Antiterrorismo nuclear

La Cumbre para la Seguridad Nuclear concluida en Washington ha trabado compromisos concretos de inter¨¦s, en vez de escudarse en el deseable pero a¨²n ret¨®rico objetivo de lograr un mundo desnuclearizado. Aunque quedan algo dispersos entre las decenas de conclusiones. Lo fundamental es el refuerzo de la estrategia para impedir que los grandes grupos terroristas se apoderen de armamento o combustible nuclear, y lo utilicen.

Es una hip¨®tesis nada desde?able. Porque es cierto que desde que se iniciaron las cumbres en 2010 una docena de pa¨ªses ha renunciado a almacenar uranio enriquecido y plutonio, y que los arsenales existentes exhiben su menor densidad en seis d¨¦cadas, como subray¨® Barack Obama. Pero tambi¨¦n que proliferan en muchos Estados las peque?as bombas nucleares t¨¢cticas, semillero de todos los temores.

De modo que la dotaci¨®n de sendos fondos financieros para incrementar la seguridad nuclear y la vigilancia antiterrorista en este ¨¢mbito, liderada por Canad¨¢, es uno de los mejores anuncios de la cumbre. Le acompa?a la creaci¨®n de un grupo de contacto internacional de expertos, que garantizar¨¢ el traspaso a la ya existente agencia internacional las tareas de estas cumbres.

El balance de la serie que ha culminado en la reuni¨®n de Washington es positivo por cuanto ha impulsado el descreste de la nuclearizaci¨®n en muchas zonas, las reducciones mutuas entre las dos antiguas superpotencias, o el desestimento de otros pa¨ªses como Ir¨¢n.

Pero queda todav¨ªa m¨¢s por hacer que lo ya realizado. Con las reservas de material nuclear disponible pueden construirse decenas de miles de bombas. Y en la estrategia de contenci¨®n no basta un amplio consenso, se precisa la unanimidad. Aunque en distinto grado, la amenazante pol¨ªtica de Corea del Norte (que aprovech¨® para lanzar un misil) y el continuado recelo de Rusia (que no asisti¨®) sirven para subrayar que todos los esfuerzos son pocos.