El pr¨ªncipe Jorge aumenta la fama del m¨¦todo Montessori
La demanda de interesados en estas escuelas ha subido un 65% en Inglaterra
No es una exageraci¨®n decir que Jorge de Cambridge marca tendencia desde el momento en que naci¨®. De la toquilla que le envolv¨ªa a las pocas horas de vida hasta el peto de la marca espa?ola Neck and Neck, cualquiera de las prendas que lleva se vende hasta agotarse. Existen webs que documentan la ropa que viste y la edici¨®n brit¨¢nica de la revista GQ le incluy¨® en su lista de mejor vestidos. Solo tiene dos a?os y medio pero parece que sigue la tradici¨®n dandy?de los Windsor, manifiesta en su abuelo Carlos pero ausente en la generaci¨®n de su padre Guillermo, m¨¢s anodino en el vestir.
Su influencia no se limita a la moda. Jorge ha empezado a ir a la guarder¨ªa Westsacre Montessori pr¨®xima a Anmer Hall, la mansi¨®n de sus padres en el condado de Norfolk. La difusi¨®n de esta noticia provoc¨® que las solicitudes para escuelas primarias de este tipo se dispararan en todo el pa¨ªs.
Seg¨²n el Instituto Maria Montessori de Londres, desde que se anunci¨® que el pr¨ªncipe asistir¨ªa a un colegio Montesorri, se ha registrado un aumento de la demanda del 65%.
El inter¨¦s ha llegado hasta Espa?a. Ana Juli¨¢, de la Asociaci¨®n Montessori espa?ola, confirma que tanto la noticia como las recientes publicaciones cient¨ªficas que recalcan la importancia de la educaci¨®n temprana han reforzado el inter¨¦s por el m¨¦todo, con las consiguientes listas de espera: ¡°Hay pocos colegios Montessori en Espa?a, y son centros que tienen buena acogida. A menudo, las familias no encuentran centros en sus zonas¡±, asegura Juli¨¢.
Con esta decisi¨®n sobre la educaci¨®n de su hijo, Guillermo confirma que la figura de su madre, Lady Di, sigue presente en su vida. Tanto ¨¦l como su hermano Enrique fueron educados seg¨²n este m¨¦todo pedag¨®gico a instancias de Diana de Gales, que antes de casarse trabaj¨® en una de las guarder¨ªas Montessori de la capital brit¨¢nica.
Los or¨ªgenes
El m¨¦todo fue desarrollado a principios del siglo XX por Maria Montessori, una de las primeras mujeres m¨¦dico de Italia. Fund¨® su sistema bas¨¢ndose en la idea de que los m¨¢s peque?os aprenden de manera natural si se les permite seguir sus instintos. El fin es ayudarles a pensar, actuar y decidir por s¨ª mismos. Los profesores formados seg¨²n esta pedagog¨ªa promueven el juego como m¨¦todo de aprendizaje. Uno de los detalles que m¨¢s sorprende al entrar en una instituci¨®n Montessori es el silencio que reina en las clases, algo que no casa con un espacio repleto de ni?os. Los profesores mantienen que se respira m¨¢s tranquilidad si se les permite elegir con libertad la actividad que m¨¢s les interesa.
En su escuela, el pr¨ªncipe Jorge aprender¨¢ a ser independiente, respetar a los dem¨¢s y concentrarse en cualquier situaci¨®n, lo que le servir¨¢ en los largos viajes que le esperan. Algunos de los alumnos Montessori m¨¢s famosos son el novelista Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Jackie Kennedy, el due?o de Amazon, Jeff Bezos, y los fundadores de Google Sergey Brin y Larry Page.
Al m¨¦todo no le faltan las cr¨ªticas. Es com¨²n que se reproche su car¨¢cter elitista. Las plazas son reducidas, lo que provoca la competencia entre los padres. En Gran Breta?a, las escuelas Montessori cierran durante largos per¨ªodos de vacaciones, lo que obliga a los padres trabajadores a tomarse d¨ªas libres o a desembolsar dinero extra en ni?eras. Todo contribuye a que estas instituciones no suelan reflejar la diversidad de la sociedad. Otros observan que en las clases apenas hay juguetes y no se promueve el juego imaginativo. Maria Montessori lo justificaba alegando que los ni?os prefieren lo real a la fantas¨ªa. Una dosis de realidad sin duda necesaria en la educaci¨®n de un principito.
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