¡®Zikosis¡¯
El zika es una de esas enfermedades que traspasan la barrera del sonido
La otra epidemia ya est¨¢ aqu¨ª. Basta con echar un vistazo al gr¨¢fico para comprobar la rapidez con que se expande. La imagen resultante es casi una foto: la frecuencia de b¨²squeda del t¨¦rmino zika en Google, la curva del miedo.
El zika probablemente sea un microbio antiguo. Sabemos muy poco sobre ¨¦l. Se descubri¨® en Uganda en 1947 y ha tardado todo este tiempo en preocuparnos. Desde que en 2014 se diese a conocer el primer caso del brote actual en la isla de Pascua hasta el d¨ªa de hoy, el virus ha colonizado Am¨¦rica Latina propag¨¢ndose, en palabras de la directora general de la OMS, Margaret Chan, ¡°de manera explosiva¡±. La OMS, que ya hab¨ªa anunciado unas previsiones de tres millones de casos para la epidemia actual, declaraba recientemente la situaci¨®n de ¡°emergencia global¡±. Hace unos d¨ªas trascendi¨® el primer caso de zika en una mujer embarazada residente en Espa?a, quien al parecer lo contrajo durante un viaje a Colombia.
Por si con todo ello no bastase, la posibilidad de que el virus pueda producir microcefalia y s¨ªndrome de Guillain-Barr¨¦ resulta tan siniestra que parece apta para una pel¨ªcula de terror. De manera que, con todos esos mimbres, parece haberse desatado definitivamente la zikosis. Eso es al menos lo que sugieren las estad¨ªsticas de Google para Espa?a, donde las b¨²squedas relacionadas con el virus han alcanzado estos d¨ªas la cota m¨¢xima de 100 sobre 100. Esa es tambi¨¦n la sensaci¨®n que tenemos en el departamento de comunicaci¨®n del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), donde hemos ido atendiendo numerosas solicitudes de medios de comunicaci¨®n en busca de informaci¨®n fiable al respecto.
Aunque sin duda, de todos los indicios de zikosis, los m¨¢s preocupantes se dan cuando el simple hecho de haber estado en un pa¨ªs afectado convierte a la persona en sospechosa. Estos d¨ªas estamos empezando a ver casos de personas en perfecto estado de salud a las que, pese a no presentar s¨ªntoma alguno, se les impide acudir a su puesto de trabajo simplemente por haber viajado a Latinoam¨¦rica de manera reciente.
Es verdad que esta epidemia es nueva y que vamos aprendiendo de ella a medida que podemos analizar nuevos datos. Pero tambi¨¦n lo es que no partimos de un desconocimiento absoluto: sabemos, por ejemplo, que durante los dos ¨²ltimos a?os en Catalu?a se registraron 117 casos de chikungu?a, otro virus que tambi¨¦n puede ser transmitido por el mosquito tigre y que tambi¨¦n caus¨® una gran epidemia en Am¨¦rica Latina. A pesar de nuestros temores, todos los casos registrados hasta la fecha han sido importados. En Espa?a no se ha descrito ni un solo caso de transmisi¨®n de chikungu?a (ni tampoco de dengue), por lo que no parece que su introducci¨®n en nuestro medio sea f¨¢cil. Por supuesto que quedan pendientes asignaturas importantes, como descubrir cu¨¢l es el papel de la transmisi¨®n sexual en la epidemia del virus del Zika, o si existen otras v¨ªas de transmisi¨®n no descritas hasta el momento. Pero tambi¨¦n es nuestro deber como ciudadanos aplicar el sentido com¨²n, usar la informaci¨®n disponible y evitar la estigmatizaci¨®n innecesaria de otras personas solo por proceder de pa¨ªses donde existen determinadas enfermedades.
Lo ¨²nico obvio hasta el momento es que el zika se ha convertido en una de esas enfermedades que traspasan la barrera del sonido. En un viaje supers¨®nico que las lleva del m¨¢s absoluto de los olvidos a los titulares de los medios de comunicaci¨®n m¨¢s importantes del planeta, contribuyen a que entendamos a base de golpes qu¨¦ es la salud global. En la infograf¨ªa que acompa?a a este texto, tal y como se explica en este otro art¨ªculo, aparecen otras nueve enfermedades que ya han roto esa barrera del sonido o que, seg¨²n la OMS, podr¨ªan llegar a hacerlo en un futuro cercano. Si hay algo que se puede hacer contra ellas, no es dejarse llevar por el miedo, sino asegurarnos de que existen mecanismos de salud p¨²blica y soluciones cient¨ªficas adecuados para hacerles frente. Y, sobre todo, no esperar hasta la siguiente emergencia global para exigirlo.
Jos¨¦ Mu?oz es investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y m¨¦dico especialista en Medicina Tropical del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona.
Pau Rubio es responsable de comunicaci¨®n online en el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
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