El gran timo de la torrija
?Un dulce ic¨®nico de la Semana Santa o una de sus mayores estafas? Consejos para que no te la den con queso
Por fin llegan las vacaciones de Semana Santa. La temperatura va recuper¨¢ndose ¨Caunque a saber si el oto?o lleg¨® a irse alguna vez¨C. Madrid es un hervidero de turistas que buscan el selfie con la spanish tapa en los locales m¨¢s equivocados del mundo para petarlo en su Instagram. Caminas por la calle, huele a iglesia revenida y enmohecida, olor que desprende una pasteler¨ªa de bastante renombre. Entras; descubres que el olor procede de las torrijas que se fabrican dentro. Te revuelves. Miras el precio: 3,80 € la unidad. Empiezas a creer que las torrijas las fabrican con leche de vaca india que se alimenta de caviar de beluga 000 y Bling H20 pure water. Preguntas si venden el pan para hacer torrijas. ?Su precio? 1 euro. No salen las cuentas. Huyes despavorido. ?Nunca m¨¢s! ?Nunca m¨¢s!
Definitivamente los espa?oles, en materia de gastronom¨ªa estacional, y m¨¢s concretamente en cuesti¨®n torrijas, somos m¨¢s borricos que borricos. Llega una fecha se?alada y somos tan idiotas como para pagar cantidades astron¨®micas por un trozo de pan mojado en leche, aromatizado y frito en aceites de dudoso origen. Porque s¨ª, amigos, una torrija no es nada m¨¢s que eso, no nos enga?emos. Puedes tener en cuenta materias primas, mano de obra, instalaciones y dem¨¢s cosas pero, ?Cuatro euros por una rodaja de pan frito! Nos hemos vuelto locos del todo.
Por otra parte, el universo de la torrija es bastante m¨¢s extraterrestre del que pensamos. Hemos llegado al punto de que ya no s¨®lo todo vale, sino que adem¨¢s celebramos concursos nacionales de torrijas, las hacemos saladas, las comemos de aperitivo y hasta las deconstru¨ªmos. Pero si hay algo que revolver¨¢ a familias enteras de torrijeros del medievo es la adaptaci¨®n vegana de este dulce t¨ªpico de la cuaresma. Los veggies ya rizan el rizo con el empleo de leche de avena o de almendras, obteniendo un resultado guarrindongada digno de gallifante en la frente, imposible de comer y con un futuro bastante claro: la extinci¨®n.
Claro que si sois muy torrijeros, es m¨¢s que probable que todo esto que os cuento igual no os afecte. Los tradicionalistas m¨¢s ac¨¦rrimos son capaces de gastarse lo que puede llegar a costar un men¨² completo low cost en una hermosa torrija. Y es que una simple torrija de tama?o generoso tiene casi 500 calor¨ªas. El aporte de grasas saturadas e hidratos de carbono es bastante elevado, lo que le convierte en un aliado perfecto para esa lorza que tanto os gusta que se albergue en las partes m¨¢s rec¨®nditas de vuestros cuerpos.
Y la raz¨®n es bien simple: la torrija comprada puede llevar en su composici¨®n unos cuantos ingredientes quiz¨¢s no tan saludables como berrean ciertos reposteros. Estos ingredientes son fundamentalmente aceites inferiores empleados para la fritura, el pan de mala calidad o esos nuevos estilos de frosting que terminan de travestir al dulce en cuesti¨®n.
En resumidas cuentas: queridos comedores de torrija non-stop ?que no os la den con queso! Si quer¨¦is comer una torrija de calidad no os la jugu¨¦is, como en casa en ning¨²n sitio. Todo son ventajas; adem¨¢s de controlar los ingredientes y cocinarla a vuestro rollo m¨¢s creativo, no tendr¨¦is que soportar ese momento Kill Bill que algunos hemos sufrido en una pasteler¨ªa al recibir la cuenta a pagar. Es un robo a mano armada. Uno ya no sabe si entra en una pasteler¨ªa o en la planta s¨®tano de la residencia de Los Soprano.
Y como siempre os digo, que cada uno coma lo que quiera y que pague lo que pueda. Siempre os quedar¨¢ invertir esos cuatro euros en Prozac para la pr¨®xima vez. Luego no dig¨¢is que no os lo he advertido.
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