Rajoy el zombi
Rajoy recibi¨® el tiro de gracia de un sobrino-nieto pol¨ªtico de apellido Rivera
El proceso es tan insidioso y lento como el desamor para quien m¨¢s quiso, pero el desenlace, fatal, llega en un visto y no visto. Igual que un d¨ªa, de repente, se hiela la sangre que herv¨ªa por otro, as¨ª, en un instante decisivo, alguien que se cre¨ªa el m¨¢s vivo del patio pasa a estar muerto para todos menos para ¨¦l mismo. Es cruel, injusto, una putada de la vida. Nadie dijo que este mundo fuera una fiesta.
Contempl¨® el finado entre at¨®nito y divertido tras sus gafas progresivas c¨®mo unos biso?os sin complejos ni verg¨¹enza sub¨ªan de dos zancadas a a la tribuna sin pedir permiso ni perd¨®n por tratar de t¨² a t¨² a los padres fundadores de la patria. Aprovech¨® el agonizante su turno de palabra para reivindicarse a s¨ª mismo exhibiendo su pulso cardiaco, su legendaria retranca y su dominio de un territorio que ya no es el suyo. Sus huestes le rieron las gracias, claro. Y todos con ellos, porque chispa no le falta al moribundo, pero flotaba en el aire un tufo a ep¨ªlogo que tiraba de espaldas. Llega un momento en las mejores familias en que la prole se debate entre el dolor de ver apagarse al padre y el ¨ªntimo deseo de que se eclipse del todo para airear la casa de par¨¢sitos y tomar el relevo. Y, ya que no de sus reto?os de siglas, Rajoy recibi¨® el tiro de gracia de un sobrino-nieto pol¨ªtico de apellido Rivera que, tras agradecerle los servicios prestados, le neg¨® el ox¨ªgeno para seguir vegetando entre los restos de su propio naufragio.
Se hac¨ªa una esta pel¨ªcula viendo el debate de la no investidura de Pedro S¨¢nchez en el plasmazo de un bar de pol¨ªgono. Digo viendo porque o¨ªrlo lo o¨ªa por el m¨®vil, dado que ni el tabernero ni la parroquia, enfrascados cada uno en su propio psicodrama, demostraron inter¨¦s ninguno por escuchar la tragicomedia muda que se desarrollaba ante sus cafelitos. Y es que, aunque S¨¢nchez sali¨® del trance tan diputado raso como hab¨ªa entrado, el suyo no fue ayer el aut¨¦ntico cad¨¢ver pol¨ªtico.
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