Las mujeres cuidan, trabajan m¨¢s y ganan menos
Un estudio del Overseas Development Institute denuncia una crisis de cuidados oculta en la que ni?os y mujeres son las v¨ªctimas. 35,5 millones de cr¨ªos sufren carencias de atenci¨®n
Las mujeres del mundo emplean m¨¢s tiempo que los hombres en labores de cuidado no remuneradas, principalmente de los hijos. Hasta diez a?os m¨¢s de su vida, tal como revela la investigaci¨®n Trabajo de mujeres: madres, ni?os y crisis de cuidados, del centro de pensamiento brit¨¢nico Overseas Development Institute (ODI). Pero las madres tambi¨¦n trabajan en el mercado laboral formal para sostener a sus familias, lo que se traduce en una crisis de tiempo que les afecta en su calidad de vida y bienestar, pero tambi¨¦n a sus peque?os. Al menos 35,5 millones de menores de cinco a?os pasan m¨¢s de una hora al d¨ªa solos o bajo la supervisi¨®n de otro ni?o de menos de 10, seg¨²n el estudio. ¡°Lo que no refleja una falta de amor por parte de sus padres¡±, se?alan los autores, sino una crisis mundial de cuidados que se ceba con los m¨¢s pobres.
La de Elisabeth L¨®pez es la historia de todas esas (y m¨¢s) desigualdades. De g¨¦nero, econ¨®mica, de tiempo y oportunidades. Ella cuidaba de sus cinco hijos en Bolivia cuando en 2004 decidi¨® emigrar en busca de un trabajo mejor remunerado que el de costurera que ten¨ªa en su pa¨ªs y as¨ª poder sostener a la familia. ¡°El pap¨¢ era muy machista. Se emborrachaba y nos echaba de la casa¡±, relata esta mujer de 43 a?os. En julio lleg¨® a Madrid, tras un primer intento en Francia en el que acab¨® en un centro de internamiento y despu¨¦s deportada. ¡°Vine para poder mandarles dinero. Viv¨ªamos en una vereda de tierra, junto a un barranco y cuando llov¨ªa se inundaba¡±, recuerda. Entonces, su hija peque?a ten¨ªa seis a?os.
¡°Ellos se quedaron all¨¢ en La Paz¡±. La decisi¨®n fue tan dif¨ªcil que a Elisabeth a¨²n le duele. Varias veces interrumpe su relato para llorar. ¡°Disculpe se?orita¡±, se recompone. ¡°Les llamaba todos los d¨ªas y les cantaba canciones. Les despertaba y les dec¨ªa que se fueran a la escuela. Pero han pasado muchas cosas malas y yo no estaba all¨ª. Tengo 43 a?os, no tengo amigas y no puedo sonre¨ªr. Me siento culpable¡±, consigue contar. Pero con la parte del sueldo obtenido en sus diferentes trabajos como empleada dom¨¦stica que Elisabeth env¨ªa a sus hijos, estos han conseguido cambiar de casa y costearse sus estudios universitarios. ¡°La mayor estudi¨® Farmacia y el chico est¨¢ haciendo Medicina¡±, explica la madre.
Cuando se combinan responsabilidades remuneradas y no pagadas, incontestablemente ellas trabajan m¨¢s, de media cinco semanas m¨¢s al a?o que los hombres
Como Elisabeth, ¡°muchos padres, principalmente las madres, tienen tomar la dif¨ªcil elecci¨®n entre cuidar de sus hijos y ganar suficiente para sostener a la familia¡±, subraya el documento. Algunos emigran de zonas rurales a la ciudad o incluso a otros pa¨ªses. As¨ª lo expresan los investigadores: ¡°A veces, la elecci¨®n entre sustentar a sus hijos y cuidarles supone decisiones agonizantes. Muchas mujeres dejan sus pa¨ªses ¡ªy a menudo a sus hijos dependientes¡ª para encontrar un trabajo en otro lugar. En algunos pa¨ªses, incluyendo Espa?a ¡ªque es uno de los mayores empleadores de trabajadoras dom¨¦sticas en Europa¡ª, el empleo que encuentran es casi siempre como sirvientas, aunque la mayor¨ªa no hab¨ªan ejercido tal labor antes de emigrar¡±.
Esto ocurre en los casos m¨¢s extremos de necesidad y desesperaci¨®n. Emma Samman, Elizabeth Presler-Marshall y Nicola Jones, los investigadores del ODI autores del estudio, destacan que cuanto menos, las mujeres sufren pobreza de tiempo que acaba repercutiendo en la atenci¨®n a s¨ª mismas y sus hijos. ¡°En 66 pa¨ªses que representan dos tercios de la poblaci¨®n mundial, hay una gran desigualdad en el tiempo que emplea la poblaci¨®n femenina respecto de la masculina en labores no remuneradas. De media, ellas dedican 3,3 veces m¨¢s¡±, detallan. As¨ª, en Irak las mujeres conceden 10,5 semanas m¨¢s al a?o que los varones a trabajos no pagados ni reconocidos. Mientras que en Suecia, el m¨¢s igualitario de los pa¨ªses, esa diferencia es de 1,7 semanas.
El precio de la desigualdad
La pobreza de tiempo que padecen las mujeres tiene un coste, denuncia el documento. ¡°La capacidad de las madres para criar a los hijos llega al l¨ªmite¡±. Lo que empuja a muchas progenitoras a dejar sin atenci¨®n a sus ni?os durante unas horas al d¨ªa. ¡°Le ocurre a 35,5 millones de menores de cinco a?os en el mundo, son m¨¢s que todos los ni?os de Europa [26,3 millones, seg¨²n Eurostat]. Esa falta de cuidado es perjudicial para su salud, su educaci¨®n y desarrollo¡±, explica por tel¨¦fono Emma Samman, una de las autoras. Los pa¨ªses m¨¢s pobres, donde la desigualdad de g¨¦nero es m¨¢s elevada y los padres no se pueden permitir no trabajar o pagar una guarder¨ªa, son los que m¨¢s sufren esta crisis de cuidados. En pa¨ªses de renta media, un 20% de cr¨ªos se quedan solos. Un porcentaje que se eleva al 46% en naciones de bajos ingresos. En cuatro de ellos (Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Costa de Marfil, Chad y Rep¨²blica Centroafricana) m¨¢s de la mitad se quedan sin supervisi¨®n.
Y hay otros costes, adem¨¢s del emocional y educativo de los m¨¢s peque?os. ¡°El trabajo no remunerado de cuidados supone 10 billones de d¨®lares que se pierden al a?o¡±, recoge el texto. Es un 13% del PIB mundial que en la pr¨¢ctica no existe. Esto se produce no solo porque las mujeres hacen un trabajo de crianza que no se les remunera, sino adem¨¢s, porque cuando entran en el mercado laboral formal, reciben un sueldo menor que las que no son madres. Esta diferencia salarial es de un 42% en pa¨ªses en desarrollo, un 37% en China o un 21% en Reino Unido, subrayan los investigadores. ¡°Esto quiz¨¢ refleje elecciones como la reducci¨®n de jornada, pero tambi¨¦n tiene que ver con discriminaci¨®n por parte del empleador y ausencia de servicios de guarder¨ªa¡±, indican.
En Estados Unidos, seg¨²n el Pew Research Center (2014), en las familias con dos progenitores en las que ambos trabajan, las mujeres se dedican m¨¢s al cuidado de los ni?os que los padres, sobre todo en lo que se refiere a gestionar sus horarios y cuando se ponen enfermos. Otro estudio en aquel pa¨ªs revel¨®, adem¨¢s, que el 41% de las encuestadas (de trabajos a tiempo completo y parcial) dijo que ser madres les frenaba su carrera, en contraste con el 20% de hombres que dieron esa misma respuesta.
La dificultad se ceba, sin embargo, con los m¨¢s pobres. En Bostwana, un estudio con 500 hogares, el 50% de los padres declararon haber tenido dificultades en el trabajo por el hecho de haber tenido que cuidar de un hijo enfermo. Ese porcentaje era del 64% en M¨¦xico y 41% en Vietnam. En estos tres pa¨ªses, el 22% de las familias con ingresos menores a 10 euros al d¨ªa hab¨ªan dejado solos y sin atenci¨®n a sus peque?os pacientes.
La World Values Survey, que provee una fotograf¨ªa de la opini¨®n en 52 pa¨ªses que cubren la mitad de la poblaci¨®n mundial, muestra que el 46% de encuestados estaba de acuerdo en que "si las mujeres trabajan por dinero, los ni?os sufren". Este es uno de los muchos estudios y estad¨ªsticas que han analizado los integrantes del ODI. Todos sostienen su tesis.
Las mujeres se encuentran atrapadas, muchas veces con sentimientos de culpa, en la decisi¨®n de elegir entre el cuidado y obtener ingresos, y trabajar m¨¢s para conseguirlos. ?Y los padres? ¡°Hemos encontrado que se entiende que la crianza de los hijos depende de las madres y lo hombres no creen que sea su tarea¡±, responde Samman. Simplemente no va con ellos. Los datos recabados por el equipo del ODI cuantifican tal afirmaci¨®n: las madres se hacen cargo de tres cuartos del tiempo de crianza. Con un rango que oscila del 63% en Suecia al 93% en Irlanda.
El hecho de que las mujeres gasten m¨¢s tiempo que los hombres en tareas invisibles en el hogar y de cuidados, a veces significa que trabajen menos horas en el sector formal. ¡°Pero cuando combinamos responsabilidades remuneradas y no pagadas, incontestablemente ellas trabajan m¨¢s, de media cinco semanas m¨¢s al a?o que los hombres¡±, detalla el ODI, que ha cruzado datos de distintas fuentes de Naciones Unidas.
Elisabeth sabe bien lo que es esa desigualdad de responsabilidad. Su marido, recuerda, ¡°tomaba mucho¡±. Se emborrachaba con frecuencia y no se hac¨ªa cargo de los ni?os. ¡°All¨¢ hay mucho machismo¡±, resume. ¡°Ahora le digo a mi hijo que ¨¦l no se comporte as¨ª, que no sea como su pap¨¢¡±, a?ade emocionada. Con sus ense?anzas, esta madre trata de evitar que la discriminaci¨®n contra la mujer que ella tanto ha sufrido se perpet¨²e. En lo que a la carga de cuidados se refiere, los datos muestran que son las chicas las que mayoritariamente asumen esa funci¨®n en la familia desde la infancia. ¡°Rest¨¢ndoles posibilidades de asistir a la escuela frente a los chicos¡±, advierten los expertos del ODI. ¡°En algunas zonas rurales de Etiop¨ªa, el 52% de las ni?as entre cinco y ocho a?os ya desarrollan labores de cuidado a las que dedican tres o m¨¢s horas, frente al 38% de ni?os¡±, ponen de ejemplo.
En Espa?a, Elisabeth se ha encontrado con otro tipo de discriminaci¨®n: laboral, salarial, institucional, racismo. Cuando perdi¨® su ¨²ltimo empleo, porque el ¡°famoso abogado¡± al que serv¨ªa como interna por 461 euros al mes ¡ª¡°360 en el banco y 100 en mano¡±¡ª la despidi¨® al solicitar unos d¨ªas de vacaciones en Navidad, Elisabeth solo recibi¨® la ayuda de la ONG Pueblos Unidos. ¡°Consegu¨ª un trabajo cuidando ni?os gracias a ellos¡±, dice agradecida. Aunque ha pensado en volver a Bolivia, Elisabeth ha pedido reagrupaci¨®n familiar para la menor de sus hijas a la que le han detectado una enfermedad degenerativa. ¡°Aqu¨ª la van a atender mejor¡±, considera. Y sigue mandando dinero a sus otros hijos.
¡°La pol¨ªtica les est¨¢ fallando a esas mujeres y ni?as. A menudo, se asume que el tiempo es solo un problema para las mujeres empleadas en el mercado laboral formal. Y las decisiones que se toman olvidan a la gran mayor¨ªa de mujeres en pa¨ªses en desarrollo que trabajan en el sector informal (129 millones en el mundo) y cuidan de sus hijos¡±, escriben los autores. Ellas, abundan, no tienen derechos reconocidos para hacer frente a la crianza de su prole. ¡°Esperamos que los decisores pol¨ªticos se centren en la poblaci¨®n femenina y los ni?os, y tomen medidas encaminadas a extender su protecci¨®n¡±, desea Samman.
Algunos pa¨ªses ya lo est¨¢n haciendo con ¨¦xito. El informe destaca Vietnam que, a pesar de que es un pa¨ªs de renta media, ha aprobado una amplia gama de pol¨ªticas de protecci¨®n como, por ejemplo, una baja de maternidad de seis meses con derecho al 100% del salario, paternidad igualmente pagada, as¨ª como la obligaci¨®n de retribuir los descansos para asistir a citas antenatales y posparto, y amamantar al beb¨¦. Tambi¨¦n en l¨ªnea positiva est¨¢ la decisi¨®n de Sud¨¢frica de ratificar la Convenci¨®n Internacional para el Trabajo Dom¨¦stico para la protecci¨®n de las empleadas de este sector predominantemente informal y femenino.
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