Hacia las trincheras de la transformaci¨®n social local
El proyecto audiovisual de una pareja experta en desarrollo anima a la sociedad civil a transformar sus ciudades

La restricci¨®n del tr¨¢fico por contaminaci¨®n o los contratos sociales para pisos antes destinados a fondos buitre son soluciones a problemas urbanos cotidianos. Pero, a veces, la lejan¨ªa aporta una perspectiva global que puede enriquecer el ingenio de aquellos m¨¢s implicados en la planificaci¨®n de las ciudades. ?ste es el caso que nos ocupa.
Con una dilatada carrera en el mundo del desarrollo, la comunicaci¨®n y el universo audiovisual, Paula Garc¨ªa decidi¨® renunciar a su plaza en el Banco Mundial de Washington. Su compa?ero, Fernando Casado, opt¨® por reducir sus proyectos de consultor¨ªa, y ambos pusieron rumbo hacia las ciudades del mundo. Viajeros empedernidos, siempre hab¨ªan buscado formas cercanas de relacionarse con las realidades locales. ¡°Al viajar, le¨ªamos prensa local, nos interes¨¢bamos por los problemas de la gente y sent¨ªamos curiosidad por la vida de la calle¡±, cuenta ella. Trazaron una ruta de casi dos a?os por todo el planeta para documentar iniciativas ciudadanas que estuvieran transformando la vida de sus residentes en todo el mundo. As¨ª naci¨® Towards the Human City, o Hacia la Ciudad Humana.
Como quien reafirma el refr¨¢n barcelon¨¦s "Roda el m¨®n i torna al Born", o "da la vuelta al mundo y vuelve al [barrio del] Borne", la pareja de intr¨¦pidos documentalistas deshacen ahora maletas en la ciudad condal, desde donde realizar¨¢n la ¨²ltima etapa de su proyecto. ¡°La meta es documentar 101 iniciativas en total. Por el momento, llevamos 47 ciudades y 83 iniciativas entre Am¨¦rica Latina, Asia, Estados Unidos y Canad¨¢ y ?frica¡±, cuenta Fernando. Una de las primeras cosas que han hecho a su vuelta ha sido construir un huerto urbano en su terraza, algo simple como el dicho de Ghandi: ¡°s¨¦ t¨² el cambio que quieres ver en el mundo".
¡°Despu¨¦s de muchos a?os trabajando en los Objetivos del Desarrollo del Milenio, la gobernanza global y la ayuda al desarrollo nos dimos cuenta de que nos qued¨¢bamos en la superficie, en la esfera macroecon¨®mica, sin tocar las trincheras de la transformaci¨®n social local¡±, explica el codirector del proyecto. ¡°Despu¨¦s de la crisis econ¨®mica mundial, la ciudadan¨ªa qued¨® sola en los espacios de las ciudades ante la falta de inversi¨®n de los Estados y las iniciativas privadas. Es all¨ª donde la sociedad reaccion¨® y se moviliz¨® para solucionar sus problemas al margen del contexto p¨²blico-privado. Y ese es el momento en que nos planteamos la necesidad de documentarlo¡±.
Investigaron en profundidad las caracter¨ªsticas que formar¨ªan una ciudad humana: ¨ªndices de sostenibilidad y felicidad urbana, seguridad, movilidad, vivienda, espacio p¨²blico, juventud¡ Y con las c¨¢maras y micr¨®fonos a cuestas, en mayo de 2014 iniciaron un periplo apasionante hacia las reservas de combustible social urbano: su gente.
Recetas urbanas low cost
¡°Hemos observado que hay formas de generar transformaci¨®n urbana muy econ¨®micas y sencillas a trav¨¦s de la participaci¨®n ciudadana¡±, dice Paula. Optimistas con las intervenciones a nivel de ¡°acupuntura urbana¡±, concepto que populariz¨® el urbanista brasile?o Jaime Lerner, creen que las iniciativas que ayudan a sacar a la gente a la calle y crean puntos de encuentro en el espacio p¨²blico son mucho m¨¢s econ¨®micas y factibles que las que se han ido desarrollando a nivel de urbanismo liberal. Observando distintas intervenciones catal¨ªticas a lo largo y ancho de las ciudades del mundo, afirman: ¡°A partir de intervenciones de este tipo se provocan peque?os cambios muy simb¨®licos que transforman la mentalidad de los ciudadanos¡±.

Desde Peatonito, un h¨¦roe callejero de M¨¦xico DF que defiende los derechos de los viandantes frente a los coches, a Do?a Rosita, promotora de una granja-escuela en un antiguo vertedero que promueve el uso de semillas aut¨®ctonas y la producci¨®n org¨¢nica de alimentos en Colombia, Paula y Fernando han ido recogiendo un sinf¨ªn de ideas para mejorar la calidad de vida en las ciudades. En Brasil, Cidade sem Fome, o Ciudad sin Hambre, da acceso a alimentos org¨¢nicos y genera ingresos a comunidades vulnerables. En El Cairo, un grupo de mujeres de un barrio empobrecido ha conseguido implementar un m¨¦todo de educaci¨®n alternativa que est¨¢ revolucionando los modelos locales. Koto Foundation trabaja para empoderar y reintegrar a los j¨®venes en riesgo de exclusi¨®n social en Hanoi y Saigon. En Mumbai a contracorriente con la industria de comida para beb¨¦s, el primer banco de leche materna humana est¨¢ salvando la vida de miles de criaturas. ¡°Hace falta un detonador para que el resto de la sociedad despierte. Empiezan siendo lobos solitarios y se acaban convirtiendo en l¨ªderes urbanos¡±, explica Paula.
Para crear nuevas din¨¢micas de dise?o y planificaci¨®n con las personas en el epicentro de la toma de decisiones los intercambios son esenciales, seg¨²n la pareja. Aunque parece ser que no hay recetas urbanas infalibles o extrapolables a nivel global, y que cada ciudad debe desarrollar sus propias soluciones. Si bien en Europa, cuyos habitantes actualmente tienen una media de edad de 42 a?os, esta aumentar¨¢ a los 47 en 2060, el continente africano, con una media por debajo de los 19, tendr¨¢ una poblaci¨®n de 25 a?os de edad en 2050. As¨ª, las ciudades europeas deber¨¢n encaminar su urbanismo a dar respuesta a las necesidades de una poblaci¨®n cada vez m¨¢s anciana, mientras que el urbanismo africano deber¨¢ dar prioridad a las necesidad de la mano de obra urbana y la juventud de las ciudades. ¡°La gesti¨®n del crecimiento demogr¨¢fico en las urbes africanas, (que seg¨²n los pron¨®sticos pasar¨¢ del 36% en 2010 al 50% en 2030, y al 62% en 2050), es uno de los aspectos m¨¢s alarmantes y preocupantes a la hora de encarar el futuro de sus ciudades¡±, advierte Fernando.
¡°Urbanofilia¡± y juventud: un flirteo que determinar¨¢ el futuro urbano
La esperanza est¨¢ en los j¨®venes, que vivir¨¢n en las ciudades m¨¢s superpobladas del planeta en un futuro no muy lejano, indican estos expertos. ¡°El 70% de la humanidad tiene menos de 20 a?os. Pero ese 30% minoritario es el que gestiona todo¡±, dice Fernando. Teniendo en cuenta estas estad¨ªsticas, la necesidad de incluir a los j¨®venes como fuerza motriz en cualquier planificaci¨®n urbana parece imprescindible. Pero partimos de realidades poco esperanzadoras. Seg¨²n el Banco Mundial, un tercio de los j¨®venes del mundo est¨¢ desempleado y no tiene formaci¨®n ni estudios. Y? el desempleo juvenil trae a menudo brotes de violencia urbana, como se observa en ciudades norteamericanas como Chicago. Una tendencia que, desgraciadamente, parece reproducirse en todo el mundo y que genera ciudades fr¨¢giles como Kinshasa, Acapulco o Dhaka.
En estos casos, la identidad urbana queda minada. Es decir, no hay inclusi¨®n. Sus ciudadanos, o parte de ellos, no se sienten representados en las infraestructuras y el entorno medioambiental, ni incluidos en el patrimonio cultural o las oportunidades econ¨®micas. ¡°El sentimiento de amor por la ciudad y la poblaci¨®n joven van unidos de la mano. Son dos elementos clave para hacer que una ciudad sea din¨¢mica y se reinvente a s¨ª misma. El latido joven es inconformista y m¨¢s creativo, y de ¨¦l emergen todos los cambios. Bandung, por ejemplo, donde un 30-35% de la poblaci¨®n es joven, es la ciudad indonesia con m¨¢s asociaciones registradas. Vemos que las autoridades locales han sido capaces de dar a la juventud el peso que merece¡±, dice Paula. A lo que a?ade Fernando: ¡°todas las pol¨ªticas orientadas a que los j¨®venes no tengan que emigrar y se puedan ganar la vida en la ciudad, tendr¨¢n mucho ganado¡±.
El sentido de pertenencia a la ciudad, entendida como laboratorio social y espacio de encuentro multi¨¦tnico y multicultural, se convierte as¨ª en un elemento a reforzar por cualquier alcalde con visi¨®n de futuro. ¡°Aquellos que aman su ciudad hacen mucho m¨¢s por ella¡±, asegura Paula.
Sostenibilidad y equidad: asignaturas pendientes
En un momento en que la poblaci¨®n urbana crece a un ritmo anual de 75 millones de personas, la cuesti¨®n de la sostenibilidad se hace imperante. ¡°?C¨®mo puede crecer una ciudad de forma sostenible? "Quiz¨¢s la respuesta es que no puede¡±, advierte Fernando. A su paso por Bandung, Mar del Plata, Medell¨ªn, Ciudad del Cabo, Dubai o Nueva Delhi, la pareja observa una serie de tendencias urbanas comunes que, bajo su punto de vista, hacen insostenible la urbanizaci¨®n contempor¨¢nea. ¡°La tendencia actual es concentraci¨®n urbana, las grandes megapolis cada vez est¨¢n creciendo m¨¢s. En Mar del Plata, por ejemplo, debido a la limitaci¨®n del espacio, el crecimiento tiene que ser vertical. Hace falta descentralizaci¨®n conectada, capaz de incluir territorios colindantes y potenciar polos urbanos secundarios¡±, explica.
La realidad urbana de pa¨ªses de baja renta, como India o Kenia, produce graves disfunciones en cuanto a la distribuci¨®n espacial de las ciudades. Hacinamiento, vivienda informal o falta de acceso a servicios como un simple retrete, descrito por el urbanista norteamericano Mark Davis como "planeta de slums", es uno de los mayores indicadores de la falta de voluntad pol¨ªtica en cuanto a equidad se refiere. ¡°La concentraci¨®n de poblaci¨®n en los slums o barrios chabolistas de ?frica, por ejemplo, es muy grande. La informalidad y la no-planificaci¨®n urbana genera mundos sin Estado pero con organizaci¨®n, a veces mafiosa, a veces vecinal¡ La ausencia de Estado genera condiciones econ¨®micas desfavorables y abusos hacia la poblaci¨®n¡±, asegura Fernando.

Pero donde hay carencia de infraestructuras nacionales, o bien la gente enciende la mecha a su capacidad emprendedora o bien llega la iniciativa privada. ¡°Muchas veces se crea una especie de mercado oportunista con agendas privadas. Eso es muy peligroso porque lo ¨²ltimo que necesitan las poblaciones que residen en estos barrios son m¨¢s intervencionismos manipulativos¡±, advierte Fernando. ¡°La voluntad pol¨ªtica es b¨¢sica en estos casos para no dar lugar a din¨¢micas de este tipo. Y ya no vale eso de que la colonizaci¨®n es la fuente de todos los males. Los pol¨ªticos deben implicarse¡±.
Dando el relevo a la sociedad
Tras dos a?os de buceo en iniciativas transformadoras, Hacia la Ciudad Humana quiere llamar a la acci¨®n. Ya sea implic¨¢ndose en las 101 iniciativas que se est¨¢n documentando o sugiriendo mejoras para cada una de ellas, los usuarios de su plataforma, de c¨®digo abierto, podr¨¢n relacionarse entre s¨ª para adue?arse del proyecto. ¡°Nos gustar¨ªa que despu¨¦s de las 101 iniciativas, los ciudadanos seleccionasen sus propias historias y las compartiesen en la web para crear un movimiento ciudadano¡±, cuenta Fernando sobre la idea de que la ciudadan¨ªa se apodere de su proyecto. Aunque como puntualiza Paula, la interacci¨®n entre diferentes iniciativas documentadas ya ha empezado a brotar: ¡°En Colombia organizamos un evento con todas las iniciativas que hab¨ªamos documentado y vimos c¨®mo personas que se segu¨ªan por las redes sociales empezaban a generar un ecosistema social activo para trabajar de forma conjunta¡±.
Hacia la Ciudad Humana, que acaba de firmar una alianza con ONU Habitat, fomenta de esta forma las buenas pr¨¢cticas entre iniciativas ciudadanas, pol¨ªticos, arquitectos o urbanistas a trav¨¦s de un medio digital que les permite relacionarse y crecer. En los pr¨®ximos meses, la pareja tiene pensado producir dos libros para nutrir esta idea. Uno ir¨¢ destinado a expertos y alcaldes de ciudades secundarias, y otro, m¨¢s narrativo, contar¨¢ su experiencia de pareja durante los dos a?os de viaje. A parte de las p¨ªldoras que van lanzando semanalmente, tambi¨¦n publicar¨¢ un documental sobre su periplo, que quiere animar a que m¨¢s personas de todo el planeta cojan las riendas de la transformaci¨®n local. ¡°Si no actuamos, alguien lo har¨¢ por nosotros. As¨ª que inspira y replica¡±, sugiere Fernando.
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