sociales, beneficiosos para el desarrollo econ¨®mico y m¨¢s respetuosos con los derechos humanos¡±.
'Techies', 'geeks' y otras mujeres africanas
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Las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y de la comunicaci¨®n (TIC) conforman un sector que contribuye a entre un 6 y un 8 % del PIB de pa¨ªses como Costa de Marfil (cifras gubernamentales) y en el que, seg¨²n algunas estimaciones algo imprecisas, las mujeres est¨¢n presentes en apenas un 15 % de los empleos. Se trata de un sector en expansi¨®n, con su propio ministerio en muchos pa¨ªses africanos y que supone una de las apuestas fuertes de los empresarios y las sociedades civiles del continente.
Tambi¨¦n de sus gobiernos, aunque no se atajen males como los constantes cortes de corriente el¨¦ctrica, las tarifas abusivas y las malas conexiones. No en vano, el ministro de las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n de Costa de Marfil, Bruno Kon¨¦, afirm¨® recientemente que "las TIC van a convertirse en un catalizador del empleo en los pa¨ªses africanos y particularmente en Costa de Marfil''.
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