Pero de qu¨¦ rayos van vestidos en las pel¨ªculas de Semana Santa
?Faldas ajustadas antes de Cristo? ?Colores rojos en la gris Judea? Nos enga?aron, pero nos da igual: son obras sublimes del cine
![Carl Anderson, Ted Neeley y Yvonne Elliman toman un caf¨¦ durante el rodaje de 'Jesucristo Superstar' (1973).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EFXNS4HALDKW56QXCWBYSYEF3A.jpg?auth=4e37322e4287cd05129b64cb20a3d6c51079a24d765d014c27fea77a828fba6f&width=414)
A veces, los romanos llevan demasiados colores, las cortesanas del siglo XII a. C. visten como vedetes de revista y los faraones saquean las tumbas de sus antepasados para lucir sus ajuares funerarios con orgullo. Parece un cap¨ªtulo olvidado del Apocalipsis, pero es lo que sucede si miramos los grandes cl¨¢sicos del cine religioso con ojo cr¨ªtico y un buen manual de Historia del Traje. Nosotros lo hemos hecho y nos hemos divertido bastante. Aqu¨ª est¨¢ nuestro veredicto.
'Rey de reyes': un lujo m¨¢s de una estrella del pop que del siglo I
El monumental relato de la vida de Cristo que firm¨® en 1961 Nicholas Ray (s¨ª, el director de Johnny Guitar y Rebelde sin causa) tiene m¨¢s de una licencia po¨¦tica, y no s¨®lo en el plano narrativo. Aunque es cierto que en el siglo I eran habituales las dalm¨¢ticas ¨Cun tipo de t¨²nica con mangas que llevaban los patricios romanos¨C, las t¨²nicas que llevan Jes¨²s y sus disc¨ªpulos muestran una sospechosa similitud con las sotanas, casullas y dalm¨¢ticas (se llaman igual) de los sacerdotes contempor¨¢neos, o con los h¨¢bitos de la mayor parte de las ¨®rdenes monacales.
Sin embargo, donde Rey de reyes se convierte en un ejercicio de imaginaci¨®n es a la hora de retratar el lujo que rodea a Herodes Antipas (es lo que vemos en la imagen de abajo). M¨¢s que un rey local bajo el mandato de Roma, Antipas parece una estrella del pop. Los mandatarios en la ¨¦poca llevaban t¨²nicas y pa?os exteriores que pod¨ªan exhibir colores lujosos y adornos, pero poco tienen que ver con este manto multicolor adornado con motivos geom¨¦tricos, abundancia de joyer¨ªa y, sobre todo, un trono que parece una s¨ªntesis bastante alocada de motivos egipcios, babilonios y, lejanamente, romanos.
![Frank Thring, un Herodes que parece sacado de un 'videoclip' de un ostentoso 'rapero'. La pel¨ªcula es 'Rey de reyes'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HJIPS3S3UOHOLQ4VOQRQTSXXKM.jpg?auth=0b45725598a109dab5d8c20a8c0e2609c12ca369bb60da993d973def7db10d61&width=414)
'Los diez mandamientos': ?qu¨¦ hace ah¨ª esa pedrer¨ªa?
Los diez mandamientos, de Cecil B. DeMille (1956), es una monumental epopeya en la que tienen cabida personajes, ¨¦pocas y escenarios muy diversos. Por ello, tambi¨¦n es un espacio perfecto para la fabulaci¨®n. Mois¨¦s, por ejemplo, s¨ª viste con las prendas habituales en el Cercano Oriente: una t¨²nica sencilla sujeta a la cintura con un faj¨ªn o cintur¨®n, y algunas prendas simples superpuestas. Donde falla es en ir quiz¨¢s demasiado abrigado ¨Cla mayor¨ªa de los egipcios iban semidesnudos, o vestidos apenas con prendas de lino muy ligeras, debido al clima c¨¢lido¨C y, sobre todo, en los colores. Hay demasiadas prendas rojas y viol¨¢ceas en su atuendo, y ya en la ¨¦poca esos colores eran exclusivos de las clases dirigentes o, al menos, adictas al lujo, por su elevad¨ªsimo coste.
![Yul Brynner es un Rams¨¦s muy particular en 'Los diez mandamientos'. A la austeridad y los tejidos sencillos de la ¨¦poca, ¨¦l exhibe trajes metalizados y pedrer¨ªa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BYAITBUBEGWJ2GUSZYX264LREU.jpg?auth=4e28f0fbf5a28958d8d76b34154104a6cc5c13610e33503fb8d6520c8415c99c&width=414)
Claro que, si algo sobra en Los diez mandamientos, es lujo. S¨®lo hay que ver a Yul Brynner interpretando al fara¨®n Rams¨¦s (??) vestido como si fuera a protagonizar La corte del Fara¨®n en el Teatro de la Zarzuela. Hay que recordar que, salvo en el boato funerario, los egipcios eran un pueblo extremadamente austero, que vest¨ªa prendas de pocos colores en tejidos sencillos ¨Cesencialmente lino¨C y que reservaba todo el lujo para el m¨¢s all¨¢. Eso inclu¨ªa tambi¨¦n al fara¨®n, que aqu¨ª sin embargo parece haberse puesto encima todo el ajuar funerario de Tutankamon con el criterio est¨¦tico de un forzudo de circo. En su atuendo, los tejidos se vuelven metalizados y los elementos militares se llenan de pedrer¨ªa. Es algo similar a lo que suced¨ªa con la Cleopatra de M¨®nica Bellucci en Ast¨¦rix y Obelix: Misi¨®n Cleopatra, pero sin el pretexto del c¨®mic.
![Por qu¨¦ va Mois¨¦s (Charlton Heston) tan abrigado en 'Los diez mandamientos' si por el calor todos vest¨ªan semidesnudos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/L5P34KZUW6CGI4Z7PXYABFGMBE.jpg?auth=7fa799bac1da11956b0e04ae4b0fc0ba9b5f76d33ea3a4c2b24ba8e0e753b632&width=414)
'Ben Hur': ?pero si en Judea vest¨ªan con taparrabos!
No tema: el mito de su infancia (y de la de su padre, posiblemente) sale bastante bien parado en t¨¦rminos de rigor hist¨®rico. A la hora de vestir, al menos. La pel¨ªcula que encumbr¨® a Charlton Heston, Ben Hur (William Wyder, 1959), respeta en t¨¦rminos generales el cromatismo de la ¨¦poca (muchos colores apagados) y las prendas, aunque con algunas excepciones: hay alguna manga m¨¢s de las que deber¨ªa, teniendo en cuenta que en la pobre provincia romana de Judea la mayor parte de la poblaci¨®n vest¨ªa apenas con un taparrabos (s¨ª, como el que lleva Ben Hur cuando es condenado a galeras) o un rect¨¢ngulo de tela doblado en dos con un orificio para sacar la cabeza.
Tambi¨¦n hay algunos colores que no encajan del todo, como la abundancia de rojos, rosas y violetas que vemos en los trajes de la escena de la foto y que, recordemos, eran car¨ªsimos en la ¨¦poca. Un mal menor, en todo caso.
![Muchos colores rojos y pocos taparrabos. La gran 'Ben Hur' exhibe algunos deslices.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YHL74PI3TF55GG4IXUYNVYUOMM.jpg?auth=40c8c55787155b2a4f51bb6f2b29b6fe081f8e341b33515119fca10cbb535718&width=414)
'La t¨²nica sagrada': esos colores no me cuadran...
Las pel¨ªculas ¡°de romanos¡± suelen presentar demasiadas armaduras fuera del campo de batalla, pero eso ocurre tambi¨¦n en el cine de tem¨¢tica medieval. En La t¨²nica sagrada (Henry Koster, 1953) hay soldados vestidos de soldados para pasear por la ciudad, prendas que recuerdan m¨¢s al Estambul de principios de siglo que a la Judea del siglo I, y, sobre todo, un exceso de estilismo que a veces pesa demasiado. ?Se han fijado en que la mayor¨ªa de los personajes que aparecen en esta escena llevan colores de la misma gama?
![Alg¨²n estilista sin contexto hist¨®rico ha vestido a estos personajes de 'La t¨²nica sagrada'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CL6GRVXVLADKESMF4Q6277BRIE.jpg?auth=dcf6a14f30091d25ba8c226c93a8a4beede7ea5487a0a99adda16ae2fbc73191&width=414)
'Sans¨®n y Dalila': ??sujetadores y faldas ajustadas antes de Cristo!?
Siete a?os antes de Los diez mandamientos, Cecil B. DeMille firmaba una enloquecida adaptaci¨®n de la historia b¨ªblica del temible Sans¨®n (Victor Mature) y la p¨¦rfida Dalila, una retorcida femme fatale interpretada por la legendaria Hedy Lamarr (que, adem¨¢s de actriz, fue inventora). En Sans¨®n y Dalila (Cecil B. DeMille, 1949), el rigor historiogr¨¢fico no aparece por ninguna parte. Tampoco hace falta. ?Qui¨¦n quiere una aburrida clase de Historia del Traje pudiendo vestir a Dalila como una bailarina oriental de principios del siglo XX?
Eso es lo que debi¨® de pensar Cecil B. DeMille, porque muchas de sus protagonistas femeninas visten exactamente igual que aquellas bailarinas que danzaban para los turistas en El Cairo y que hoy siguen apareciendo s¨²bitamente en cualquier teter¨ªa ¨¢rabe que se precie. En la cultura mesopot¨¢mica del siglo XII antes de Cristo, por si ten¨ªa dudas, no exist¨ªan esos sostenes, ni esas faldas ajustadas a la cadera, ni tampoco esos tejidos tornasolados y bordados en plata que luce Victor Mature y que parecen directamente sacados de un bazar egipcio. Pero el lujo oriental es el lujo oriental, debi¨® de pensar DeMille. Y posiblemente hizo muy bien.
![Dalila (Hedy Lamarr), vestida como si fuese una bailarina del siglo XX. La pel¨ªcula es 'Sans¨®n y Dalila'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VUAJNZ2VDUYIQDV2KIFOU56L3Y.jpg?auth=d9fed715aeee05e754e8a2727db9554c4e25e088bce11fd0e1efeb3ecc891973&width=414)
'Jesucristo Superstar': 'jeans' y patillas setenteras
Aunque las epopeyas b¨ªblicas son un g¨¦nero cinematogr¨¢fico hist¨®ricamente vinculado a los a?os cincuenta (a?o m¨¢s, a?o menos), las d¨¦cadas siguientes tambi¨¦n quisieron dar su propia versi¨®n de los hechos. Y lo hicieron a su manera, claro. Los a?os sesenta vieron el surgimiento de un tipo de cine religioso que, en l¨ªnea con el Concilio Vaticano II, trataba de despojar al relato b¨ªblico de los oropeles orientalistas de anta?o. Si hab¨ªa una nueva religi¨®n, ten¨ªa que parecerlo. Por eso los ap¨®stoles de El Evangelio seg¨²n San Mateo (1964), de Pier Paolo Pasolini, visten como campesinos italianos de la ¨¦poca, y por eso el estudiante antifranquista Enrique Irazoqui, protagonista de la pel¨ªcula, no tuvo que alterar apenas su aspecto para interpretar el papel de Jes¨²s.
Algo similar sucede con la recreaci¨®n de la vida de Francisco de As¨ªs que film¨® Franco Zeffirelli en clave hippy (Hermano Sol, hermana Luna, 1972). Tambi¨¦n con Jesucristo Superstar, de Norman Jewison (1973). Al adaptar la ¨®pera rock, Jewison traslad¨® el esp¨ªritu del relato a la pel¨ªcula: si los personajes cantaban acompa?ados por guitarras el¨¦ctricas, ten¨ªan que vestir vaqueros, camisetas y dem¨¢s s¨ªmbolos de la juventud de los setenta. El resultado es ecl¨¦ctico y chocante, pero en el fondo mucho m¨¢s coherente que el historicismo mal entendido.
![Patillas y est¨¦tica setentera en 'Jesucristo Superstar'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CJOJSFE54V2SFDUWHXUDOLLPOA.jpg?auth=394c079257ade170ae797eeae8096400d31d60e5477f94884c1591ceb0a19bd6&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Carlos Primo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F28007d20-7d68-4858-ac60-f3a99a6296fe.png?auth=da39f7ed4bf3ddedcaf5276380f55d8e2a125907299c2e0241a5a7ffeaae79fa&width=100&height=100&smart=true)