Caos creador y desorden global
Estados Unidos no puede seguir siendo el "guardi¨¢n entre el centeno"
Por mucho que insista el presidente Obama en que el renacer del liderazgo estadounidense es real pero sin ser gendarme del mundo, los grandes think-thank globales han decretado el final de la hegemon¨ªa estadounidense. El mayor consenso en el an¨¢lisis del vigente sistema internacional es se?alar que el caos y la anarqu¨ªa son la regla dominante del inestable escenario global. Voces ideol¨®gica y te¨®ricamente tan divergentes como Kissinger, Nye, Brezezinsky, Moisi o Fisher, en distintos estudios y desde muy diferentes medios ¨Ctambi¨¦n en estas p¨¢ginas-, vienen a coincidir en que nos encontramos ante un deterioro progresivo del orden mundial, una violencia creciente fuera de control y un vac¨ªo de poder manifiesto. Pero lo peor y m¨¢s peligroso es que los actores m¨¢s destacados e influyentes del sistema internacional, no est¨¢n concienciados en la necesidad de un esfuerzo com¨²n para establecer un statu quo.
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La gran paradoja del poder mundial reinante es que no hay ning¨²n actor que pueda estar en todo y controlarlo todo: la incapacidad por parte de los Estados Unidos para seguir siendo el guardi¨¢n entre el centeno en el presente desorden global. La p¨¦rdida de un liderazgo internacional incontestable que supone la progresiva merma de la absoluta influencia pasada para condicionar y organizar la agenda internacional. Ante esta presencia intermitente o inexistencia irremediable del amigo estadounidense, los vac¨ªos de poder regionales fuera de control, son ocupados por actores y din¨¢micas desestabilizadoras violentas que proclaman para s¨ª realidades pol¨ªticas nuevas, incluso estatales, como es el caso de ISIS; en resumen, el verdadero triunfo del caos y del Leviat¨¢n global.
Aun con este escenario, todav¨ªa hay lugar para la esperanza: las ¨²ltimas investigaciones de la f¨ªsica cu¨¢ntica en los ¨¢tomos del xen¨®n demuestran que, contrariamente a la noci¨®n popular, la teor¨ªa del caos no implica el desorden completo. Cuando se tiene un sistema ca¨®tico caracterizado por la extrema aleatoriedad, parad¨®jicamente puede provocarse y producirse una conducta ordenada despu¨¦s de un cierto tiempo y con un Atractor adecuado. Un Atractor cu¨¢ntico es un conjunto en el que todas las trayectorias cercanas convergen haciendo que las din¨¢micas imprevisibles presentes tiendan hacia el orden incluso si son ligeramente perturbadas; en estas situaciones, la ¨²nica posibilidad creadora capaz de superar la inestabilidad permanente del sistema, viene del caos.
El caos y la anarqu¨ªa son la regla dominante del inestable escenario internacional
Llegados a este punto en la aplicaci¨®n de esta teor¨ªa del ¡°caos creador¡± al actual desorden del sistema internacional, ser¨¢ necesario saber si una colaboraci¨®n entre las dos potencias globales: Estados Unidos y China ¨Ctal como sue?a Kissinger en su nueva obra World Order- u otros tipos de alianzas propuestas: con los BRICS, individualmente considerados o en conjunto, con o sin Rusia, incluso tambi¨¦n coaliciones espec¨ªficas para cada zona fuera de control ¨Ccomo ocurre ahora en Afganist¨¢n, Irak y Siria-; todas ellas o solo algunas, podr¨ªan jugar el papel de Atractor necesario para el sistema ca¨®tico internacional.
Sin embargo, todos los sistemas no lineales, y el internacional lo es, son anal¨ªticamente irresolubles y la tendencia al desorden es permanente; por lo tanto, este proceso ordenador del caos, o Atractor, es necesario pero no es condici¨®n suficiente para dar estabilidad y permanencia a los subsistemas regionales y al sistema internacional en su conjunto, tanto y en cuanto, no exista un acuerdo de medios y fines con continuidad y permanencia entre las superpotencias globales, en cada una de las zonas intervenidas. Ser¨ªa por tanto imprescindible, como ya lo fue en la Guerra Fr¨ªa, dividir el mundo en zonas de influencia y buscar alianzas espec¨ªficas en aquellas regiones desestabilizadas con un compromiso de contenci¨®n militar, pol¨ªtica y estrat¨¦gica, seg¨²n exija cada caso. En conclusi¨®n, un juego de geometr¨ªa variable en donde el acuerdo global chino-estadounidense ¨Cm¨¢s que poco probable-, deber¨ªa ser compatible con una multitud de subacuerdos regionales en donde el aliado en una regi¨®n podr¨ªa ser el enemigo a contener y combatir en otra. V¨¦ase el papel de Rusia como superpotencia global y su posici¨®n interesada en conflictos como el de Ucrania o Siria.
Estamos ante un deterioro progresivo del orden mundial, una violencia creciente fuera de control y un vac¨ªo de poder manifiesto
Por otro lado, en la interesante aplicaci¨®n de la teor¨ªa del caos para una explicaci¨®n racional de la situaci¨®n actual del sistema internacional y su posible evoluci¨®n, es imprescindible tener en cuenta uno de los paradigmas centrales de la mec¨¢nica cu¨¢ntica, la paradoja de Schr?dinger. Adaptando dicha paradoja a este caso: cualquier intervenci¨®n (medida o proceso de observaci¨®n) en las condiciones del sistema ca¨®tico, altera su naturaleza (el estado de la part¨ªcula) y puede producir reacciones inesperadas pudiendo provocar el efecto contrario al proceso ordenador deseado. En cualquier caso, pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicci¨®n a largo plazo. Ya tenemos las experiencia de los fracasos en Afganist¨¢n e Irak, el crudo invierno en el que se han transformado las primaveras ¨¢rabes, el atolladero sirio, la extensi¨®n de la guerra en ?frica y como conclusi¨®n ¨²ltima, el avance del radicalismo, en un mundo progresivamente m¨¢s desigual e inseguro.
Teniendo en cuenta este principio de incertidumbre, la hegemon¨ªa multipolar limitada del sistema actual, el proceso de interdependencia creciente, la dudosa voluntad del gigante chino y el poder limitado de Estados Unidos, cualquier proceso ordenador sobre cierta base de seguridad, permanencia y durabilidad pasa por la opci¨®n de incrementar los marcos multilaterales estables de cooperaci¨®n que permitan una institucionalizaci¨®n de las intervenciones y el mantenimiento de un m¨ªnimo statu quo global. Probablemente ha llegado el momento de modificar el concepto estrat¨¦gico de las organizaciones defensivas y de seguridad, regionales y universales as¨ª como, revisar tambi¨¦n los instrumentos de actuaci¨®n que se encuentran vinculados al cap¨ªtulo s¨¦ptimo de la Carta de Naciones Unidas: la ¨²nica que, hoy por hoy, permite la utilizaci¨®n legitima de la fuerza dentro del sistema. Puede ser que s¨®lo as¨ª, por pura superviviencia y no por sobrehumana virtud, el caos global abra paso progresivo al multilateralismo creador.
Gustavo Palomares Lerma es presidente del Instituto de Altos Estudios Europeos, catedr¨¢tico ¡°Jean Monnet¡± en la UNED y profesor en la Escuela Diplom¨¢tica de Espa?a,
? Gustavo Palomares Lerma, 2016.?
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