Peque?os cambios que nadie te cuenta antes de tener ni?os
Comer sobras, hablar con otros adultos en piloto autom¨¢tico... ?Cu¨¢les son los tuyos?
Antes de tener ni?os, tienes claro que cambiar¨¢ tu vida. Lo de no dormir, viajar menos, o reducir el cine, cenas o conciertos te lo esperas. Pero hay algunos aspectos que nadie te cuenta y ni te imaginas, peque?os detalles que, cuando te paras a pensar, han colonizado tu d¨ªa a d¨ªa. Me di cuenta de uno de ellos en una conversaci¨®n con mi compa?ero de trabajo y padre relativamente reciente Fernando Navarro, autor del blog La ruta norteamericana, al que emplazo desde aqu¨ª a que nos escriba un post con recomendaciones musicales roqueras para ni?os.
No s¨¦ c¨®mo, acabamos hablando de por qu¨¦ no llevo las u?as pintadas. No solo sin pintar, sino que las llevo cortadas al ras. Las madres con ni?os peque?os seguro que adivinar¨¦is por qu¨¦. Si no, os lo cuento aqu¨ª abajo, junto con otras peque?as cosas que, supongo, volver¨¢n a su ser cuando mi prole (5 a?os, casi 4 y 19 meses) crezca. He aqu¨ª mi lista:
1. No me dejo las u?as largas ni me las pinto. Lo primero, para no ara?arles sin querer al cogerles, ba?arles, jugar, sonarles los mocos, etc., etc. Lo segundo, cuando eran m¨¢s beb¨¦s, para que no se intoxicaran (no s¨¦ los vuestros, pero mis polluelos, en la fase de dentici¨®n, se met¨ªan de todo en la boca, incluidos mis dedos; y si no, se los met¨ªa yo para tocarles las enc¨ªas). Y ahora, porque no tengo tiempo ni ganas de convertirme en la manicura de tres retacos pidiendo "ahora a m¨ª".
2. No llevo bisuter¨ªa o joyas grandes. Parecido al punto 1, pero con un elemento de autodefensa: para que mis orejas no acaben con los agujeros m¨¢s grandes que los t¨²neles del Metro y para no hincar las rodillas m¨¢s de la cuenta recogiendo perlitas de collares rotos.
3. No leo en el cuarto de ba?o. Ya sabemos que hay dos clases de personas en estos menesteres: las r¨¢pidas (cacafast) y las lentas (cacaslow). La intermedia la forman los cacaslow con ni?os peque?os, forzados a acelerar y a renunciar a esos minutos de lectura pausada en un ambiente estimulante. Y es que es muy dif¨ªcil concentrarse cuando tu beb¨¦ de 0 a 18 meses insiste en acompa?arte, o tus ni?os de tres a cinco a?os abren la puerta o llaman cada dos minutos. A veces echo el pestillo, pero me esperan a la salida como a Vincent Vega (John Travolta) en Pulp Fiction.
4. No llevo ropa interior bonita. Que s¨ª, que dar el pecho es muy bonito, as¨ª estoy yo, con la teta fuera desde hace a?os. Pero ?por qu¨¦ los sujetadores de lactancia son tan feos? Ya no digo lencer¨ªa sexy, pero podr¨ªan fabricar algo m¨¢s all¨¢ de armazones de algod¨®n con menos gracia que un h¨¢bito de monja.
5. No hay sexo a deshoras. Una aportaci¨®n de mi compa?era Clara Blanchar, que ya lo explicaba muy bien en este post: se acabaron los encuentros matutinos de los domingos. A lo que a?ado las siestas alegres, las tardes rumbosas, los aqu¨ª te pillo aqu¨ª te mato... Todo queda reducido al estilo ninja, que desarrollaremos alg¨²n otro d¨ªa: a oscuras, r¨¢pido y silencioso.
6. No llamo el ascensor. ?Suena absurdo? Pues tampoco le doy al interruptor de la luz del garaje. Cuando est¨¢n los ni?os delante, ya se pelean bastante entre ellos por pulsar cualquier interruptor pulsable como para que entre yo a competir. De hecho, tenemos ya tal p¨¢nico que cuando estamos Eduardo y yo solos y hay que pulsar, nos miramos con aprensi¨®n, no vaya a ser que el otro se cabree porque alguien le d¨¦ antes al bot¨®n.
7. Charlo con otros adultos en modo piloto autom¨¢tico. Ejemplo:
- Yo: ?Cu¨¢nto tiempo sin verte! ?Qu¨¦ tal est¨¢s?
- Amiga: Bien, bien. Pero estamos en un apartamento porque estamos haciendo obra en casa.
- Yo: Ah, s¨ª, qu¨¦ bien. ?David, deja a tu hermana en paz! Me dec¨ªas que obra...
- Amiga: S¨ª, estamos cerrando la terraza y...
- Yo: Ah, s¨ª, la terraza. ?D¨®nde est¨¢ Elisa? ?Natalia, devu¨¦lvele eso a tu hermano! ?Terraza?
- Amiga: S¨ª, y cambiando el parqu¨¦.
- Yo: Ummm, parqu¨¦, espera un momento, que no s¨¦ d¨®nde est¨¢ Elisa...
- Yo: ?Amiga? ?Pero ya te vas? ?Si no hemos terminado de charlar!
8. He vuelto a comer chuches. Los gusanitos y los aspitos (en la foto de arriba) son lo m¨¢s sano y est¨¢n buen¨ªsimos. Pero adem¨¢s, hay todo un mundo, que vuelve con fuerza en forma de regalitos de cumplea?os de los compa?eros del cole: chupachups, palotes, pica pica, petazetas (s¨ª, qu¨¦ pasa, ?si los usa hasta Ferran Adri¨¤!). En realidad, soy una madre coraje que me sacrifico por mis hijos, para que no se pongan malos comi¨¦ndoselo todo.
9. Como sobras. Muchas. Da pena tirar comida. Y muchas veces, es lo m¨¢s r¨¢pido y limpio. Por ejemplo, vas por la calle y el ni?o no quiere medio pl¨¢tano. ?Lo tiras? No, al buche. Est¨¢s comiendo fuera y solo se comen la mitad de los nuggets. ?Lo desperdicias? No. Pues al buche. Cenas en casa, y se deja el ¨²ltimo bocado de pescado. ?Lo m¨¢s r¨¢pido? Al buche. As¨ª estoy, que parezco embarazada de un cuarto ni?o. La perversi¨®n de este complejo de trituradora humana, que comparten otras madres, es cuando miras al ni?o fijamente y deseas que NO se termine el plato porque es algo que est¨¢s deseando comer.
10. Hago manualidades y disfraces. Como ya cont¨¦ en este post, la maternidad ha despertado en m¨ª un extra?o af¨¢n creativo que no se corresponde exactamente con mis habilidades manuales. Pero se hace lo que se puede.
Aqu¨ª ten¨¦is otros ejemplos, escritos a medias por Eva Quevedo y Accidentalmente en el desternillante blog demadre.
?Qu¨¦ otras peque?as cosas hac¨¦is o hab¨¦is dejado de hacer desde que ten¨¦is hijos?
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