Ir¨¢n empieza a cambiar

Los resultados obtenidos en Teher¨¢n por los sectores m¨¢s aperturistas autorizados a presentarse a las elecciones al Parlamento muestran un respaldo del electorado al deshielo en las relaciones con Occidente planteado por el presidente Hasan Rohan¨ª. Y en un pa¨ªs caracterizado por ser una f¨¦rrea teocracia militarista acusada de violar los derechos humanos, cualquier atisbo de apertura, como ha sucedido con los resultados parciales de estos comicios, se convierte en una noticia esperanzadora.

Conviene no pasar por alto el hecho de que todas las candidaturas que participaron en las elecciones del pasado viernes hab¨ªan superado antes la criba del Consejo de Expertos, el ultraconservador organismo encargado, entre otras cosas, de elegir al l¨ªder supremo del pa¨ªs, un cargo vitalicio cuya palabra se convierte en ley. De modo que los iran¨ªes han podido elegir no entre diferentes opciones, sino entre diferentes matices de una misma opci¨®n. Tambi¨¦n han podido votar sobre la renovaci¨®n del citado Consejo, formado por 88 hombres, que posiblemente deber¨¢ elegir al pr¨®ximo l¨ªder supremo de Ir¨¢n, ya que el actual, Al¨ª Jamenei, tiene 76 a?os y el mandato del Consejo electo se extender¨¢ durante ocho. Por eso mismo, el buen resultado obtenido por las opciones menos ultras constituye una importante palanca en la que apoyar el cambio de estructuras y la apertura social que una naci¨®n milenaria como Ir¨¢n merece.

La mayor parte de la poblaci¨®n iran¨ª no ha conocido otra forma de gobierno que el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s que dirige el pa¨ªs desde hace 37 a?os; pero en la era de Internet es dif¨ªcil que siga aceptando una forma de organizar la sociedad contraria a todo aquello que recibe a trav¨¦s de sus m¨®viles. Y es aqu¨ª donde puede resultar decisiva la actitud de Rohan¨ª de tender puentes con Occidente. Un Ir¨¢n aislado no le conviene a nadie m¨¢s que a aquellos que ocupan el poder desde 1979.