El agua: ?cosa de mujeres?
Cualquier pol¨ªtica p¨²blica sobre agua debe incorporar una perspectiva de g¨¦nero ya que ellas dedican m¨¢s de 125 millones de horas al d¨ªa a recolectarla
En 1969, cuando Neil Armstrong y su compa?ero Buzz Aldrin llegaron a la luna a bordo de la nave Apolo 11, nadie cuestion¨® lo que el progreso tecnol¨®gico hab¨ªa hecho posible: conquistar el espacio, un verdadero hito para la civilizaci¨®n moderna. Lo que hubiese costado trabajo creer en ese momento es que 47 a?os despu¨¦s, aqu¨ª en la tierra, las mujeres en un pa¨ªs como Sud¨¢frica a¨²n caminen diariamente el equivalente a 16 veces la distancia ida y vuelta a la luna para recoger el agua que sus familias necesitan para sobrevivir. Tambi¨¦n podemos interpretar esta cifra mirando el reloj: alrededor del mundo, mujeres y ni?as dedican m¨¢s de 125 millones de horas cada d¨ªa a recolectar agua para sus familias en recipientes que pueden llegar a pesar hasta 20 kilos.
El papel tradicional de las mujeres en el hogar explica por qu¨¦ los hombres dedican m¨¢s tiempo a actividades remuneradas y las mujeres se ocupan de los quehaceres dom¨¦sticos, un trabajo esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad pero con muy poco reconocimiento y ninguna remuneraci¨®n monetaria. Por ende, cuando no hay servicio de agua (o este es limitado) las mujeres en el mundo, principales usuarias, prestadoras y administradoras de los servicios, pasan m¨¢s de seis horas diarias buscando agua, hirvi¨¦ndola para beber, cocinar, ba?ar a los ni?os, limpiar la casa y lavar la ropa en lugar de ir a la universidad, trabajar o descansar. Y a¨²n peor, las mujeres y ni?as que no cuentan con un ba?o deben caminar grandes distancias, solas, en muchas ocasiones de noche para evitar ser vistas y/o acosadas, obligadas a defecar al aire libre, atentando contra su dignidad y seguridad personal.
En educaci¨®n, una de cada cuatro ni?as en el mundo no termina la escuela primaria, frente a uno de cada siete ni?os. Esto se debe, en parte, a que en muchos casos las escuelas no cuentan con ba?os y, cuando estos existen, por lo general no responden a las necesidades de las ni?as, quienes se ven obligadas a ausentarse de las clases durante su menstruaci¨®n. En t¨¦rminos del mercado laboral, las p¨¦rdidas son alarmantes: en ?frica Subsahariana, 40.000 millones de horas se pierden cada a?o debido al acarreo del agua, lo que equivale a un a?o entero de trabajo de toda la fuerza laboral de Francia. Y cuando pensamos que en el mundo el 70% de las personas que vive en situaci¨®n de pobreza son mujeres, asumiendo gran parte de las labores no remuneradas en el hogar, entendemos por qu¨¦ el agua y el saneamiento son elementos clave para la sostenibilidad de las pol¨ªticas de inclusi¨®n social.
Para combatir las desigualdades, tenemos que empezar por saber medir la dimensi¨®n del problema
En el sector de agua y saneamiento, las pol¨ªticas p¨²blicas deben incorporar una perspectiva de g¨¦nero para asegurar su sostenibilidad. Para combatir las desigualdades, tenemos que empezar por saber medir la dimensi¨®n del problema. Aunque contamos con mucha informaci¨®n sobre el acceso a servicios de agua y saneamiento, muy poca est¨¢ desagregada por sexo. Asimismo, es importante incorporar la perspectiva de g¨¦nero en nuestros proyectos, como por ejemplo a trav¨¦s de la capacitaci¨®n y sensibilizaci¨®n sobre las diferencias en los roles de g¨¦nero o tomando en cuenta la opini¨®n y necesidades espec¨ªficas de las mujeres durante los procesos de toma de decisi¨®n ligados al dise?o e implementaci¨®n. Esto nos lleva a la necesidad de incrementar la participaci¨®n de las mujeres en el sector: actualmente las mujeres est¨¢n subrepresentadas, siendo solamente el 19,7% de los empleados del sector de agua y saneamiento (comparado con m¨¢s del 60% en el sector servicios). Por tanto, es nuestra responsabilidad poner en marcha acciones que promuevan una participaci¨®n igualitaria de hombres y mujeres en puestos de decisi¨®n (desde los ministerios hasta los comit¨¦s de agua comunitarios), as¨ª como el desarrollo de pol¨ªticas sectoriales y planificaci¨®n y la administraci¨®n de proyectos.
Solo me queda esperar que la pr¨®xima vez que escriba sobre las mujeres y la luna sea para narrar las aventuras de la nueva gran generaci¨®n de astronautas exploradoras, en un mundo donde el acceso universal al agua y saneamiento pas¨® de ser un sue?o de pocos a una realidad de todos.
Sergio I. Campos G es jefe de la Divisi¨®n de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo.
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