Shonda Rhimes, contadora de historias
Pocos la reconocen en p¨²blico pero son millones los espectadores que siguen sus series en todo el mundo. Es la creadora, entre otras, de ¡®Anatom¨ªa de Grey¡¯ y ¡®Scandal¡¯
Shonda Rhimes es de las que no puede estar quieta. Tres series, un libro, tres hijos. Todo a la vez. Nada le parece imposible. De haber viajado en el Titanic hubiera sido la primera en remangarse y achicar agua. ¡°Est¨¦ segura de que no soy de las que espera a que alguien lo arregle¡±, confiesa entre confiada y retrechera una de las figuras m¨¢s poderosas de Hollywood. Su arma no es solo hacerlo todo. Es hacerlo bien. Rhimes es el cerebro detr¨¢s de Anatom¨ªa de Grey y de Scandal y la productora ejecutiva de C¨®mo defender a un asesino, tres de los mayores ¨¦xitos de la televisi¨®n generalista estadounidense en un momento de cambio en el que todos los showrunners de moda buscan el ¨¦xito en otras plataformas emergentes. La reina del jueves la llaman, porque en EE UU ese d¨ªa es Shondaland Day, una velada televisiva de m¨¢xima audiencia reservada a las producciones de su compa?¨ªa. Noche a la que en marzo, a?adir¨¢ una nueva producci¨®n de su cantera, The Catch, serie a¨²n por estrenar pero ya vendida para emitir en 186 pa¨ªses.
La reina del placer culpable
Esa serie a la que est¨¢s enganchado en secreto. La que nunca reconocer¨ªas en p¨²blico que ves pero cuya cita no te saltas ni una semana. Los placeres culpables son parte de la vida seri¨¦fila, y Shonda Rhimes es toda una maestra en ese campo. Dio en la diana con Anatom¨ªa de Grey, que arranc¨® en 2005 y todav¨ªa parece tener cuerda para rato a pesar de estar en su 12? temporada. Despu¨¦s lleg¨® una serie derivada de esta, Sin cita previa (2007-2013) y, en 2012, Scandal. Su estilo inconfundible lo ha trasladado a su productora, Shondaland, y a los t¨ªtulos que han salido de ella. C¨®mo defender a un asesino acaba de estrenar en Espa?a su segunda temporada, y en breve arrancar¨¢ en Estados Unidos The Catch. El imperio de Shonda Rhimes no hace m¨¢s que extenderse. Pero, ?qu¨¦ tienen sus series para crear adicci¨®n? Lideradas por personajes femeninos fuertes, sus ficciones triunfan entre las mujeres, un p¨²blico muy fiel televisivamente hablando. Meredith Grey y Olivia Pope son profesionales m¨¢s que solventes en su trabajo, pero con conflictos emocionales importantes. Los vaivenes sentimentales de sus personajes son parte fundamental de unas tramas que hacen part¨ªcipes a los espectadores de esa monta?a rusa emocional. Pero si hay algo que marca la diferencia en la reina del placer culpable son los repentinos giros de sus guiones, esos que te dejan con la mand¨ªbula desencajada, los que nadie ve venir o, si alguien lo ha hecho, pensaba que no se atrever¨ªan a llevar la historia por ese lado. Pero s¨ª, Shonda s¨ª. Y cuidado, que si quiere hacer limpieza en el reparto, siempre puede sacarse de la manga un tiroteo o un accidente de avi¨®n para eliminar a varios personajes de un plumazo. Las muertes que pillan por sorpresa al espectador ya son un cl¨¢sico de Anatom¨ªa de Grey, costumbre que lleg¨® a su punto ¨¢lgido en la temporada pasada con la desaparici¨®n de uno de los protagonistas. Cuidado: Shonda tiene la f¨®rmula del placer culpable y sabe c¨®mo usarla. Natalia Marcos
El ¨¦xito no solo la acompa?a en la peque?a pantalla. La guionista y productora, que se describe como introvertida y poco dada a hablar de s¨ª misma, se coloc¨® en la lista de los libros m¨¢s vendidos de USA Today con el primero que public¨® en noviembre, Year of Yes, una autobiograf¨ªa donde relata sus 365 d¨ªas diciendo s¨ª. Una experiencia que le horrorizaba. Tanto la de decir que s¨ª como la de escribir sobre ella misma. Precisamente por ese temor, la escritora, nacida en Chicago (EE UU) hace 46 a?os, se puso manos a la obra. Le gustan los retos. Un a?o lleno de afirmaciones que le dio la seguridad para decir adi¨®s a lo que sent¨ªa como un lastre: un exceso de peso que no le permit¨ªa abrocharse con normalidad el cintur¨®n de seguridad en un avi¨®n. Perdi¨® m¨¢s de 50 kilos con fuerza de voluntad, dieta y ejercicio. De nuevo, es de las que cuando dice algo, lo hace.
Y, adem¨¢s de todo esto, es mujer y negra. T¨¦rminos con los que no le gusta que la definan. Aunque por razones obvias es lo primero que muchos ven en ella, Rhimes a?ora el d¨ªa que eso ni se mencione. ¡°?Acaso alguien habla de Vince Gilligan como el gran var¨®n blanco de la televisi¨®n?¡±, advierte al EL PA?S en referencia a uno de los showrunners m¨¢s populares de esta d¨¦cada, el autor de Breaking Bad. Rhimes dispara, pero nunca por la espalda. Es consciente de su posici¨®n, de su g¨¦nero, de su raza, de la sociedad en la que vive. Por eso le gusta hablar a las claras. Es de las pocas personas que, pese a esa timidez que dice tener, es capaz de subirse al escenario de la pasada entrega de los premios del Sindicato de Productores y aceptar el galard¨®n de honor Norman Lear ¡ªese que lleva el nombre de uno de sus h¨¦roes de la televisi¨®n¡ª sin tapujos o falsa modestia. ¡°Voy a ser completamente sincera, me lo merezco por completo¡±, dijo. M¨¢s que un ataque de egolatr¨ªa, su discurso fue una llamada de atenci¨®n. En un momento en el que la industria de Hollywood se ve sacudida m¨¢s que nunca con una flagrante falta de diversidad, Rhimes cont¨® que el premio se lo daban por ser ella, mujer y negra, y que por lo tanto se lo merec¨ªa por completo. ¡°Lo que me entristece un poco es que escribir sobre mujeres fuertes y crear personajes negros que sean tridimensionales es algo que Norman Lear hac¨ªa hace 40 a?os. ?C¨®mo hemos vuelto a este punto?¡±, solt¨® a sus anfitriones, los mismos que la idolatran como pionera.
Rhimes escribe del mundo en el que vive. En ella hay un poco de Meredith y de Cristina, quiz¨¢ porque son los primeros personajes que escribi¨® para Anatom¨ªa de Grey, su primera gran serie y su primer ¨¦xito. Tambi¨¦n hay un mucho de Olivia Pope, la protagonista que cre¨® para Scandal inspirada en Judy Smith, asesora de prensa durante el mandato de George Bush padre. ¡°Escribo de lo que me interesa. Mis series muestran el mundo que me rodea, sobre todo las relaciones humanas aunque el tono en ocasiones sea m¨¢s exagerado, como pasa con Scandal, que no parece tan cercano. Pero siguen siendo realidades que me interesan¡±, asegura.
Realidades compuestas por mujeres fuertes que, recuerda, existen. Se ha criado entre ellas. Su madre se gradu¨® en la universidad a la vez que cuidaba de ella y de sus cinco hermanos. La novelista y premio Nobel Toni Morrison fue su inspiraci¨®n para dedicarse a escribir en lugar de hacer carrera en la publicidad. Otra mujer marc¨® su vida: la productora Debra Martin Chase le dio su primera oportunidad contrat¨¢ndola primero como becaria y luego, como guionista de Princesa por sorpresa 2 (2004). ¡°No vivo en una burbuja. Tampoco soy una antrop¨®loga. Vivo en un mundo donde las mujeres trabajan duro¡±, explica como si necesitara justificar la dinamo que mueve personajes como los de Meredith Grey, Cristina Yang, Olivia Pope, Annalise Keating o su pr¨®ximo fichaje , Alice Vaughan, la protagonista de The Catch , otra mujer fuerte que interpretar¨¢ Mireille Enos.
Est¨¢ claro que Rhimes no vive en una burbuja, aunque su cuenta de Twitter tenga 1,13 millones de seguidores, y sumando, y sus series alcancen unos ¨ªndices de audiencia capaces de justificar los 183.000 euros que ha llegado a costar un anuncio de 30 segundos durante uno de sus episodios. Entre sus seguidores declarados est¨¢n desde Michelle Obama, primera dama de EE UU, a Oprah Winfrey o Lena Dunham. Tambi¨¦n tiene a su favor a la cr¨ªtica. Consigui¨® romper barreras hist¨®ricas con la candidatura al Emmy de Kerry Washington por Scandal , la primera actriz negra en casi dos d¨¦cadas que aspir¨® a este galard¨®n televisivo como mejor int¨¦rprete; o con la victoria este a?o de Viola Davis gracias a C¨®mo defender a un asesino , el primer Emmy concedido a una interprete negra como mejor actriz. ¡°Lo que m¨¢s me enorgullece es que he dado pie a esta conversaci¨®n, pero me sentir¨¦ mucho mejor el d¨ªa que no hablemos m¨¢s de ello¡±, zanja. Rhimes tambi¨¦n podr¨ªa compartir el secreto de c¨®mo deso¨ªr a quienes en alg¨²n momento le dijeron que no.
La showrunner le da las gracias a sus padres, que le ense?aron eso de que con esfuerzo todo es posible, que no existe m¨¢s l¨ªmite que la imaginaci¨®n. ¡°No s¨¦ si hubiese sido verdad de haber querido ser patinadora ol¨ªmpica¡±, se permite bromear. Tambi¨¦n le atribuye parte del m¨¦rito de su tenacidad a quienes la rodean. Es una mujer fiel a su equipo, alguien que fund¨® Shondaland para dar m¨¢s oportunidades a los que trabajan con ella, un estudio en pleno Hollywood, en Sunset Gower, donde se respira un ambiente familiar, dotado de guarder¨ªa y con un servicio organizado de coche compartido para recoger a los ni?os del colegio. Pero Rhimes tampoco peca de falsa modestia. Recuerda que, sobre todo, supo hacer o¨ªdos sordos a las cr¨ªticas. ¡°Esa es tambi¨¦n la cualidad que busco en mi equipo. Gente que hable con voz propia. Y que sepa defender sus ideas. Para gente que te diga a todo que s¨ª ya tengo al resto de Hollywood¡±, resume sobre su filosof¨ªa, la misma que emplea para criar a sus hijas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.