Partidos pol¨ªticos y banca: la actualidad de Luis Valls
La corrupci¨®n muestra que los dos partidos cl¨¢sicos se han anquilosado. Que tomen nota los reci¨¦n llegados
"En banca como en el periodismo todo debe ser contrastado" . Luis Valls
En estos tiempos tumultuosos, mirar atr¨¢s siempre ofrece algo de luz. Si descubrimos c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª, quiz¨¢s sea m¨¢s f¨¢cil atisbar a d¨®nde vamos. Precisamente en este ejercicio, me top¨¦ con la figura de Luis Valls Taberner, que falleci¨® hace ya diez a?os. Banquero, estudioso de las organizaciones y del comportamiento de las personas, plasmado especialmente en art¨ªculos de prensa siempre con elegante tenor provocativo, se describi¨® a s¨ª mismo en EL PA?S como ¡°un explorador de la vida pol¨ªtica y de la bancaria (y de otras vidas)¡±.
Cuando yo era peque?o, mi padre me dec¨ªa que Luis era especial; con el trato en directo comprob¨¦ que, efectivamente, era original de cabo a rabo. Estoy convencido de que a estas alturas ya ser¨ªa el banquero de Podemos, como lo fue del Partido Comunista en la primera Transici¨®n, y hubiera ido a felicitar a Pablo Iglesias, como en 1982 escandaliz¨® al establishment burgu¨¦s al celebrar en Ferraz la victoria de Felipe Gonz¨¢lez.
Banca y pol¨ªtica comparten etiolog¨ªas comparables y tratamientos vecinos. Veamos qu¨¦ dice Valls Taberner despu¨¦s de muerto (va entrecomillado). Le sugiero al lector que cuando lea banquero o bancario pronuncie tambi¨¦n pol¨ªtico, a ver qu¨¦ le sugiere.
A estas alturas, Luis Valls ya ser¨ªa el banquero de Podemos
"El cliente", apuntaba Valls, "se ha vuelto m¨¢s exigente y el empleado bancario tiene que mejorar su habilidad negociadora. Una cierta tensi¨®n entre el cliente y el banco es buena para todos, y la presi¨®n de los bancos competidores tambi¨¦n". Los partidos pol¨ªticos, como los bancos, tienen en el ¨¦xito mal digerido una termita que les carcome por dentro y les causa arrogancia por fuera; en las manos de sus dirigentes est¨¢ el mantenerse vigilantes: "El directivo bancario que toma decisiones sobre riesgos ¡ªeso es ser banquero¡ª no puede estar entretenido en otros quehaceres. Su cabeza y su tiempo no pueden estar condicionados. El banquero no es un hombre de negocios". Los pol¨ªticos, como los bancarios que se l¨ªan, es porque lo llevan dentro. Una vez identificados hay que sacarlos cuanto antes: todos lo agradeceremos.
A la pregunta de por qu¨¦ les iba tan bien en el Banco Popular, respond¨ªa: "Vamos bien porque nos lo hemos propuesto, y porque no nos creamos problemas a nosotros mismos¡los problemas que tienen los bancos son de edificio social, de c¨²pula, no de sucursales". No he encontrado mejor s¨ªntesis para indicar el origen de la crisis financiera, y pol¨ªtica, que afrontamos. Dudo que hayamos aprendido la lecci¨®n: bien entrado este milenio, la tendencia en el sector bancario y en otros sectores es a concentrarse en enormes edificios sociales, que ahora los denominan distritos, ciudades o centros corporativos. ?Sabr¨¢n salir los pol¨ªticos tambi¨¦n mentalmente de G¨¦nova o Ferraz? El bancario, como el pol¨ªtico, se hace en la calle, rotando de plaza en plaza: los partidos emergentes nos han dado una lecci¨®n, su mayor riesgo es que la olviden.
Los resultados financieros y electorales, como los clientes y votantes, viven fuera de las respectivas organizaciones: dentro s¨®lo hay costes. Tomar decisiones detr¨¢s de una mesa entra?a riesgos, proporcionales a la comodidad del que decide, que causa miop¨ªa directiva (el denominado efecto de La Moncloa). "Es sabido que en el Popular", enfatiza Luis Valls, "el ¨²nico escal¨®n jer¨¢rquico que existe entre un director de sucursal y los primeros ejecutivos es el director regional. Descentralizar, evitar que las decisiones tengan que ser tomadas en los despachos y no en las sucursales, es bueno porque elimina burocracia e intermediarios, y ayuda a que se tomen con rapidez al no existir nada ni nadie que las ralentice".
"El negocio bancario es un servicio al p¨²blico, por lo que la agilidad en la atenci¨®n al cliente es algo consustancial con la calidad de la prestaci¨®n que se ofrece y un elemento b¨¢sico de competencia". En pol¨ªtica, los partidos j¨®venes han sentado un nuevo est¨¢ndar de calidad pol¨ªtica percibida, que es la que se vota, como en banca la que se paga.
"Las organizaciones llegan a donde no alcanzan los individuos. No creo en grandes reorganizaciones; el ajuste es permanente. S¨®lo as¨ª se pueden ir corrigiendo los defectos, los excesos y los errores", escribe Valls. La corrupci¨®n muestra y demuestra que los dos partidos cl¨¢sicos se han anquilosado tambi¨¦n organizativamente. Que tomen nota los reci¨¦n llegados, pues esto no tiene que ver con las ideolog¨ªas, sino con la naturaleza humana y la vida en las organizaciones.
Nos sobra un corto plazo atropellado, miope y nocivo
"Creo estar s¨®lo en el largo plazo; para eso hay que pasar sustos. Ante cada decisi¨®n hay que preguntarse: ?qu¨¦ pasar¨¢ si se publica dentro de diez a?os? ?Lo aguantar¨¢?", pregunta Valls. ?Se lo habr¨¢n planteado nuestros l¨ªderes con ocasi¨®n de esta feria intencionada de la confusi¨®n en la que nos ha inmerso con sus negociaciones? Me pregunto yo.
¡°Nuestro negocio se sustenta en la confianza y fidelidad de los clientes, y nuestra fortaleza y estabilidad empresarial en la de los empleados, directivos o no. Asumir criterios ¨¦ticos en nuestra vida profesional, al margen de que est¨¦n o no recogidos en la legislaci¨®n vigente, es un deber que tenemos antes los clientes, los accionistas, las autoridades y la sociedad en general. Demostrar que desarrollamos nuestra actividad con profesionalidad, honestidad, integridad y transparencia es la mejor manera de potenciar esa confianza y fidelidad". Si alg¨²n bancario o pol¨ªtico tiene dudas con la comprensi¨®n de este texto, que nos pregunten a los clientes y votantes.
"Los l¨®gicos son apartados de la red operativa en cuanto son localizados", advierte Valls. "Si dej¨¢ramos emplear la l¨®gica en las relaciones con los clientes de activo, llevar¨ªamos al banco a la ruina o a la quiebra. Rara vez un empresario es l¨®gico en sus actuaciones. Por eso hay que estudiarlo como es, nunca como deber¨ªa ser". Estas l¨ªneas ayudan a afrontar el comportamiento humano, tambi¨¦n de nuestros l¨ªderes, donde el narcisismo (debilidad o no) se ha convertido en un rasgo de identidad.
La banca en 2016 no necesita pretenciosos banqueros de calz¨®n corto, sino bancarios cabales que conozcan su profesi¨®n, que la vivan durante a?os con la pasi¨®n de una vocaci¨®n de servicio a los clientes y a la sociedad, que sientan el orgullo de respetar y ser leales a sus entidades, que ven que la direcci¨®n tambi¨¦n les compensa con creces en esa misma moneda y no les trata s¨®lo como presuntos mercenarios. La pol¨ªtica espa?ola en 2016 necesita, a mi juicio, literalmente lo mismo.
Nos sobra un corto plazo atropellado, miope y nocivo; carecemos de una visi¨®n certera, de conjunto y alargada, como la sombra que dej¨® Luis, que recuerda a la del cipr¨¦s de Miguel Delibes.
A la pregunta ?c¨®mo har¨ªa Luis Valls banca hoy?, que a menudo me plantean directivos de su entidad y de otras, la experiencia de estos a?os me invita a responder: har¨ªa una banca distinta de como la hizo, pero guiado por los mismos criterios de decisi¨®n y motivos de acci¨®n. Y es que el liderazgo (bancario como pol¨ªtico) es una cuesti¨®n de ideas y comportamientos.
Guido Stein es profesor del IESE y escritor.
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