La desigualdad social, el mosquito que inocula enfermedades cr¨®nicas
Corregir las condiciones sociales es decisivo para prevenir males como el c¨¢ncer, diabetes o infartos
Una epidemia nos ha doblegado y no hay mosquito al que culpar. Las enfermedades cr¨®nicas son ya un problema insostenible en pa¨ªses como Espa?a, donde absorbe el 80% del gasto sanitario y provoca m¨¢s del 90% de las muertes. Expertos de todo el mundo demandan centrar la atenci¨®n en estas enfermedades, que sin ser contagiosas son ya la pandemia del siglo XXI. La diabetes, la obesidad, las dolencias cardiovasculares y pulmonares, el c¨¢ncer y los trastornos mentales, entre otras, ya afectan a 4 de cada 10 europeos. La buena noticia es al mismo tiempo la mala: de los millones de personas que matan cada a?o, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 42% eran muertes "prematuras y evitables".
"Numerosos estudios cient¨ªficos muestran que las desigualdades en salud son enormes, y responsables de un exceso de mortalidad y de morbilidad superior a la mayor¨ªa de factores de riesgo de enfermar conocidos
La prevenci¨®n es la clave, pero no parece tomarse muy en serio cuando apenas el 3% del gasto en salud de la UE se dedica a ese apartado, frente al 80% en tratamientos (700.000 millones). Sobre todo porque hay cuatro factores de riesgo identificados que pueden tumbar la epidemia y prevenir millones de muertes: tabaco, dieta, ejercicio f¨ªsico y alcohol. Pero hay un factor que los atraviesa a todos, una cuesti¨®n que deber¨ªa estar en la misma ra¨ªz de la prevenci¨®n: la desigualdad social.
"Si pudi¨¦ramos encontrar la manera de eliminar las desigualdades evitables en enfermedades cr¨®nicas seg¨²n la clase social o la educaci¨®n, la reducci¨®n de los niveles de enfermedades cr¨®nicas ser¨ªa mayor que mediante la aplicaci¨®n de medicinas preventivas", asegura el Foro de Pol¨ªtica Sanitaria de la UE. El riesgo de morir por enfermedades cr¨®nicas en los grupos socioecon¨®micos bajos es notablemente mayor: entre un 25% y 50%, y hasta un 150% dependiendo de la circunstancia.
"Numerosos estudios cient¨ªficos muestran que las desigualdades en salud son enormes, y responsables de un exceso de mortalidad y de morbilidad superior a la mayor¨ªa de factores de riesgo de enfermar conocidos", concluye un informe estrat¨¦gico del Ministerio de Sanidad. En sus p¨¢ginas se se?ala que en Espa?a la posici¨®n socioecon¨®mica, el g¨¦nero, el territorio, y m¨¢s recientemente la inmigraci¨®n, son ejes de desigualdad con enorme impacto en la salud de la poblaci¨®n. "Los determinantes sociales act¨²an antes de enfermar", explica la coordinadora de aquel informe, Carme Borrell, una de las mayores expertas en este campo.
Por ejemplo, en Espa?a el 55% de las mujeres con ocupaciones no cualificadas declaran un buen estado de salud frente al 85% de los hombres de clase social alta. Dependiendo del barrio en el que se viva, hay una diferencia de casi ocho a?os en la esperanza de vida en Sevilla y de siete a?os en Madrid. Estar en paro multiplica las posibilidades de sufrir trastornos mentales, tambi¨¦n entre quienes tienen dificultades para pagar la hipoteca. En la ciudad de Barcelona, se registra un 15% m¨¢s de muertes asociadas al tabaquismo entre la poblaci¨®n con menor nivel educativo. Se sabe que el consumo de alcohol influye sustancialmente en la mortalidad por c¨¢ncer derivada de las desigualdades socioecon¨®micas entre los espa?oles. En las mujeres, la probabilidad de padecer problemas cr¨®nicos de salud aumenta un 80% entre aquellas situadas en la clase social m¨¢s desaventajada.
Los ejemplos son innumerables, explica la investigadora de la Ag¨¨ncia de Salut P¨²blica de Barcelona, pero destaca uno reciente, realizado con ayuda de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y C¨¤ritas Diocesana: "Nueve de cada diez personas con problemas con la hipoteca sufren problemas de salud mental frente al 12% del resto de la poblaci¨®n". Es uno de los muchos estudios que han surgido de la plataforma SOPHIE, un proyecto de investigaci¨®n dirigido por Borrell y financiado por la Comisi¨®n Europea precisamente para saber m¨¢s sobre c¨®mo se relacionan las condiciones sociales y el estado de salud, y que esta semana present¨® sus conclusiones. Se trata de un campo cient¨ªfico que est¨¢ permitiendo se?alar al riesgo social como el mosquito que transmite la epidemia de las enfermedades cr¨®nicas.
En las mujeres, la probabilidad de padecer problemas cr¨®nicos de salud aumenta un 80% entre aquellas situadas en la clase social m¨¢s desaventajada
Las condiciones sociales son un aspecto fundamental en la prevenci¨®n de las enfermedades futuras y en el caso de los ni?os es un asunto crucial. "La intervenci¨®n temprana es clave: a los cuatro a?os puede ser demasiado tarde", asegura Beatriz Gonz¨¢lez, presidenta de la Sociedad. Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (SESPAS).?Gonz¨¢lez explica que todas las evidencias muestran que la exposici¨®n durante la infancia a situaciones de privaci¨®n y de desigualdades sociales se asocia con el desarrollo de problemas de salud a corto, medio y largo plazo. Por ejemplo, hay m¨¢s obesidad infantil en familias con rentas bajas, con lo que eso puede significar para el desarrollo de otras enfermedades cr¨®nicas en el futuro. "Cuanto m¨¢s precoz es la exposici¨®n, m¨¢s irreversibles y definitivos son los efectos negativos", asegura. Nacer y crecer en entornos de privaci¨®n llega a deteriorar el desarrollo del cerebro de los m¨¢s peque?os, con todo lo que eso implica para su salud m¨¢s adelante.?
"La injusticia social est¨¢ matando a gran escala", puso negro sobre blanco la OMS al abordar este grave problema. No se trata de pobres frente a ricos, sino de lo que los investigadores llaman gradiente de desigualdad: a medida que descendemos por la escalera social, la salud empeora porque las personas est¨¢n m¨¢s expuestas a los riesgos asociados a estas enfermedades cr¨®nicas. Los hombres que viven en las ¨¢reas socioecon¨®micamente m¨¢s deprimidas de Glasgow tienen una esperanza de vida menor que la media de la India (donde son m¨¢s pobres), al igual que ocurre con los hombres de esas ¨¢reas de EE UU, con una esperanza de vida por debajo de la media de Pakist¨¢n.
Los ni?os comen peor porque los alimentos m¨¢s accesibles y baratos son peores y sus padres tienen peor formaci¨®n e informaci¨®n, por ejemplo, para ense?arles a comer de todo. En las familias con paro o inestabilidad laboral se fuma m¨¢s, se bebe peor y se hace menos ejercicio, mientras que los m¨¢s deportistas son aquellos con estudios universitarios. Hasta el autoempleo aumenta la mortalidad, como mostr¨® un estudio realizado entre trabajadores suecos. Con respecto al tabaquismo, casi la mitad de los europeos que tienen problemas para pagar sus facturas fuma, el doble que los europeos que nunca tienen dificultades para pagarlas. Pero como advierte la OMS, la responsabilidad individual solo puede ejercerse plenamente cuando los individuos gozan de acceso equitativo a una vida sana y disponen de apoyo para tomar decisiones saludables.
"Tenemos que abordar las causas de las causas", reclama Marmot, "las condiciones sociales que act¨²an a lo largo de la vida y que afectan a las vulnerabilidades y al comportamiento de las personas
"En pocas palabras, la injusticia social es incapacitante. Priva a las personas del control sobre sus propias vidas", expresaba recientemente en la revista m¨¦dica The Lancet el investigador Michael Marmot, que ha realizado algunos de los m¨¢s importantes trabajos de este campo. "La derecha pol¨ªtica dice que es resultado de una mala labor por parte de los padres; la izquierda, que es la pobreza y la desventaja social. Los dos tienen raz¨®n: la habilidad de los padres para hacer lo que necesitan los hijos est¨¢ limitada por la pobreza y la desigualdad", asegura Marmot. O como lo expresa Borrell: "Cuando tienes problemas econ¨®micos, no eres due?o de tu situaci¨®n ni tus prioridades son las mismas". Por eso, para la prevenci¨®n es esencial que las elecciones m¨¢s saludables sean las m¨¢s f¨¢ciles de tomar, las m¨¢s accesibles para todos, al margen de su clase y condici¨®n.
Prevenir las enfermedades cr¨®nicas requiere por tanto pol¨ªticas que van mucho m¨¢s all¨¢ de campa?as de informaci¨®n. Exige actuar desde todos los ¨¢mbitos: como dice Margaret Chan, directora general de la OMS, "todos los ministros son ministros de salud". Desde aprovechar los comedores escolares hasta las guarder¨ªas universales y gratuitas. Gonz¨¢lez lamenta que el "fervor por los tratamientos farmacol¨®gicos" haga que olvidemos que hay actuaciones que salvan vidas al margen de la investigaci¨®n biom¨¦dica. Precisamente, su equipo est¨¢ ultimando un estudio en el que se observa c¨®mo le afecta la introducci¨®n del copago a los pacientes que han sufrido un infarto y deben medicarse para evitar otro posterior: los m¨¢s pobres abandonan mucho m¨¢s el tratamiento, multiplicando el riesgo de que la enfermedad cr¨®nica, en este caso cardiaca, se convierta en mortal. "Cualquier decisi¨®n pol¨ªtica afecta a la salud", sentencia Borrell.
Esta investigadora se?ala que hay muchos ejemplos de c¨®mo intervenciones pol¨ªticas que no entran en el presupuesto de Salud ayudan a prevenir enfermedades cr¨®nicas y la mortalidad asociada. Por ejemplo, el plan de la Ley de Barrios de Catalu?a (que CiU elimin¨® al llegar al poder) realiz¨® intervenciones en vecindarios con deficiencias, mejorando equipamientos y espacios p¨²blicos, lo que supuso una mejora notable de la salud de sus habitantes, frente a los vecinos de otros barrios similares. Borrell destaca otro estudio que analiz¨® el efecto de una campa?a de revestimiento de fachadas y azoteas en edificios mal acondicionados en barrios populares de Barcelona. En los d¨ªas de m¨¢s fr¨ªo, en los que la mortalidad se multiplica, se redujeron sustancialmente las muertes de ancianas gracias a esas obras que ayudaban a conservar el calor en el edificio y en los hogares. "Tenemos que abordar las causas de las causas", reclama Marmot, "las condiciones sociales que act¨²an a lo largo de la vida y que afectan a las vulnerabilidades y al comportamiento de las personas".
Participa en la encuesta
La iniciativa REIsearch, con apoyo de la Uni¨®n Europea, est¨¢ realizando una encuesta a todos los ciudadanos europeos para conocer su opini¨®n sobre las enfermedades cr¨®nicas. Puedes participar en esta iniciativa pinchando en este enlace.?Los resultados de esta campa?a de encuestas ser¨¢n presentados a la Comisi¨®n Europea y el Parlamento Europeo a finales de abril.
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