El duro mensaje de El Cordob¨¦s al otro El Cordob¨¦s
Manuel D¨ªaz, que pleitea con su supuesto padre en los tribunales para que le reconozca, publica dos fotos en las redes sociales que muestran su parecido
Tras a?os de espera y silencio Manuel D¨ªaz, El Cordob¨¦s, se muestra imparable en su batalla para que Manuel Ben¨ªtez, su supuesto padre, se someta a las pruebas de ADN que le obligar¨ªan a reconocerle como hijo. La relaci¨®n entre ambos es inexistente pero Manuel D¨ªaz ha utilizado las redes sociales para lanzar un duro mensaje a su supuesto padre: "A veces los genes te juegan una mala pasada y quien no quieres que se parezca a ti , se parece m¨¢s que los que quieren parecerse. Cosas de la vida. El tiempo pone a cada uno en su sitio. Yo estoy en el m¨ªo. ?Y t¨² ?". Y, junto al texto Manuel D¨ªaz ha subido dos fotos en blanco y negro que muestran el parecido entre ambos.
"Soy un hombre de paz", asegur¨®. "No puedo odiar a quien no he amado, y por quien solo siento respeto y admiraci¨®n, pero este es el momento de conseguir el logro m¨¢s importante y real de mi vida", a?adi?oe el torero, de 47 a?os.
El pasado 3 de febrero, el torero anunci¨® que hab¨ªa interpuesto una demanda de paternidad el pasado 1 de diciembre. En el expediente presentado en los juzgados cordobeses iba la documentaci¨®n necesaria, acompa?ada de varias pruebas, entre ellas un an¨¢lisis de ADN realizado a ra¨ªz de una servilleta de papel con la que El Cordob¨¦s padre se habr¨ªa limpiado los labios tras beber un vaso de agua en un hostal en el t¨¦rmino de Almod¨®var del R¨ªo. "El resultado es que, en un 99,9% de probabilidades, soy hijo de ese se?or".
"La paciencia se acaba", afirm¨® Manuel D¨ªaz, quien reconoci¨® que le hubiera bastado con un encuentro privado, pero la permanente negativa de su supuesto padre a reconocer los hechos y rumores de zancadillas en su carrera taurina le han llevado a presentar la demanda. "La gota que ha colmado el vaso se produjo el otro d¨ªa cuando entrevistaban a Ben¨ªtez en televisi¨®n y, al preguntarle por m¨ª, se apart¨® como si fuera el demonio. '?Por qu¨¦ tu padre no quiere hablar de ti?', me dijeron mis hijos. Fue muy fuerte. Este es el peor momento de mi vida; siento un gran vac¨ªo y no quiero morirme con ¨¦l", concluy¨®.
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