Partidos eslogan en Per¨²
Avanza Per¨², Gana Per¨², Per¨² Posible, Vamos Per¨²... Son partidos que presentan el populismo avasallador en un pa¨ªs que necesita no dejarse seducir por formaciones precarias y sin fundamento ideol¨®gico. Ya tuvimos bastante con Fujimori
Desde que apareciera Cambio 90 en aquellas elecciones peruanas que le dieron el triunfo a Alberto Fujimori ese mismo a?o, el ascenso mete¨®rico del candidato, un ilustre desconocido para la gran mayor¨ªa de los peruanos, fue desconcertante, imparable y sorpresivo. Y los motivos b¨¢sicamente ten¨ªan que ver con el hartazgo de la ciudadan¨ªa respecto a los partidos tradicionales, cuyos principales exponentes, desde un extremo a otro del terreno ideol¨®gico, eran Izquierda Unida, el APRA, Acci¨®n Popular y el Partido Popular Cristiano. Una coalici¨®n de centroderecha liderada por Mario Vargas Llosa, el Frente Democr¨¢tico (FREDEMO), perdi¨® ante la avalancha populista de Fujimori, cuya trayectoria como pol¨ªtico deriv¨® r¨¢pidamente en un r¨¦gimen autocr¨¢tico, corrupto y claramente delincuencial.
Desde entonces muchas cosas han cambiado en la manera de hacer pol¨ªtica en Per¨² pero, sobre todo, el que la tradicional base doctrinaria de los partidos dejara de hacer alusi¨®n a su posicionamiento ideol¨®gico (Partido Social Dem¨®crata, Democracia Cristiana, Izquierda Unida¡) y se convirtiera en esl¨®ganes: Avanza Per¨², Gana Per¨², Per¨² Posible, Todo por el Per¨², Vamos Per¨². As¨ª, el desprevenido visitante que echara un vistazo a la lista de agrupaciones que se han presentado en las ¨²ltimas contiendas electorales tendr¨ªa la sensaci¨®n de estar asistiendo m¨¢s a una euf¨®rica narraci¨®n radial de un partido de f¨²tbol de nuestra sufrida selecci¨®n que al panorama pol¨ªtico de una sociedad.
Aquel cambio a simple vista pueril demuestra sin embargo uno m¨¢s de fondo: el triunfo avasallador del populismo, el desplome de un m¨ªnimo fundamento ideol¨®gico que orientara al posible votante o simpatizante a la hora de decantarse por una coalici¨®n determinada. ?Qu¨¦ hab¨ªa ocurrido para que tales agrupaciones pol¨ªticas utilizaran semejantes nombres? Creo que entenderlo nos pone sobre la pista acerca de la vocaci¨®n ef¨ªmera e improvisada de estos partidos que suelen trabajar en la precariedad y la inmediatez, m¨¢s preocupados en ganar votos que en cumplir con sus programas. La absoluta vacuidad de sus nombres los pone a salvo de cualquier reclamo por parte de sus electores. Al menos en lo doctrinal. Porque a nadie ya le interesa el partido pol¨ªtico sino exclusivamente el candidato.
Estos grupos ef¨ªmeros est¨¢n m¨¢s preocupados por ganar votos que por cumplir sus programas
Ocurrir¨¢ lo mismo en las elecciones de ma?ana 10 de abril. Entre los principales partidos se encuentran Fuerza Popular de Keiko Fujimori, Peruanos por el Kambio de Pedro Pablo Kuczynski, Frente Amplio de Ver¨®nika Mendoza, Alianza para el Progreso de C¨¦sar Acu?a y Todos por el Per¨² de Julio Guzm¨¢n, aunque las candidaturas de estos dos ¨²ltimos han sido recientemente impugnadas por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) con una decisi¨®n que ha resultado controvertida y pol¨¦mica. Y este hecho demuestra hasta qu¨¦ punto la base institucional del pa¨ªs tambi¨¦n se ve contaminada por el car¨¢cter precario propio de los partidos eslogan.
Para muchos la reciente exclusi¨®n de ambos candidatos ¡ªincumplimiento en los plazos establecidos en el caso de Guzm¨¢n y entrega de d¨¢divas y dinero en plena campa?a electoral, en el caso de Acu?a¡ª pone en entredicho la objetividad del JNE y ayuda de manera inequ¨ªvoca a la candidata que va en cabeza seg¨²n las encuestas, Keiko Fujimori, que, siguiendo el criterio del JNE, tambi¨¦n deber¨ªa ser impugnada. Hasta ese momento, el candidato de Alianza para el Progreso iba segundo con un discurso persuasivo: el del hombre hecho a s¨ª mismo, venido del trabajo duro y con ganas de revertir sus logros y experiencia en el pa¨ªs. Pero todo ese lustre de empresario del sector educativo se revel¨® de cart¨®n piedra, pues a C¨¦sar Acu?a se le descubri¨® hace poco que toda su carrera de educador era un fraude que inclu¨ªa plagios de tesis en al menos dos universidades, am¨¦n de un libro copiado ¨ªntegramente.
?Realmente eso le importa al votante peruano? Creo que, por desgracia, a un amplio sector de la poblaci¨®n, no. M¨¢s bien Acu?a representa esa picaresca que es la base de la cultura de la inmediatez que tan hondo ha calado en Per¨². Acu?a manej¨® su campa?a creando una eficaz red clientelar sustentada por la promesa de becas y ¡°plata como cancha¡± (dinero a espuertas) y eso hizo subir su candidatura hasta sobrepasar a la de un cada vez m¨¢s alica¨ªdo Alan Garc¨ªa, del hist¨®rico APRA, cuyos dos Gobiernos anteriores demostraron que en condiciones econ¨®micas extremamente dif¨ªciles era capaz de hundir ¨¦l solito al pa¨ªs y en tiempos de bonanza pod¨ªa ser pr¨®digo en narcoindultos y otras pr¨¢cticas escasamente l¨ªcitas. Por eso cae en las encuestas, pero tambi¨¦n porque el APRA y los escombros de los partidos tradicionales apenas pueden hacer frente a los partidos eslogan con los que, a trav¨¦s de apresuradas maniobras y pactos, se ven obligados a participar.
La campa?a electoral es una excavaci¨®n permanente sobre el pasado de los candidatos
As¨ª las cosas, con una nula o casi inexistente preocupaci¨®n del electorado por los programas que presentan los candidatos, perdido el referente ideol¨®gico del espectro pol¨ªtico tradicional, con la campa?a convertida en una excavaci¨®n permanente sobre el pasado de los candidatos, la salud electoral de Per¨² no parece todo lo vigorosa que la pugna de varios contendientes pudiera hacernos creer.
Por ejemplo, a los votantes del conservador Kuczynski, con a?os de experiencia como ministro en sucesivos Gobiernos, no parece importarles demasiado que haya sido firme apoyo de la candidatura de Keiko Fujimori en las elecciones del 2011, aunque ahora dice ¡°arrepentirse¡± de semejante mancha, como si haber apoyado precisamente a la representante de un Gobierno que llev¨® la corrupci¨®n hasta l¨ªmites nauseabundos hubiese sido un pecadillo de juventud. Ver¨®nika Mendoza tiene uno de los mejores perfiles: es honesta, ofrece propuestas valientes y progresistas que entusiasman a muchos. Pero una gran contradicci¨®n: nunca se ha atrevido a cuestionar al r¨¦gimen chavista y recientemente llam¨® ¡°golpista¡± a la oposici¨®n venezolana, lo que demuestra un endeble posicionamiento democr¨¢tico que le est¨¢ pasando factura en ciertos sectores. ?Le importa eso al votante de Mendoza? Muy poco: son parte de esa izquierda ¡ªque sus detractores llaman ¡°izquierda caviar¡±¡ª para la que el chavismo es un movimiento democr¨¢tico y avanzado.
Y queda un nuevo outsider en liza: Alfredo Barnechea, del tambi¨¦n alica¨ªdo partido tradicional Acci¨®n Popular. Durante a?os se mantuvo fuera del campo pol¨ªtico y gran parte del electorado ¡ªespecialmente los j¨®venes¡ª apenas lo conoce. Parece el m¨¢s preparado y sensato, tiene una s¨®lida formaci¨®n human¨ªstica y ¡ªpor el momento¡ª ning¨²n cad¨¢ver en el armario. Es pues un marciano en el ambiente de mercadillo populista de estas elecciones. Y Per¨², por desgracia, no parece estar para marcianadas democr¨¢ticas. La cuesti¨®n es que el pa¨ªs necesita recuperar un electorado sensato, capaz de reflexionar y no dejarse seducir por la inmediatez de los partidos eslogan. Ya tuvimos bastante con Fujimori.
Jorge Eduardo Benavides es escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.