M¨ªster Simpat¨ªa

Una de las peores cosas que puedes intentar en la vida es caer bien. Cuanto m¨¢s se procura esto, menos se consigue. Hillary Clinton y Pedro S¨¢nchez lo saben perfectamente. Es un poco como hornear o el sexo oral: por muchos tutoriales que haya en Youtube, el talento para estos menesteres se tiene o no se tiene. Kanye West es, probablemente, la ¨²nica estrella global a quien le importa un pimiento caer bien. Hace cuatro a?os public¨® un tema en el que anunciaba que era un dios. La canci¨®n formaba parte de un disco titulado Yeezus con el que esperaba reventar las listas de ventas. La grandiosidad de aquella obra maestra se encontraba en que, en vez de tratar de contentar al p¨²blico, que es lo que uno hace cuando quiere vender millones de discos, West presentaba una colecci¨®n de canciones ¨¢ridas, llenas de silencios, ruidos atonales y rimas dist¨®picas. Para su disgusto, triunf¨® m¨¢s entre los que guardan la fila en el Mercadona que entre los que se sientan en primera fila en los desfiles de las grandes marcas de lujo.

El jueves Kanye present¨® su nuevo ¨¢lbum y su nueva colecci¨®n de moda en el Madison Square Garden. Las f¨¦minas de su familia pol¨ªtica acudieron vestidas todas de oso polar. Horas antes, el hermano de Taylor Swift, a quien llama zorra en una de las letras del disco, se grab¨® maltratando un par de zapatillas dise?adas por West. El tipo, pues, sigue cayendo igual de mal que siempre. La ¨²nica diferencia es que cada vez parece esforzarse m¨¢s en ello. De tanto hacer el ganso, terminar¨¢ por hacerse entra?able. Y nadie quiere gastarse 800 euros en unas zapatillas dise?adas por alguien entra?able.