Visitar los ba?os de los bares: ese nuevo deporte de riesgo
La limpieza de cualquier local tiene su prueba del algod¨®n en la higiene de su W.C. Te damos algunos ejemplos de lo tedioso que resulta visitar los retretes fuera de casa.

El ba?o es el reflejo del nivel de limpieza de cualquier local. Si eres un gran aficionado por baretos de mala muerte ¨Cen los que la ca?a siempre viene acompa?ada de tapa de empanadilla de at¨²n congelada o de ¡®deditos¡¯ de pollo empanado mata munchies¨C probablemente te muevas por los peores ba?os de tu ciudad.
El ritual
Contestar a la llamada urgente de la naturaleza en un bar es un d¨ªa de la marmota continuo en el que sabes qu¨¦ es lo que te va a pasar, c¨®mo te va a pasar y a¨²n as¨ª no lo puedes evitar. Lo primero es que no hay pestillo, obviamente, c¨®mo lo iba a haber si el bar lleva en pie desde hace medio siglo. Los pestillos est¨¢n sobrevalorados para los due?os de un bar, eso queda claro. El que quiera hacer pis que se lo curre ¨Ccomo en Casa Camacho, en Malasa?a, que hay que hacer contorsionismo hasta llegar a ¨¦l¨C y as¨ª se evitan esas filas indias de amigos en pleno subid¨®n que los ocupan durante siglos ¨Cporque cuando te haces pis los minutos son horas¨C o se convierta en un retiro espiritual en el que el cliente se tome m¨¢s del tiempo ¡°necesario¡±.

En el caso de los hombres se cuenta y se comenta que la tarea es m¨¢s f¨¢cil pero si eres mujer empieza el reto de la noche. ?Diversi¨®n para el body! Incluso decidir qu¨¦ vestir se rige por el tipo de bar al que se va a ir. Vistiendo pantalones acampanados, culottes, palazzo o monos (?ay los monos!), lo primero es asumir que se est¨¢ haciendo un servicio a la comunidad: el de limpiar todo el suelo del ba?o con ellos cuando llegue la hora de baj¨¢rselos. No hay de otra amiga. De hecho, ya que te pones, ?por qu¨¦ no te pasas por II Morto Che Parla en Lavapi¨¦s? Sus clientes te lo agradecer¨¢n.
Tampoco hay mucho que hacer cuando te abren la puerta mientras est¨¢s en plena maniobra de gimnasta r¨ªtmica en la que intentas hacer pis desde el aire sin que se te caiga el bolso al suelo y tu abrigo no se deslice por tus manos hasta llegar a tocar el W.C. Parece exagerado s¨ª, pero cuando se pierde el equilibrio es inevitable el desastre, ya est¨¢ jodida la noche. Y parece ser que este sentimiento es universal, ejemplo n¨²mero uno, el post de Facebook que se hizo viral el a?o pasado
Patrones
Los ¡°mejores peores ba?os¡± del pa¨ªs siguen un patr¨®n. Es como si todos se hubiesen puesto de acuerdo para hacer la vida de cualquier mortal, un infierno compuesto por azulejos sin limpiar, tazas sin reformas, cadenas que no funcionan y olores inolvidables. Y aunque hablemos de una ciudad cosmopolita como Madrid, Barcelona, Nueva York o Berl¨ªn o del pueblo m¨¢s rec¨®ndito de Extremadura, todos los ba?os infernales de bar suelen seguir las mismas l¨ªneas cutres. Desde la escobilla escondida detr¨¢s del W.C. pidiendo ayuda silenciosa para que alguien la aniquile y termine meti¨¦ndola en el basurero para acabar con su m¨ªsera vida, hasta esa toalla colgada de un clavo que llora tristemente cada vez que alguien la manosea. ?Hay alg¨²n valiente en la sala que se digne a tocarla? Y aunque estos ba?os sean un horror, encontrarlos dentro del bar no suele ser f¨¢cil. Casi siempre los peores son los m¨¢s dif¨ªciles de localizar.
En el Palentino (Madrid) si logras no caerte por las escaleras es un milagro y en el ya chapado bar Noviciado los fr¨ªos y enormes salones por los que hab¨ªa que pasar para encontrarlo se convert¨ªan en el terror¨ªfico presagio de lo que se escond¨ªa detr¨¢s del cartel de ¡®servicios¡¯. Luego est¨¢ el tema del papel de ba?o, el elemento m¨¢s codiciado en una noche de fiesta y la competencia n¨²mero uno del paquete de Kleenex. Casi siempre escasea y la mayor¨ªa de las veces no suele ser de una calidad que supere la media establecida por cualquier bar¨®metro est¨¢ndar de decencia. Am¨¦n a todos y todas aquellas que se compadecen de esas dos piernas que se divisan debajo de una puerta que dicen con verg¨¹enza: '?Papel? ?Alguien tiene papel?' El jab¨®n de manos es ya todo un lujo en este tipo de dependencias y ojo al dato: parece ser que lo que m¨¢s contamina no es ni la taza ni los pomos de las puertas, son los secadores el¨¦ctricos y el suelo los que retienen la mayor cantidad de g¨¦rmenes.
W.C / 3.0
En 2014 Ana Botella aprob¨® una Ordenanza de Protecci¨®n de la Salubridad P¨²blica en la que se permiten los ba?os mixtos en locales inferiores a los 200 metros cuadrados con un aforo menor a 50 personas y de momento, parece ser que se lleva bastante bien lo de la igualdad a la hora de ir al ba?o. Eso s¨ª, que no falte esa miradita al salir del ba?o al sexo opuesto como diciendo ¡®hey colega, lo que ves ah¨ª no lo he dejado yo'. Pero para hacer m¨¢s f¨¢cil y r¨¢pida la labor, ya hay artilugios que presentan una soluci¨®n a aquellas que siempre han so?ado hacer pis de pie. Isyloo por ejemplo, ha empezado a ganar popularidad dentro de las redes sociales como uno de los ¨²ltimos inventos del mercado de higiene femenina. Suena a mito y a que cuando lo intentes te vas a duchar las piernas con tus propios l¨ªquidos internos, pero lo que promete suena a un utop¨ªa digna de ser probada. 100% ecol¨®gico y reciclable, Isyloo ¡°convierte la poco convencional posici¨®n de hacer pis de pie en una forma de vida indispensable.¡±
?Ser¨¢ hacer pis de pie la nueva moda femenina? No vendr¨ªa nada mal llevarse unos cuantos en el bolso para los festivales veraniegos en los que la pesadilla del bar se traslada a los Poly Klin, a las letrinas o incluso a esas duchas convertidas en W.C. Y todo esto solo para hacer pis, porque lo de entrarle a la segunda llamada de la naturaleza en un bar ya es otra historia.
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