Ni unidad ni belleza
Pablo Iglesias fulmina al ¡®n¨²mero tres¡¯ de Podemos tras negar divisiones internas
Cuando un l¨ªder pol¨ªtico niega discrepancias internas en su partido, es muy dif¨ªcil creerle. Y cuando fulmina al responsable de la estructura territorial de su organizaci¨®n horas despu¨¦s de haber difundido una carta en la que habla de ¡°la unidad y la belleza de nuestro proyecto pol¨ªtico¡± lo que demuestra es que los hechos hablan mejor que las palabras.
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Pablo Iglesias destituy¨® el martes a su secretario de Organizaci¨®n, Sergio Pascual (el hombre de confianza de su n¨²mero dos, I?igo Errej¨®n), con nocturnidad, culp¨¢ndole de ¡°una gesti¨®n deficiente cuyas consecuencias han da?ado gravemente al partido¡±. A continuaci¨®n, algunos de sus hombres y mujeres de confianza salieron al paso explicando que Pascual hab¨ªa actuado de forma ¡°ineficiente e inadecuada¡±, sin reconocer lo que realmente est¨¢ pasando en Podemos: que tan solo dos a?os despu¨¦s de lanzarse como partido y los ¨¦xitos cosechados en las elecciones europeas, municipales, auton¨®micas y nacionales, se ha iniciado una guerra de poder interno que ya no pueden ocultar.
La propia Carolina Bescansa reconoc¨ªa ayer ¡°discrepancias t¨¢cticas¡± entre Pablo Iglesias e ??igo Errej¨®n. Es lo m¨ªnimo que pueden hacer despu¨¦s de varios meses de crisis abierta en Galicia, Pa¨ªs Vasco, Catalu?a, La Rioja y Madrid. Una crisis que va mucho m¨¢s all¨¢ de discrepancias t¨¢cticas y que pone de manifiesto la existencia de corrientes ideol¨®gicas que luchan por el poder en la coalici¨®n.
La divisi¨®n dentro de Podemos se escenifica claramente en tres ejes diferentes: el personal, el ideol¨®gico y el territorial. Y cada uno de ellos ha encendido peque?os fuegos que pueden causar un gran incendio si no se act¨²a de forma r¨¢pida. El problema es que la forma de actuar de Pablo Iglesias ha echado m¨¢s gasolina al fuego, alimentando la divisi¨®n y dando vida al ala m¨¢s radical del partido.
En el terreno personal, la divisi¨®n se larv¨® con la salida forzada, antes de las elecciones municipales, de Juan Carlos Monedero, que situ¨® a I?igo Errej¨®n como n¨²mero dos de Podemos. Desde entonces se han producido innumerables enfrentamientos en la elaboraci¨®n de las listas y de la propia estrategia del partido. Es algo habitual en las fuerzas pol¨ªticas, aunque la forma de intentar solucionarla est¨¢ muy lejos de los principios participativos y asamblearios que defend¨ªan hasta hace muy poco.
Las peleas ideol¨®gicas y territoriales han tenido un desarrollo diferente, pero suponen un grave problema de futuro en una coalici¨®n que todav¨ªa no ha digerido el ¨¦xito. Las discrepancias son fuertes, tanto en la estrategia de pactos con el PSOE, como en la estructura de poder en las distintas autonom¨ªas, en las que las fuerzas nacionalistas tienen la llave del futuro de la coalici¨®n.
Todos los partidos pasan momentos de dificultades, con divisiones y luchas de poder. Y en un sistema democr¨¢tico se buscan soluciones de democracia interna. Pablo Iglesias ha dado esta semana muestras de autoritarismo, aunque las quiera ocultar tras palabras fatuas en la carta difundida el martes. Unidad, belleza, pasi¨®n, ilusi¨®n y lealtad no conjugan con el cese fulminante del principal colaborador del n¨²mero dos de Podemos.
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