Negociaci¨®n abierta

Los dirigentes de los principales partidos insisten en moverse entre dos aguas. Por una parte, celebran contactos para constituir un Ejecutivo a partir de los datos arrojados por las urnas del 20-D; y por otra, no pierden de vista la posible repetici¨®n de las elecciones, lo cual les fuerza a una campa?a permanente sin decirlo. Se est¨¢n gestionando a la vez los pactos y las hipot¨¦ticas elecciones, como si los dirigentes no estuvieran convencidos de la necesidad de ahorrar a este pa¨ªs una larga interinidad.

Despu¨¦s de que Mariano Rajoy tomara la importante decisi¨®n de no someterse a la investidura sugerida por el Rey, Pedro S¨¢nchez se ha puesto a la tarea de armar una combinaci¨®n de fuerzas. La difusi¨®n del documento con el que lo intenta pretende mantener la iniciativa y sostener una din¨¢mica negociadora, de modo que las conversaciones con Ciudadanos y otras fuerzas pol¨ªticas se centren en el terreno de los contenidos y no tanto en las personas o en las cuotas de poder. Debe quedar claro que hace falta abrir un espacio de acuerdo para la gobernanza.

La propuesta socialista ha sido calificada de ¡°vuelta al zapaterismo m¨¢s radical¡± por el portavoz del Partido Popular. Otros sectores se?alan la cortedad de la reforma constitucional propuesta. El documento se abre con la tajante afirmaci¨®n de un modelo de econom¨ªa digital como palanca del crecimiento y contin¨²a con medidas de rectificaci¨®n de la legislaci¨®n laboral y de reforma fiscal; promete un plan de choque para reducir el paro a la mitad en cuatro a?os y habla de atajar la ¡°emergencia social¡± ¡ªterminolog¨ªa muy pr¨®xima a la de Podemos¡ª. Circulan por el documento una negociaci¨®n con Bruselas sobre el d¨¦ficit p¨²blico y una serie de pactos por la educaci¨®n, la ciencia y la cultura, adem¨¢s de muchos de los temas preferidos de Ciudadanos: regeneraci¨®n democr¨¢tica, reforma electoral o lucha contra la corrupci¨®n.

Tiempo habr¨¢ de analizarlo en detalle. No es nada improbable que las ideas lanzadas ahora al debate p¨²blico sean las de un pacto posterior a la repetici¨®n de las elecciones generales. Para que ese aplazamiento no se produzca, la ¨²nica alternativa del equipo negociador del PSOE es la de pactar ahora la abstenci¨®n de alguna de las dos minor¨ªas parlamentarias m¨¢s importantes, PP o Podemos, que se niegan a apoyarle.

No es probable que el partido de Pablo Iglesias entre en una negociaci¨®n de contenidos, porque su alternativa est¨¢ clara: u obtiene el poder de inmediato ¡ªde ah¨ª su insistencia en el Gobierno de coalici¨®n¡ª, o buscar¨¢ una nueva oportunidad electoral. Y en cuanto a socialistas y populares, es hora de administrar el mensaje de las urnas sin tantos condicionamientos por la posici¨®n de Rajoy o por la creencia de que S¨¢nchez solo se sostendr¨¢ en el PSOE en caso de lograr la investidura. Todav¨ªa no se han convencido de que la salida es y ser¨¢ un pacto pol¨ªtico, y de ah¨ª los forcejeos que contin¨²an produci¨¦ndose.

En todo caso, la iniciativa socialista da pie al debate sobre las pol¨ªticas que necesita este pa¨ªs. Por descontado que solo ser¨¢ posible un pacto cuando haya suficientes participantes dispuestos a ceder. Sin ese requisito no habr¨¢ forma de desatascar un bloqueo perjudicial para todos los espa?oles, y mucho m¨¢s en medio de fuertes temores a una nueva recesi¨®n global.