Puertas cerradas
El pacto para la expulsi¨®n de refugiados mantiene dudas de legalidad y eficacia
La Uni¨®n Europea y Turqu¨ªa han firmado el acuerdo que trata de frenar la llegada masiva de refugiados y migrantes a las costas griegas. El pacto, suscrito por unanimidad, supone un giro en la pol¨ªtica europea de asilo y no despeja las dudas que pesaban sobre ¨¦l en cuanto a legalidad y eficacia. El texto busca salvar las apariencias, para lo que retuerce el esp¨ªritu de las leyes; pero en lugar de reforzar la cohesi¨®n, lo que hace es poner en evidencia la fragilidad de una UE temerosa de los movimientos xen¨®fobos e incapaz de hacer cumplir sus propios acuerdos.
Para salvar el pacto, Turqu¨ªa tiene que modificar su normativa, de modo que pueda ser considerado un pa¨ªs seguro. Los reglamentos permiten devolver a terceros pa¨ªses a solicitantes de refugio siempre que estos cumplan los requisitos de la directiva de asilo; entre ellos, que los solicitantes no van a ser perseguidos, no ser¨¢n deportados al pa¨ªs del que huyen y tendr¨¢n las garant¨ªas previstas en el Convenio de Ginebra de 1951, como derecho a trabajo, sanidad y educaci¨®n. Solo los refugiados sirios se benefician ahora de alguno de esos requisitos. Particular preocupaci¨®n suscita la suerte que puedan correr los refugiados de la comunidad kurda, enfrentada al actual gobierno turco.
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El acuerdo deja adem¨¢s sin concretar c¨®mo se realizar¨¢n las expulsiones, lo que constituye un verdadero agujero negro. Seg¨²n lo pactado, Europa devolver¨¢ a Turqu¨ªa ¡°a cuantos migrantes irregulares¡± lleguen a suelo griego, pero se compromete a reubicar a un n¨²mero equivalente de entre los refugiados sirios asentados en Turqu¨ªa, con preferencia para quienes no hayan utilizado la v¨ªa irregular. Esta cl¨¢usula deja en manos de Turqu¨ªa modular los flujos; por eso establece un tope de 72.000 sirios anuales, pero esa cifra representa menos de la mitad de los que han llegado este a?o. La pretensi¨®n de reubicaci¨®n autom¨¢tica parece voluntarista, habida cuenta de que lo que ha originado la crisis es precisamente la incapacidad de repartir a los que ya han llegado.
El acuerdo comenzar¨¢ a aplicarse a partir del domingo para evitar que se produzca un efecto llamada, y aunque se subraya que no habr¨¢ ¡°expulsiones colectivas¡±, parece poco realista pensar que en apenas unos pocos d¨ªas la UE ser¨¢ capaz de habilitar el mecanismo que garantice ¡ªcomo establece la actual normativa¡ª que cada solicitante tenga una entrevista, se le abra un expediente y tenga la posibilidad de recurrir la expulsi¨®n. Solo as¨ª se evitar¨¢ conculcar el art¨ªculo 19 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE que proh¨ªbe las expulsiones masivas.
Turqu¨ªa ha obtenido a cambio una suma adicional de 3.000 millones de euros para los refugiados, la aceleraci¨®n de los mecanismos de adhesi¨®n ¡ªaunque en esto ha quedado por debajo de las expectativas¡ª y la exenci¨®n de visado a partir de julio para los turcos que viajen a Europa. Esto exigir¨¢ que Turqu¨ªa cumpla los 72 requisitos del reglamento de Schengen que hasta ahora era incapaz de completar. Pese a todo el voluntarismo y a tantas lagunas, ni siquiera est¨¢ claro que el acuerdo vaya a lograr los objetivos que se propone.
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