Entre el enchufe y el m¨¦rito o la reforma del Inem
Espa?a necesita un servicio p¨²blico de empleo eficaz, con recursos para intermediar entre empleadores y parados
Ret¨®rica o lo que debe ser: entrar en una empresa gracias a contactos personales en lugar de por m¨¦ritos acad¨¦micos ¡°supone sin duda un principio de discriminaci¨®n ante el que la Universidad tiene que actuar¡± (mensaje de Francisco Michavila, director de la c¨¢tedra Unesco de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid). Realidad, discriminatoria y concluyente: el 80% de los universitarios titulados que recurren a conocidos para pedir empleo lo consiguen; s¨®lo logra un puesto de trabajo el 7% de quienes recurren a los servicios universitarios de empleo. Lo dice la encuesta Bar¨®metro de Empleabilidad y Empleo de los Universitarios en Espa?a 2015. Observaci¨®n de pasada, para romper las r¨ªgidas barreras moralistas que suelen colarse en las encuestas: ?es que un contacto personal o que un conocido est¨¦ al tanto de las capacidades del titulado no es un m¨¦rito?
El conflicto entre la ret¨®rica del m¨¦rito y la realidad del enchufe puede distenderse por extrusi¨®n metaf¨ªsica hasta agotar cualquier paciencia. Pero la cuesti¨®n no est¨¢ al fin entre el m¨¦rito y el dedo, sino en la ausencia escandalosa en la sociedad espa?ola de redes eficaces de colocaci¨®n, es decir, de casaci¨®n entre oferta y demanda de empleo, sea para titulados o para cualquier grupo laboral. Existe un Instituto Nacional de Empleo (Inem) de gran eficacia en la adjudicaci¨®n y pago de prestaciones, que, sin embargo, para pasmo de propios y extra?os, consigue resultados muy pobres en la colocaci¨®n de parados. Los desempleados vagan por sus dependencias como presencias fantasmales en busca del sello del paro y de la adjudicaci¨®n de cursillos de reciclaje laboral, signo inequ¨ªvoco de que han sido desviados hacia una v¨ªa muerta. Espa?a tiene una de las tasas de paro m¨¢s elevadas de Europa, pero tambi¨¦n los parados con m¨¢s cursillos del mundo. Aprobados, sellados y orientados a la nada.
Durante a?os se ha clamado en el desierto por una reforma administrativa. Pues bien, esta es una de las razones de la reclamaci¨®n: que Espa?a cuente con un servicio p¨²blico de empleo eficaz, con recursos para conocer e intermediar entre empleadores y parados. La rentabilidad del actual Inem (fragmentado en 17 servicios auton¨®micos) no s¨®lo es escandalosamente baja sino que, adem¨¢s, desperdicia el potencial de informaci¨®n acumulado en sus archivos (inform¨¢ticos, por supuesto). Para que no haya enchufismo y colocaciones discriminatorias entre amigos previamente tiene que existir una red p¨²blica de colocaciones con autoridad para casar oferta y demanda. Es decir, que el Inem act¨²e como una oficina orientada a buscar empleo a los parados.
?Que este desideratum exige una reforma en profundidad de la instituci¨®n? Pues claro. ?Que es tarea compleja, que requiere autoridad y funcionarios experimentados? Desde luego. ?Que tropezar¨¢ seguramente con la tendencia a la inmovilidad geogr¨¢fica de los espa?oles, vecinos recalcitrantes del lugar donde nacen y anclados a un piso en propiedad? Ni lo duden. Pero las sociedades democr¨¢ticas tienen sus exigencias y contar con una oficina de empleo digna es una de ellas. Y, de paso, reduciremos los enchufes.
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