El tsunami naranja de Lesbos
Cientos de miles de chalecos salvavidas ocupan hoy la isla griega. La crisis humanitaria de los refugiados tambi¨¦n ha tra¨ªdo consigo un problema ambiental
Le llaman el cementerio de chalecos y es una visita obligada para todos los que pasan por la isla. En el fondo de una escombrera al norte de Lesbos, centenares de manchas color naranja se amontonan formando un enorme monumento involuntario a las v¨ªctimas del actual ¨¦xodo de refugiados. Son sus chalecos salvavidas. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de lo simb¨®lico, estas monta?as de desechos no dejan de ser toneladas de pl¨¢stico, espuma y nailon que se acumulan d¨ªa tras d¨ªa sin que las autoridades municipales sepan a¨²n que hacer con ellas.
Es la cara menos conocida de la crisis humanitaria que se vive en Lesbos. Como se?al¨® en diciembre Marios Andriotis, portavoz de la oficina del alcalde, ¡°Lesbos no tiene instalaciones para reciclar estos chalecos y es muy costoso enviarlos a Atenas. Esto es una bomba de tiempo ambiental, un tsunami de pl¨¢stico". Seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones (OIM), entre enero de 2015 y febrero de 2016 llegaron a las islas griegas desde Turqu¨ªa 937.000 personas, de ellas aproximadamente la mitad arribaron a la costa de Lesbos. Casi cinco veces m¨¢s que la poblaci¨®n total de la isla (unos 86.000 habitantes). Esto supone que hayan cientos de miles de salvavidas acumulados, no solo en el cementerio de chalecos, sino tambi¨¦n a lo largo de toda la costa oriental. Aun as¨ª esto solo es una parte del problema al que tambi¨¦n se suman los restos de botes neum¨¢ticos, barcos abandonados, motores, as¨ª como los montones de ropa h¨²meda que quedan tirados en las playas tras los desembarcos. De acuerdo a los datos de la alcald¨ªa de Mitilene, capital de Lesbos, estos residuos adicionales suponen entre 25 y 30 toneladas de basura a diario. El Ayuntamiento ha encargado ahora un estudio a la Universidad del Egeo con el fin de determinar el impacto ambiental de toda esta crisis en el ecosistema, aunque ya advierten de que los datos no ser¨¢n muy halag¨¹e?os. La isla de Lesbos est¨¢ considerada, seg¨²n el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), una zona de importante diversidad biol¨®gica y santuario de especies marinas amenazadas.
Chalecos convertidos en carteras
Desde el a?o pasado varios grupos de activistas trabajan para buscar soluciones creativas a este da?o ambiental. Es el caso de la ONG Odysse y su proyecto The Life Vest. Consiste en reutilizar materiales de los desembarcos como los propios chalecos salvavidas o restos de los barcos para elaborar productos artesanales como mochilas, carteras, bolsos o impermeables. El coordinador de esta idea se llama Jay Mexi y es especialista en arquitectura humanitaria. De hecho en 2015 ya hizo una iniciativa similar en el campo de refugiados jordano de Zaatari.
Varios proyectos tratan de canalizar y usar los residuos para que no se conviertan en un problema medioambiental a¨²n m¨¢s grave
El proyecto, que ya cuenta con el apoyo de las autoridades griegas, incluye tres fases: la limpieza de las playas y el almacenamiento del material, la reutilizaci¨®n de los desechos y su comercializaci¨®n. La idea es que The Life Vest sirva para dar trabajo a desempleados griegos y, al mismo tiempo, que los recursos que se obtengan con las ventas de estos chalecos reutilizados se destinen para ayudar a personas refugiadas. Una nueva oportunidad para salvarles la vida.
Otra iniciativa muy parecida pretende fabricar igualmente peque?as maletas impermeables con restos de lanchas neum¨¢ticas. En este caso los destinatarios de las bolsas ser¨¢n los propios refugiados para que puedan transportar a lo largo de su ruta por Europa lo poco que han podido traer con ellos. Se llama No borders backpack y en estos momentos est¨¢n recaudando fondos a trav¨¦s de crowdfunding. Aseguran que por cada bote podr¨¢n producir hasta 20 mochilas con una capacidad de entre 50 y 60 litros, suficiente para meter algo de ropa de invierno, mantas y un saco de dormir.
Algunos campos de refugiados tambi¨¦n tratan de abordar esta crisis desde un punto de vista sostenible. Por ejemplo, en el campo de Pikpa, a las afueras de Mitilene, utilizan el relleno de los salvavidas para hacer colchones, los restos de pl¨¢stico para fabricar alfombras y hasta el suelo de madera de las lanchas para construir tiendas de campa?a. Otra opci¨®n es el uso de energ¨ªas limpias. Con la llegada de los refugiados ha aumentado la demanda de madera para calentar los campos. En el de Better Days for Moria, ubicado tambi¨¦n cerca de la capital, han optado por instalar varias placas solares y acaban de poner en marcha un proyecto de biomasa. Toneladas de desperdicios de olivo, mezclado con esti¨¦rcol, servir¨¢n para generar calor a partir de la fermentaci¨®n de estos desechos.
Las chicas de la basura
La crisis de refugiados provoca entre 25 y 30 toneladas de basura adicionales al d¨ªa en Lesbos
Es una escena habitual en las playas de Lesbos. Llega una barca y hay que actuar r¨¢pido, quitar la ropa h¨²meda, colocar las mantas t¨¦rmicas. Cuanto todo acaba ah¨ª quedan sobre la arena los restos de una batalla desesperada contra el tiempo: zapatos sueltos, guantes, alg¨²n pantal¨®n mojado, incluso pasaportes y fotograf¨ªas extraviados por las prisas. Todo esto mezclado con decenas de retales plateados, restos de las mantas que se arremolinan en las esquinas. Las im¨¢genes de basura y suciedad que quedaban en la orilla tras los desembarcos motiv¨® a un grupo de mujeres de la isla a convertirse en las dirty girls. Su trabajo consiste en recoger la ropa h¨²meda, lavarla, secarla y devolverla a los campos de refugiados para que puedan ser reutilizadas. Al principio lo hac¨ªan en sus propias casas, hasta que consiguieron el apoyo de la peque?a lavander¨ªa Ermes. Cada d¨ªa recorren la isla en sus furgonetas para revisar playas y campos en busca de los restos empapados de un duro viaje. Al final de la jornada recopilan toneladas de ropa que se encargan de reutilizar. Una tarea que les cuesta alrededor de 2.000 euros diarios. A sus manos se sumaron esta navidad las de la actriz Susan Sarandon, que trabaj¨® con ellas durante varios d¨ªas para dar a conocer esta importante labor que hoy recibe la admiraci¨®n de toda la isla. La de estas hero¨ªnas en la sombra que no solo hacen frente al reto humanitario, sino tambi¨¦n al complicado reto ecol¨®gico que deber¨¢ encarar Lesbos a partir de ahora.
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