Telema: Cuando la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo se levant¨®

Telema fue la chispa en torno a la que j¨®venes con perfiles muy diferentes se reunieron para avivar la llama. La hoguera arroj¨® luz sobre la posibilidad de utilizar los medios digitales para protestar y construir un futuro democr¨¢tico y participativo, tambi¨¦n en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Despu¨¦s, las ascuas de esta movilizaci¨®n se han utilizado para encender las antorchas de reivindicaciones diversas y concretas, pero incluso estos colectivos reconocen que Telema abri¨® el camino.

En enero de 2015, el presidente congol¨¦s Joseph Kabila inici¨® los movimientos de reforma de la ley electoral para prolongar en el tiempo su hegemon¨ªa. La reacci¨®n de la poblaci¨®n fue mucho m¨¢s airada de lo previsto. Organizaciones de la sociedad civil, opositores y estudiantes se encontraron en la calle y las manifestaciones adquirieron dimensiones desconocidas durante los 14 a?os de gobierno de Kabila. Durante d¨ªas, la capital se paraliz¨® por las movilizaciones ciudadanas que primero exigieron la retirada de las reformas y acabaron pidiendo la marcha del presidente.

En paralelo, las redes sociales se empezaron a hacer eco de esta ola reivindicativa con un hashtag que tuvo la capacidad de aglutinar todas estas sensibilidades: #Telema, que significa levantarse en lingala. Igual que en las calles, en los medios sociales, la ola tambi¨¦n fue creciendo. La represi¨®n de las protestas desplaz¨® a muchos ciudadanos disconformes a la contestaci¨®n digital. Cuando la se?al de internet comenz¨® a sufrir algunas sospechosas interferencias, tuitear se convirti¨® en un acto ¨¦pico y dio a los usuarios la sensaci¨®n de estar molestando al poder.

En un primer momento fue s¨®lo una canal. Periodistas independientes, algunos entusiastas de las Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y Comunicaci¨®n (TIC) y miembros de organizaciones de la sociedad civil intentaban dar una nueva dimensi¨®n a sus inquietudes.

En el subconsciente de todos esos usuarios se impon¨ªa el recuerdo de los hechos de Burkina, donde bajo el hashtag #Lwili se dio apoyo en las redes a las protestas populares que acabaron con el poder de Blaise Compaor¨¦.

Cuando las manifestaciones se extendieron a otras ciudades del pa¨ªs, #Telema se convirti¨® en el cord¨®n umbilical que un¨ªa a los que reivindicaban, por ejemplo, en Kinshasa y en Goma, la capital de la regi¨®n del Kivu Norte, donde la sociedad civil es tambi¨¦n muy activa. Twitter estaba superando uno de los problemas del pa¨ªs: la desconexi¨®n entre las ciudades separadas por las distancias de un territorio de enormes dimensiones y con unas infraestructuras muy limitadas.

As¨ª fue c¨®mo un hashtag fue capaz de unificar las inquietudes de colectivos descontentos en todo el pa¨ªs y se convirti¨® en un s¨ªmbolo de las protestas. A partir de esta experiencia unificadora surgieron otros movimientos m¨¢s locales como Filimbi, en Kinshasa, y otros intensificaron sus actividades en las redes como el caso de Lucha, un movimiento de Goma. Telema fue el ejemplo, para algunos secores de la sociedad civil congolesa, de que la tranformaci¨®n pasaba por la reivindicaci¨®n en las calles acompa?ada de una movilizaci¨®n en el entorno digital.