El ¨²ltimo refugio de las ni?as v¨ªctimas de trata

Mar¨ªa (nombre ficticio) ten¨ªa cinco a?os cuando unos familiares abusaron sexualmente de ella por primera vez. Desde entonces, y hasta que cumpli¨® 17 a?os, su vida fue un infierno en la que incluso sus paientes llegaron a alquilarla entre los presos de una c¨¢rcel para que la violaran. Ahora cuenta con 22 a?os y lleva cuatro viviendo en La Alianza (ALA), una instituci¨®n creada en diciembre de 2010 para proteger a las ni?as y adolescentes que han sufrido abusos sexuales, violaciones o que han sido v¨ªctimas de la trata de personas en Guatemala. Dirigida por la poeta y articulista guatemalteca Carolina Escobar Sarti, esta asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro atiende a 65 chicas entre los 12 y los 22 a?os que han sido derivadas por un Juzgado al considerar que sus familias no se pod¨ªan hacer cargo de ellas o que estaban desamparadas.

Pese a que en un principio estaba previsto que al cumplir los 18 estas j¨®venes abandonar¨ªan La Alianza si as¨ª lo deseaban, Escobar explica que se decidi¨® crear una casa de transici¨®n para que las ni?as que llegan a esta edad y no tienen familia porque la perdieron o las abandonaron puedan continuar estudiando para vivir de manera independiente en un futuro con un empleo digno. Actualmente, la residente de mayor edad es, precisamente, Mar¨ªa, que tiene 22 a?os. Fue rescatada cuando ten¨ªa 17 por la Procuradur¨ªa de Derechos Humanos, que pidi¨® a La Alianza que se hiciese cargo de ella dada la gravedad de su caso.

As¨ª, tras conocer el horror que sufri¨® la joven durante su corta vida, el equipo de atenci¨®n integral de ALA hizo una excepci¨®n y decidi¨® acogerla en la residencia, donde permanecer¨¢ toda su vida si ella quiere, tal y como aseguran sus responsables. Durante los ¨²ltimos cuatro a?os, la ni?a? ha recibido atenci¨®n psicol¨®gica y psiqui¨¢trica igual que el resto de menores que la habitan. Ubicada en la capital de Guatemala, medio centenar de trabajadores se preocupa de sus planes de vida, su formaci¨®n y de su cuidado para restituir sus derechos, sanar en lo posible sus traumas y conseguir que a corto plazo se valgan por s¨ª mismas. Adem¨¢s, dos abogados y dos procuradores legales se encargan de llevar a cabo los procesos judiciales contra los agresores o los explotadores de las ni?as; cada semana se celebra en los tribunales una media de cuatro audiencias para analizar la situaci¨®n de las menores ingresadas en el centro.

Desde que abri¨® sus puertas, La Alianza ha atendido a 335 ni?as y ha logrado 23 sentencias de las que 22 fueron condenatorias. La restante result¨® absolutoria porque se prob¨® la inocencia de la persona acusada por la menor. Entre las v¨ªctimas que consiguieron una condena contra sus agresores se encuentra una menor que fue violada por el hijo del pastor de su localidad. Tras producirse el abuso, seg¨²n relat¨® la abuela de la ni?a a personal de ALA, fueron muchos los hombres de la comunidad que golpearon la puerta de su casa para violarla, ya que consideraban que se hab¨ªa convertido en propiedad del pueblo y pod¨ªan hacer con ella lo que quisieran. ¡°En Guatemala existe una normalizaci¨®n de la violencia sexual, lo que permite que la trata se produzca de manera m¨¢s f¨¢cil¡±, lamenta la directora de La Alianza, quien asegura que se ha enfrentado a casos que parecen ¡°de ficci¨®n¡±, como el de una ni?a que lleg¨® embarazada y que fue acogida durante tres a?os y medio en el centro tras ser violada entre los seis y los 15 a?os por su padre, su hermano, su abuelo y su t¨ªo, de los cuales solo alguno ingres¨® en prisi¨®n.

Seg¨²n explica, la menor lleg¨® desnutrida a La Alianza porque en casa los hombres com¨ªan primero y para ella s¨®lo quedaban las sobras. Nadie consigui¨® que se alimentara, as¨ª que un d¨ªa le dijeron en el centro que le dar¨ªan lo que m¨¢s quisiera en la vida si comenzaba a comer por lo menos un par de d¨ªas. Ella contest¨® que lo har¨ªa porque lo que m¨¢s deseaba era comer pollo de una conocida marca del pa¨ªs centroamericano. Tras probar algo durante dos d¨ªas, la llevaron a un restaurante y la joven cumpli¨® su deseo. El caso de esta menor no es excepcional en Guatemala, donde diariamente se contabilizan 18 partos de ni?as de menos de 14 a?os, seg¨²n el Sistema Nacional de Salud. Por su parte, Unicef apunta que cada d¨ªa se quedan embarazadas 216 ni?as y adolescentes, muchas de ellas tras ser violadas por familiares. Solo en los ocho primeros meses de 2015 se registraron 4.431 embarazos en ni?as menores de 14 a?os, de las cuales hab¨ªa nueve con solo 10 a?os y 54 con 11 , tal como revela el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (Osar).

Muy pocos casos son denunciados ante la Justicia, ya que, seg¨²n constata Osar, una vez que queda embarazada la ni?a es obligada, ya sea por la familia o la comunidad, a asumir la maternidad. Ello se tradujo en que, de las 3.722 ni?as menores de 14 a?os que quedaron embarazadas entre enero y julio de 2015, solo se presentaron 400 denuncias, mientras que el a?o anterior ¨²nicamente se denunciaron 680 casos que derivaron en 40 condenas pese a que la cifra de embarazos en esta franja de edad se elev¨® hasta las 5.119. Son varias las menores que viven en La Alianza con sus hijos, para quienes hay una guarder¨ªa y unas cuidadoras para que las ni?as puedan estudiar. Escobar se?ala que se dan casos en los que las menores rechazan a sus hijos y no quieren verlos, por lo que viven separadas de ellos en la residencia y s¨®lo conviven con ellso unas horas al d¨ªa. El objetivo es que poco a poco los vayan aceptando.

La directora de La Alianza se?ala que ha visto casos de familias con varios hijos en las que los padres deciden vender a su hija por 25 quetzales (menos de tres euros) para que mantenga relaciones sexuales, por lo que se dan muchos casos de prostituci¨®n infantil. Una de las menores que fue acogida se prostitu¨ªa con 12 a?os y llegaba a tener hasta 25 clientes por d¨ªa para ¡°poder comprar el desayuno¡± a sus hermanos, seg¨²n se?al¨® la ni?a. La menor fue ingresada en esta instituci¨®n, aunque su madre la llamaba constantemente para reprocharle que ¡°por culpa suya¡± estaba enfermando ya que ella y sus hijos no ten¨ªan para comer.

Por su parte, la Procuradur¨ªa revela en su ¨²ltimo informe sobre Trata de Personas en Guatemala que el 60% de las ni?as embarazadas es de origen maya, por lo que alerta de que una ni?a ind¨ªgena puede ser cuatro veces m¨¢s discriminada por ser ni?a, menor de edad, ind¨ªgena y pobre. As¨ª, en estas comunidades suelen ser habituales los matrimonios forzosos entre ni?as y adultos, lo que ha provocado que el Congreso de Guatemala aprobara en noviembre de 2015 una modificaci¨®n del C¨®digo Civil para aumentar de 14 a 18 a?os la edad m¨ªnima de las ni?as para poder casarse, si bien un juez podr¨¢ autorizar el matrimonio de menores si han cumplido los 16. Incluso en este punto exist¨ªa discriminaci¨®n, dado que los ni?os pod¨ªan contraer matrimonio a partir de los 16 a?os, dos a?os m¨¢s tarde que ellas, si bien tambi¨¦n se ha elevado la edad hasta los 18. Hasta esa fecha, Guatemala era el ¨²nico pa¨ªs de Centroam¨¦rica que permit¨ªa que las menores contrajesen matrimonio a tan corta edad. Lo que no lograron los legisladores fue un consenso para reformar tambi¨¦n los art¨ªculos que permiten mantener relaciones sexuales con menores a partir de los 14 a?os.