Warhol hasta en la sopa
El poli¨¦drico artista que redefini¨® el devenir del arte contempor¨¢neo con un bote de sopa Campbell siempre vuelve, nunca se va
Inagotable. Warhol es inagotable. Inagotable la fascinaci¨®n que genera, la controversia que despierta, el rechazo que provoca. Inagotable su obra, que sigue emergiendo de esas c¨¢psulas del tiempo que confeccion¨® en sus ¨²ltimos a?os de vida y que a¨²n deparan sorpresas entre los conservadores del Museo Warhol de Pittsburgh. Inagotable su pujanza en el mercado del arte, donde desde hace 10 a?os se mantiene como uno de los valores m¨¢s s¨®lidos, como un term¨®metro del mercado, como un Dow Jones del mundo del arte.
Inagotable su talento para reinventarse, para hacer algo de la nada. Cualquier cosa puede ser arte.
Inagotable tambi¨¦n su capacidad para desafiar al espectador, como hace en Empire, esa pel¨ªcula que rod¨® en el a?o 1964 y que en estos d¨ªas se puede ver en la muestra que acoge el Ashmolean Museum de Oxford: en la imagen, el Empire State Building de Nueva York. La c¨¢mara quieta. Durante ocho horas. Enfocando al edificio. Un solo plano, leves y progresivos cambios en la luz, alguna sombra que pasa. El cr¨ªtico de arte Blake Gopnik escribi¨® en 2014 una cr¨®nica de su experiencia en el visionado de las ocho horas de esta obra de Warhol. Dijo que la pel¨ªcula engancha.
Las muestras sobre el trabajo del artista de Pittsburgh se multiplican a lo largo y ancho del globo. En 2015 se registraron m¨¢s de 40 exposiciones solo en Estados Unidos; entre ellas, la de las 32 sopas Campbell que expuso el MOMA de Nueva York. El a?o pasado, la Tate de Liverpool abri¨® sus salas a Transmitting Andy Warhol. Acaba de cerrar sus puertas, a principios de febrero de 2016, una muestra de 200 obras en el Museo de Arte Moderno de Par¨ªs. En Nueva York, The Morgan Library and Museum acoge Warhol by the Book, que incluye ocho proyectos de libros, portadas y contribuciones en todo tipo de publicaciones. En Melbourne, la National Gallery of Victoria expone Andy Warhol & Ai Weiwei. La galer¨ªa Gagosian de Londres acoge hasta el 23 de abril una muestra que emparenta sus trabajos con los del fot¨®grafo Richard Avedon.
En Espa?a, se exhibe en el Guggenheim de Bilbao hasta el pr¨®ximo 2 de octubre Sombras, 102 lienzos serigrafiados basados en dos fotograf¨ªas de sombras tomadas en el estudio de Warhol. Tambi¨¦n se esperan dos importantes muestras para finales de este a?o o principios del que viene en suelo espa?ol, seg¨²n adelanta el director del Museo Warhol de Pittsburgh, Eric Shiner. Y el a?o que viene, en conmemoraci¨®n del 40? aniversario del fallecimiento del gran adalid del arte pop, el Museo Jumex de M¨¦xico albergar¨¢ una gran muestra sobre su concepto de la muerte.
Inagotable su talento para reinventarse, para hacer algo de la nada. Cualquier cosa puede ser arte
Warhol, Warhol, Warhol. Warhol hasta en la sopa.
Sostiene el cr¨ªtico de arte Blake Gopnik que el artista, nacido en 1928 en Pittsburgh, es el perfecto cartel para una exhibici¨®n. Atrae a grandes audiencias y adem¨¢s concita el inter¨¦s de los m¨¢s serios catadores de arte contempor¨¢neo. ¡°Para el mundo del arte serio es el hombre que expandi¨® la noci¨®n de arte¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica desde Nueva York. ¡°Es uno de los m¨¢s complicados y profundos artistas del siglo XX o de cualquier otros siglo¡±. Para los m¨¢s j¨®venes, a?ade, es una ¡°celebridad exc¨¦ntrica¡±. Aquel tipo que se codeaba con Bowie, Robert Mapplethorpe, Yves Saint-Laurent, Dennis Hopper y Truman Capote; el glamuroso hombre de las pelucas blancas y las Ray-Ban negras que apuraba las noches rodeado de gente muy puesta en los pasillos del m¨ªtico Studio 54, conserva intacto su halo, no apto para mit¨®manos. Se le puede considerar todo un precursor de la cultura de las celebridades que hoy nos inunda.
M¨¢s all¨¢ de su influjo y vigencia en los tiempos que corren, la proliferaci¨®n de muestras tampoco debe sorprender si se tiene en cuenta lo prol¨ªfico que era el artista, su din¨¢mica de producci¨®n industrial de los ¨²ltimos a?os y la cantidad de obra que se puso a circu?lar en el mercado del arte en el a?o 2011 ¨Cla Fundaci¨®n Warhol puso a la venta 20.000 piezas¨C. El profeta de los nuevos medios, el visionario que se adelant¨® al fen¨®meno Instagram cargando all¨¢ por donde iba con su Polaroid, es, con permiso de Pablo Picasso, uno de los artistas m¨¢s fecundos del siglo XX.
Al morir, leg¨® a la fundaci¨®n que lleva su nombre m¨¢s de 100.000 obras. M¨¢s de 100.000 obras, s¨ª, no es una errata, no sobra ning¨²n cero.
Una buena parte de ellas fue a parar al museo que hay en su ciudad natal, Pittsburgh. All¨ª se pueden ver 900 cuadros, 100 esculturas, 200 trabajos en papel, m¨¢s de 1.000 serigraf¨ªas y 4.000 fotograf¨ªas; por no hablar de las 60 pel¨ªculas, los 4.000 v¨ªdeos o los 200 Screen Test, esas peque?as joyas que rod¨® entre los a?os 1964 y 1966, ¨¦poca de esplendor creativo, cortometrajes en los que sentaba delante de una c¨¢mara a los que pasaban por su estudio y los dejaba cuatro minutos frente al objetivo con una sola consigna: no parpadear.
A semejante tortura se someti¨®, parpadeando, la cr¨¨me de la cr¨¨me del underground (y no tan underground) neoyorquino. Se puede ver a un Bob Dylan con 25 a?os, camisa negra y chaqueta, desviando la mirada, reacomod¨¢ndose en su silla; a un Marcel Duchamp tranquilo, arqueando las cejas, fum¨¢ndose un puro; o a una magn¨¦tica Nico, cantante y socia de la Velvet Underground, aguantando el tipo, ri¨¦ndose del experimento. Piezas como estas se pueden contemplar en una de las salas de la muestra del Ashmolean Museum de Oxford.
Su producci¨®n fue ingente, y en el museo de Pittsburgh a¨²n est¨¢n desenterrando los tesoros que esconden las 610 c¨¢psulas del tiempo en las que el artista empaquetada bocetos, recuerdos de su vida, objetos que acumulaba como buen coleccionista compulsivo que era.
¡°El negocio del arte es lo que viene despu¨¦s del Arte¡±, escribi¨® Warhol en 1975. ¡°Quiero acabar como un artista del negocio¡±
¡°Era un aut¨¦ntico adicto al trabajo, trabajaba todos los d¨ªas como si no hubiera un ma?ana¡±. Lo dice su sobrino James Warhola en conversaci¨®n telef¨®nica desde Nueva York. Artista e ilustrador, relata con voz entusiasta los d¨ªas en que ve¨ªa a su t¨ªo pintar a mano esas latas de sopa Campbell que se convertir¨ªan en iconos del arte pop. James Warhola y su hermano correteaban por el estudio de su t¨ªo en la primera mitad de la d¨¦cada de los sesenta. Recuerda c¨®mo el t¨ªo Andy empez¨® a experimentar con las serigraf¨ªas, le vio trabajar en sus retratos de Marilyn, de Liz Taylor, de Elvis Presley.
James Warhola, nacido en Pittsburgh en 1955, cuenta que el hombre que rompi¨® con el discurso de los expresionistas abstractos, lejos de ser ese personaje arisco, raro e inquietante que aparentaba ser, era en realidad todo un bromista, un tipo al que le encantaba decir tonter¨ªas, con un talento natural para interactuar con ni?os. Hay una palabra que repet¨ªa una y otra vez, cuenta su sobrino: ¡°Marvelous¡± [maravilloso].
La vena art¨ªstica, dice Warhola, le ven¨ªa de su madre, con la que vivi¨® a lo largo de 20 a?os. ¡°Ella era muy creativa y tuvo mucha influencia en ¨¦l. Le encantaba decorar huevos, dibujar, pintar¡±.
Warhola ¨CAndy Warhol se quit¨® la a del apellido porque le sonaba mejor¨C confiesa que su t¨ªo le sirve de gran inspiraci¨®n a la hora de trabajar. ¡°Dec¨ªa que el arte puede ser cualquier cosa; que est¨¢, todo, alrededor de nosotros¡±.
Arte puede ser cualquier cosa y, como dir¨ªan sus detractores ¨Centre los que se encontraba el reputado cr¨ªtico de arte Robert Hughes¨C, de cualquier manera. La ¨¦poca que su bi¨®grafo el fil¨®sofo Arthur C. Danto califica de mayor profundidad conceptual, la de los rompedores a?os sesenta, deriv¨® en una de producci¨®n en serie que fue a m¨¢s en los ¨²ltimos a?os de su vida. Producci¨®n en serie que marc¨® el camino para algunos de los magos de arte contempor¨¢neo de nuestros d¨ªas, como el siempre pol¨¦mico Jeff Koons.
¡°El negocio del arte es lo que viene despu¨¦s del Arte¡±, escribi¨® Warhol en 1975 en La filosof¨ªa de Andy Warhol: de A a B y de B a A (Tusquets). ¡°Empec¨¦ como un artista comercial y quiero acabar como un artista del negocio. Ser bueno en los negocios es la forma m¨¢s fascinante de arte¡±.
Algunos sit¨²an el punto de inflexi¨®n en la producci¨®n art¨ªstica de Warhol en el momento en que traslada la sede de la m¨ªtica Factory, espacio de inspiraci¨®n y perdici¨®n, al n¨²mero 33 de Union Square West en 1968. Un cambio que al propio Warhol le daba un poco de miedo: ¡°Tem¨ªa que sin esos locos drogados farfullando a mi alrededor, haciendo locuras, pod¨ªa perder mi creatividad. Hab¨ªan sido mi absoluta inspiraci¨®n desde 1964¡±, confes¨® a su amigo y confidente David Bourdon.
El traslado a esas nuevas dependencias, que se asemejaban mucho m¨¢s como espacio a una oficina, marc¨® un giro hacia un nuevo modo de concebir y ejecutar las obras en los a?os en los que Warhol hab¨ªa soltado los ?pinceles para entregarse en cuerpo y alma a hacer pel¨ªculas. Sus abogados, mientras, andaban ocupados dando forma a Andy Warhol Entreprises.
¡°A Warhol le pasa lo mismo que a Picasso: todo lo que hace est¨¢ bien¡±, dice el comisario Norman Rosenthal
¡°A partir de entonces, la producci¨®n se intensific¨®¡±, confirma en conversaci¨®n telef¨®nica desde Nueva York Vincent Fremont, que conoci¨® a Warhol en 1969 y se convirti¨® en vicepresidente de Andy Warhol Entreprises en 1974. ¡°Todo se volvi¨® m¨¢s estructurado¡±. Fremont, para quien Warhol fue ¡°como un segundo padre¡±, recuerda que en aquellos a?os el establishment del arte ya empezaba a decir que Warhol hab¨ªa perdido el pulso art¨ªstico. Algo con lo que no est¨¢ de acuerdo. ¡°Fue un visionario, ten¨ªa una mirada hacia el mundo absolutamente ¨²nica. Y, como todos los grandes artistas, fue un adelantado a su tiempo¡±.
Fremont, que fue m¨¢nager de la Factory, asisti¨® a toda la puesta en marcha de la maquinaria industrial. A los a?os en que el artista neoyorquino empez¨® a hacer series serigrafiadas en las que volv¨ªa sobre los motivos que le hab¨ªan dado fama en la d¨¦cada anterior: las sopas Campbell, los billetes de d¨®lar, las flores¡
El cr¨ªtico de arte Richard Dorment revel¨® en un art¨ªculo de investigaci¨®n publicado en 2013 en The New York Review of Books que uno de los problemas que existen con el legado de Warhol es que muchos de sus trabajos, desde los a?os setenta, fueron elaborados fuera de su estudio, en imprentas que ni siquiera visitaba ¨Caspecto este que la Fundaci¨®n Warhol para las Artes Visuales niega mediante un escueto correo electr¨®nico enviado a este peri¨®dico¨C. Fremont, que fue agente de ventas de la Fundaci¨®n Warhol tras la muerte del artista, tambi¨¦n lo niega. Recuerda que el creador de Ocho Elvises recurr¨ªa siempre a dos imprentas. Pintaba en su estudio, siempre supervisaba el trabajo que ven¨ªa de imprenta y firmaba las obras cuando le eran entregadas.
En el libro La supermodelo y la caja de Brillo (Ariel), Don Thompson, el economista y especialista en estrategia de marketing de la London School of Economics, realiza una incisiva disecci¨®n del mundo del arte contempor¨¢neo y afirma: ¡°Resulta dif¨ªcil determinar la autenticidad de algunas de las im¨¢genes de producci¨®n masiva de Warhol¡±.
Thompson describe el proceso industrial. Las serigraf¨ªas empezaban con una foto enviada a un laboratorio, que luego era transferida a una placa de acetato. El acetato era utilizado para fijar una imagen sobre la pantalla de serigraf¨ªa, la parte m¨¢s delicada del proceso creativo. El resultado se imprim¨ªa en un lienzo. La fase final del proceso se encomendaba a impresores profesionales que, en ocasiones, pod¨ªan hacer alguna copia de m¨¢s, de ah¨ª las suspicacias. ¡°Con sus t¨¦cnicas de reproducci¨®n mec¨¢nica de las sopas Campbell y las cajas Brillo¡±, explica Luc¨ªa Agirre, comisaria en el Guggenheim de Bilbao, ¡°Warhol utiliz¨® una t¨¦cnica que no se hab¨ªa usado antes en el arte. Fue un clic¡±.
¡°?Rafael ten¨ªa una f¨¢brica! ?Rubens ten¨ªa una f¨¢brica! ?No hay nada de malo en tenerla, la mayor parte de los grandes artistas la tuvieron!¡±, exclama enf¨¢tico, alzando los brazos, Norman Rosenthal, comisario de la muestra que en estos d¨ªas se puede ver en Oxford. El que fuera jefe de exposiciones durante 30 a?os de la brit¨¢nica Royal Academy desde?a el debate period¨ªstico que rodea la hiperproducci¨®n de Warhol en sus ¨²ltimos a?os y las dudas que se siembran en torno a la autenticidad de algunas de sus obras. ¡°Andy Warhol sab¨ªa lo que hac¨ªa, era un gran controlador, controlaba lo que se hac¨ªa en su nombre¡±, dice sentado a una de las mesas del despacho del director del Ashmolean mientras pica algo de comer, en el cl¨¢sico d¨ªa de cielo gris y chirimiri en la ciudad de la excelencia universitaria. ¡±Algunos artistas trabajan r¨¢pido y otros trabajando despacio. Lo importante es lo que queda¡±.
El influyente comisario Rosenthal, que visit¨® el estudio de Warhol en los ochenta y se neg¨® en su momento a posar desnudo para ¨¦l, considera al artista que convirti¨® la vida cotidiana de los americanos en arte ¡°un s¨ªmbolo de su tiempo¡± y afirma que su obra es cada vez m¨¢s relevante conforme van pasando los a?os. ¡°Cuando muri¨®, la gente dijo, como con Picasso, que los trabajos de sus ¨²ltimos 25 a?os no ten¨ªan valor. Pero a Warhol le pasa lo mismo que a Picasso: todo lo que hace est¨¢ bien¡±.
Con todo, con el aluvi¨®n de obras en el mercado, con el cierre del Comit¨¦ de Autentificaci¨®n de obras tambi¨¦n en 2011, con las pol¨¦micas, las controversias y las acusaciones de ser un fraude est¨¦tico o un fabricante de salchichas, Warhol sigue fascinando y su cotizaci¨®n no toca techo. Su Triple Elvis se vendi¨® por 65,7 millones de euros en noviembre de 2014 en una subasta en Christie¡¯s, y sus Cuatro Marlons, por 55,8 millones. ¡°Warhol siempre resulta innovador¡±, dice Eric Shiner, director del Museo Warhol, en conversaci¨®n telef¨®nica desde Pittsburgh. ¡°Se adelant¨® a su tiempo, de modo que resulta profundamente contempor¨¢neo 29 a?os despu¨¦s de su muerte¡±.
Vincent Fremont, el m¨¢nager de la Factory que recientemente ha sido nombrado consejero delegado del grupo editorial ARTnews, recuerda con tristeza los d¨ªas finales de Warhol. Habl¨® con ¨¦l la v¨ªspera de su entrada en quir¨®fano para extirparse la ves¨ªcula biliar, una operaci¨®n que no deb¨ªa haber presentado la m¨¢s m¨ªnima complicaci¨®n. ¡°Acababa de terminar una serie de obras en blanco y negro. En su ¨²ltimo a?o hab¨ªa experimentado un subid¨®n de energ¨ªa: hab¨ªa hecho la serie de La ¨²ltima cena, los mapas con los misiles, cargados de significado pol¨ªtico¡ No tendr¨ªa que haber muerto. Ten¨ªa 58 a?os¡±.
La operaci¨®n no parec¨ªa deparar nada malo. Pero en aquella fr¨ªa noche del s¨¢bado 21 de febrero de 1987, con poco personal en el hospital, algo se torci¨®.
A las 5.45 del domingo, Andy Warhol, que hab¨ªa ingresado en la cl¨ªnica bajo la identidad ficticia de Bob Robert, se encontraba muy mal. A las 6.31 fallec¨ªa v¨ªctima de un ataque al coraz¨®n, seg¨²n el informe m¨¦dico. Unos d¨ªas antes, sus recelos ante la entrada en quir¨®fano le hab¨ªan hecho guardar el testamento y algunos objetos de valor en la caja fuerte de su mansi¨®n en el Upper East Side de Nueva York.
elpaissemanal@elpais.es
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