El bautizo de los elementos
¡®Lemmium¡¯ o ¡®godzilium¡¯ son algunos de los nombres propuestos para las nuevas incorporaciones a la tabla peri¨®dica
Tard¨ªo, escondido, extra?o o rayo. Suenan a apodos de superh¨¦roes pero, en realidad, corresponden a las traducciones de los t¨¦rminos griegos que bautizan los gases nobles ¨Cllamados as¨ª porque no se mezclan (casi) con nadie¨C. Arg¨®n, del griego argos, kripton (kryptos), xen¨®n (xenos) o rad¨®n (en este caso, del lat¨ªn radius). A?adan ahora a esta lista al reci¨¦n llegado, ununoctium, el elemento m¨¢s pesado, que hace el 118 de la tabla peri¨®dica. Es uno de los cuatro nuevos elementos que recientemente se han sintetizado y que han enriquecido la tabla. Junto al 118 se han incorporado el 113, 115 y 117, ununtrium, ununpentium, ununseptium, bautizos de gancho nulo, lo que no resta m¨¦rito a sus descubridores. El 113 fue descubierto por cient¨ªficos del Instituto Riken en Jap¨®n; el resto, por equipos desperdigados entre Rusia y Estados Unidos.
Los hallazgos son de un calado enorme. Tomemos el ununoctium: cada vez que se logra sintetizarlo, el premio son dos o tres ¨¢tomos que desaparecen en menos de un milisegundo. Suficiente para alcanzar la gloria cient¨ªfica. ¡°Estos elementos pesados tienen existencia fugaz: una fracci¨®n de segundo o, como mucho, segundos o decenas de ellos, en los casos m¨¢s afortunados¡±, explica Ernesto Carmona, catedr¨¢tico de Qu¨ªmica Inorg¨¢nica de la Universidad de Sevilla y acad¨¦mico de la Real Academia de Ciencias Exactas, F¨ªsicas y Naturales.
La tabla peri¨®dica moderna est¨¢ basada en la que propuso el qu¨ªmico ruso Mendel¨¦iev en 1869. Organiza los elementos en columnas y filas. Las columnas agrupan a los elementos que tienen propiedades parecidas. En la columna 1, los metales alcalinos (salvo el hidr¨®geno), en la 2 los alcalinot¨¦rreos, columnas de 3 a 11 los metales de transici¨®n, etc¨¦tera. Las filas los ordenan por su n¨²mero at¨®mico, es decir, el n¨²mero de protones que tienen los ¨¢tomos en el n¨²cleo. As¨ª, el hidr¨®geno, con su ¨²nico prot¨®n, aparece en la fila 1 en primer lugar. El ununoctium, con 118 protones, se encuentra en la ¨²ltima columna (18) ocupando adem¨¢s el ¨²ltimo puesto de la ¨²ltima fila (7), como el elemento m¨¢s pesado del universo conocido. Si recorremos con la vista la tabla, de izquierda a derecha, y fila por fila, descubrimos que las propiedades de los elementos se van repitiendo de forma peri¨®dica, explica Carmona. ¡°Con esta clasificaci¨®n, Mendel¨¦iev supo predecir la existencia de elementos qu¨ªmicos entonces desconocidos, como el escandio (44), el galio (68) o el germanio (72)¡±.
Y ?qui¨¦n elige los nombres? Normalmente el honor corresponde a los cient¨ªficos descubridores, asegura este experto. El elemento 106 se llama seaborgium (seaborgio) en honor de Glenn T. Seaborg. El wolframio fue descubierto por dos hermanos riojanos, Juan Jos¨¦ y Fausto de Elh¨²yar, quienes propusieron el nombre al aislarlo de la wolframita. El bautizo definitivo corresponde a la IUPAC (International Union of Pure and Applied Chemistry) y el proceso suele tardar. Mientras tanto, se han organizado concursos online para recoger sugerencias para bautizar los nuevos elementos. Los lectores del diario The New York Times han propuesto nombres de toda clase y condici¨®n: adamantium ¨Cen referencia al material irrompible de las garras de Lobezno¨C trumpium ¨Cimaginen a qui¨¦n se refiere el nombrecito¨C o godzilium. Lemmium, en homenaje a Lemmy, el cantante de Mot?rhead fallecido recientemente, obtuvo 145.000 firmas en Change.org. Carmona, por su parte, sugiere bartlettium para el 118 en honor de Neil Bartlett, el brit¨¢nico que en 1962 logr¨® los primeros compuestos de los gases nobles, demostrando que no son completamente inertes y que, aunque con extraordinaria dificultad, pueden mezclarse. En los pr¨®ximos a?os, anticipa este experto, habr¨¢ muchos m¨¢s descubrimientos. Y m¨¢s bautizos.
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