Tras los Oscar... ?fiesta!

Nunca un a?o bisiesto vino tan bien. En 2016 Hollywood tiene un d¨ªa m¨¢s para superar los excesos que acompa?an esta nueva edici¨®n de los Oscar. Porque a la ceremonia todos llegan con sus mejores galas, algunas casi sin respirar, como medio en broma cont¨® Matt Damon sobre su esposa, la argentina Luciana Barroso. ¡°En la limusina a veces tiene que ir casi tumbada, pero eso s¨ª, sin apoyar la cabeza para que no se estropee el peinado¡±, describi¨® a EL PA?S el candidato al Oscar como mejor actor por Marte. Pero una vez concluida la gala, las fiestas se suceden y para muchos es el momento de desmelenarse.

En medio de tanta juerga y celebraci¨®n algunos se pasan de copas, como lo admiti¨® la ganadora del Oscar Jennifer Lawrence. Nominada por cuarta vez en su corta carrera, la actriz confes¨® que hace dos a?os vomit¨® en el porche de la casa de Guy Oseary durante la fiesta que all¨ª organiza Madonna con su exsocio. M¨¢s que el alcohol, Lawrence reconoci¨® que lo que se le subi¨® a la cabeza fue ese sentimiento que dan los Oscar ¡°de que uno puede hacer lo que quiera¡± y animada por la pol¨¦mica cantante Miley Cyrus bebi¨® y charlote¨® hasta que perdi¨® el control. Leonardo DiCaprio, Lindsay Lohan y Sean Penn son algunos de los invitados que se espera que desfilen esta noche por esta exclusiva juerga, una de las m¨¢s concurridas tras la gala.

Si hay algo que abunda en todas las recepciones es el alcohol. La Academia renov¨® su asociaci¨®n con la casa de champagne Piper-Heidsieck y solo los ganadores tendr¨¢n derecho a ver regada su victoria con el reserva de 1988 mientras esperan a que les graben su nombre en la placa en el Baile de los Gobernadores, la primera fiesta de la noche. Eso s¨ª, m¨¢s vale que tambi¨¦n est¨¦n provistos de tequila porque como gane El renacido y Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu, los chupitos correr¨¢n con el mismo regocijo que en la pasada edici¨®n y, probablemente, entonar¨¢n la misma canci¨®n. La popular tonadilla futbol¨ªstica de ¡°campeones, campeones¡±.

Los hay tambi¨¦n mucho m¨¢s preocupados por la comida y si en algo se caracterizan todos los convites, desde la refinada fiesta de Vanity Fair en Sunset Boulevard a La noche de las cien estrellas que tiene lugar en el hotel Beverly Hilton o la de los Gobernadores que organiza la Academia, es que el men¨² no puede ser m¨¢s sencillo. Los invitados tienen hambre tras pasarse un d¨ªa sin comer con tal de entrar en esos deslumbrantes atuendos. As¨ª que nada de col rizada o quinoa. El pasado a?o Benedict Cumberbatch colg¨® en la Red una foto comiendo patatas fritas. Aaron Paul se convirti¨® en camarero de la fiesta de Vanity Fair y se pas¨® la noche compartiendo cubetas de pollo frito entre los invitados. Reese Witherspoon y Julianne Moore tampoco se quedaron atr¨¢s. Ambas se dejaron seducir con una hamburguesa de queso. ¡°Una Kerry Washington embarazad¨ªsima me ha robado mi salchicha¡±, dijo entre indignada y divertida Laura Simpson a su paso por otra de estas veladas.

Noches solidarias

Aunque la fiesta que organiza la revista Vanity Fair es la que se lleva todos los invitados, dando horas de llegada a las estrellas para aligerar los atascos, la gala que anualmente organiza sir Elton John es otra de las m¨¢s buscadas. En este caso es por una buena causa, una ¡°noche maravillosamente loca¡± como la define el chef de la velada Gordon Ramsay, y que el pasado a?o recolect¨® 8,86 millones de euros para la lucha contra el sida.

Son m¨¢s los que se suman al esfuerzo ben¨¦fico en una noche donde los ¨¢nimos est¨¢n alborotados, ya sea por la victoria o por ocultar el amargo sabor de la derrota. La llamada Fiesta de la v¨ªspera, cerrada a la prensa, lleva amasados a lo largo de su historia cerca de 59 millones de euros para diferentes causas ben¨¦ficas y en el ¨¢gape organizado por Global Green, Stevie Wonder cantar¨¢ este a?o en favor del medio ambiente.