Cuando nos exiliamos
Donald Tusk: t¨² no eres nuestra Europa
¡°No veng¨¢is a Europa, todo es en vano¡±, escupi¨® hace unos d¨ªas el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para desanimar a los inmigrantes econ¨®micos, aunque el momento les fusiona de hecho con los huidos de las guerras en busca de refugio y asilo.
Solo por esta frase ignominiosa, ese Tusk, que pasa por ser el m¨¢s liberal de los pol¨ªticos polacos, merece desprecio eterno. Y sin contabilizar el papel¨®n que hizo en la crisis brit¨¢nica, vendiendo Europa a Cameron por un plato de lentejas. Ese Tusk es el presidente del Consejo Europeo, o sea, de los 28 primeros ministros, y representa ya por siempre la Anti-Europa, porque la Europa comunitaria era antes que nada la tierra de acogida, de resistentes y emigrantes: polacos, entre muchos otros.
La poca verg¨¹enza de Tusk tiene antecedentes lejanos. Los exiliados espa?oles en plena Guerra Civil fueron calificados de ¡°extranjeros indeseables¡±, por el decreto de 12 de noviembre de 1938 del Gobierno franc¨¦s de ?douard Daladier ¡ªcon el brit¨¢nico Neville Chamberlain, del partido de los ¡°apaciguadores¡± del F¨¹hrer¡ª, un radical de izquierdas. El decreto les cerr¨® las fronteras e impuso la expulsi¨®n a quienes las hab¨ªan atravesado: todo era, tambi¨¦n, en vano.
La ca¨ªda de Barcelona, el 26 de enero de 1939, rompi¨® todas esas barreras, porque es dif¨ªcil mantener las vallas ante medio mill¨®n de derrotados que pugnan por entrar... en tan solo 15 d¨ªas. Daladier, al menos, se las abri¨®.
Aunque aquellos ¡°indeseables¡± murieron como chinches en los campos de internamiento o ¡°centros de reclusi¨®n administrativa¡±, sin agua, ni comida ni abrigo, salvo el que los citoyens particulares les pudieron solidariamente prestar. Iban entre ellos don Juan Negr¨ªn, el honorable Llu¨ªs Companys, el lehendakari Aguirre, don Diego Mart¨ªnez Barrio... sumen y sigan.
Nuestro exilio dio a Francia los ¨²ltimos d¨ªas de Antonio Machado, en Colliure. Y los primeros resistentes an¨®nimos que liberaron Par¨ªs. A la leyenda europea, m¨¢rtires de los campos de exterminio nazis y escritores como Jorge Sempr¨²n, superviviente de Buchenwald. A M¨¦xico y Argentina, una intelligentsia de primera.
?No veng¨¢is a Europa?
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