Radiograf¨ªa de 1.444 quejas
Un estudio analiza las protestas de los lectores y las respuestas de los Defensores que se han sucedido entre 1985 y 2010
EL PA?S fue, como saben, pionero en Espa?a en la implantaci¨®n de la figura del Defensor del Lector. Lo hizo en noviembre de 1985, inicialmente con el nombre de Ombudsman. Muchos a?os despu¨¦s le siguieron otras cabeceras como The Guardian (1997) o The New York Times (2003).
?Qu¨¦ balance puede hacerse de esta figura con la perspectiva de m¨¢s de tres d¨¦cadas de funcionamiento? Y, sobre todo: ?cu¨¢l ha sido la respuesta de los Defensores a las quejas recibidas? Son preguntas a las que responde Patricio Guti¨¦rrez del ?lamo, en una tesis con la que acaba de doctorarse en Periodismo en la Universidad de M¨¢laga, y que lleva por t¨ªtulo El Defensor del Lector de EL PA?S (1985 y 2010), una experiencia pionera en Espa?a.
La respuesta a la pregunta principal es que, globalmente, los Defensores han dado la raz¨®n al lector en 5,8 de cada 10 casos abordados. As¨ª lo constata Guti¨¦rrez del ?lamo tras pasar revista a los 12 mandatos que se han sucedido en esos primeros cinco lustros, en los que como bien se?ala, no ha habido paridad de g¨¦nero. De los 10 periodistas que se han hecho cargo de la tarea (dos de ellos repitieron), solo tres (Soledad Gallego, Mal¨¦n Azn¨¢rez y Milagros P¨¦rez Oliva) han sido mujeres. De la tercera, que ocup¨® el cargo entre marzo de 2009 y febrero de 2012, solo se analizan los cinco primeros meses de ejercicio, por las acotaciones temporales del estudio. El material con el que trabaja Guti¨¦rrez del ?lamo son los 820 art¨ªculos publicados en la edici¨®n impresa (todav¨ªa no se hab¨ªa puesto en marcha el blog del Defensor), en los que se abordaron un total de 1.444 quejas, ya que muchas columnas se ocupaban de dos o m¨¢s temas.
Y son esas 1.444 quejas debatidas p¨²blicamente el soporte documental que utiliza el autor de la tesis para analizar no solo globalmente, sino de forma individual, el estilo, la argumentaci¨®n y el veredicto de cada Defensor. En t¨¦rminos globales, en 840 de los casos se ha dado la raz¨®n a los lectores, y se les ha negado en 201. En los 403 casos restantes la decisi¨®n fue ¡°ambigua¡± en palabras del autor. Lo que podr¨ªa interpretarse como que el Defensor no se pronunci¨® con un juicio rotundo en un sentido o en otro. Los datos desglosados permiten comprobar que fue Jes¨²s de la Serna, fallecido en septiembre de 2013, el que con m¨¢s frecuencia dio la raz¨®n a los lectores. De la Serna fue dos veces Ombudsman de EL PA?S, entre noviembre de 1987 y mayo de 1989 (inmediatamente despu¨¦s de Ismael L¨®pez Mu?oz, fallecido en el verano de 1988, que inaugur¨® el puesto) y entre octubre de 1991 y octubre de 1993. Tanto en la primera como en la segunda etapa se inclin¨® por las razones de los lectores (casi en 8 de cada 10 casos en la primera, y en algo m¨¢s de 7 de cada 10 ocasiones en la segunda etapa). En el otro extremo, se?ala la tesis, Juan Arias ¡°solo se posiciona con la audiencia en un 38% de las ocasiones¡±. Arias es, al mismo tiempo, el que se abstiene m¨¢s veces (45%) de emitir un veredicto.
Jes¨²s de la Serna fue el Defensor que se inclin¨® m¨¢s veces del lado de los lectores
La tesis recoge tambi¨¦n los temas que han sido abordados con m¨¢s frecuencia en los primeros 25 a?os. En palabras del autor, los m¨¢s mencionados son: ¡°los errores ortogr¨¢ficos, errores hist¨®ricos o geogr¨¢ficos y las erratas¡±. Se alude a ellos 383 veces en el total de 1.444 quejas. Los errores y erratas representaron por tanto m¨¢s de una cuarta parte de los temas abordados.
Mi propia experiencia como Defensora me ha permitido constatar la preocupaci¨®n de los lectores por los fallos gramaticales que detectan con demasiada frecuencia en este peri¨®dico. A veces, en tribunas de opini¨®n, como la que se public¨® en el cuadernillo de Catalu?a del pasado martes que inclu¨ªa la siguiente frase: ¡°...no podemos ni debemos hacer pasos que reduzcan...¡±. Y hasta en columnas, como la que se public¨® el s¨¢bado 13 de febrero en la edici¨®n impresa, y en la que pod¨ªa leerse ¡°...el mismo d¨ªa que prorrumpen en su casa¡¡±. ¡®Irrumpir¡¯ era el verbo correcto.
No quiero dejar de mencionar otra de las conclusiones de la tesis. El autor reconoce que no ha podido establecer ¡°la influencia del trabajo de los Defensores en la mejora de la calidad del diario¡±.
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