Pasar de todo
Estos d¨ªas se juzga con mucho suspense si Urdangar¨ªn se pas¨® de listo o de tonto
Durante un tiempo, I?aki Urdangar¨ªn fue noticia en Espa?a por estar enamorado, tener hijos, ir a fiestas aburridas y pasar el verano en Mallorca. Podr¨ªa parecer una vida vac¨ªa de inquietudes, pero en realidad se lo estaba jugando todo. Las ¨²nicas tensiones del a?o eran posar en Marivent sin creer que la familia era el Bar?a y evitar dirigirse a Su Majestad como si fuese Lorenzo Rico. Al principio de su noviazgo, la prensa hablaba de ¡°estrecha amistad¡±, pues la Casa Real juzgaba ¡°prematuro hablar de noviazgo¡±. Hay pocas instituciones en el mundo que calculen con tanto detalle en el lenguaje la intensidad de un polvo. La Casa Blanca, quiz¨¢s.
Fue en aquella ¨¦poca cuando se produjo la verdadera corrupci¨®n, que siempre es la corrupci¨®n social. De hecho, las noticias iban informando sin saberlo: entre su grupo de ¨ªntimos ¡°se encuentra Pepote Ballester¡±, dijo una cr¨®nica social. Si veinte a?os despu¨¦s Pepote y ¨¦l est¨¢n sentados en el banquillo es por la misma raz¨®n: el poder vio en ellos una marca, sospechosamente Espa?a. Uno para seducirla, otro para ejercerla. Del mismo modo que a Urdangar¨ªn le interes¨® asociarse con la Familia Real, a Mallorca le interes¨® asociarse con Urdangar¨ªn. En la pol¨ªtica, como en el amor, despu¨¦s de la estrecha amistad viene el noviazgo, y m¨¢s all¨¢ el contrato.
Cuando Jaume Matas dice al juez que Urdangar¨ªn era ¡°el conseguidor, el intermediario¡±, reconoce la funci¨®n de moderaci¨®n y arbitraje de la Casa Real que le confiere la Constituci¨®n. Un lubricante de relaciones: el galvanizador de intereses empresariales fuera de Espa?a, como suele presumir el Gobierno sin aclarar el coste, y fuera de la ley, como se juzga ahora. Se trataba de asociar un nombre a un lugar, fomentar una relaci¨®n, caer en gracia, aprovecharse de un nombre: conceptos abstractos que una administraci¨®n s¨®lo puede hacer realidad con dinero sin justificar.
Despu¨¦s de casarse con la infanta, y de haber sido noticia por estar enamorado, tener hijos, ir a fiestas aburridas y pasar el verano en Mallorca, I?aki Urdangar¨ªn empez¨® a trabajar. A la corrupci¨®n social, que consist¨ªa en ser tratado por qui¨¦n era y no por lo que hac¨ªa, le sigui¨® la corrupci¨®n econ¨®mica, poco original en idea y ejecuci¨®n, pues era pedir dinero por la cara. Tampoco hab¨ªa sido entrenado para otra cosa. Para entonces ya sab¨ªa que su posici¨®n en la clase pol¨ªtica y empresarial espa?ola, tan altanera con todos y arrastrada ante La Zarzuela, era dominante. La exhibici¨®n de sus virtudes sociales en los a?os milim¨¦tricos del coito estaban probadas: cuando quiso rentabilizarlas, acab¨® en la Audiencia. Estos d¨ªas se juzga con mucho suspense si se pas¨® de listo o se pas¨® de tonto.
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