C¨®mo da?a a tu hijo tu adicci¨®n al m¨®vil
Una experta en comunicaci¨®n explica los perjuicios que la adicci¨®n al m¨®vil de los padres causa a los ni?os
Como continuaci¨®n del art¨ªculo publicado ayer, ?Suelta el m¨®vil!, ?ngela F¨²nez, especialista en Comunicaci¨®n del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), explica en este art¨ªculo con argumentos cient¨ªficos los perjuicios que la adicci¨®n al m¨®vil de los padres causa a los ni?os. En el blog Primeros Pasos, del BID, pod¨¦is encontrar m¨¢s reportajes sobre desarrollo infantil.
Todos estamos padeciendo de cierto nivel de adicci¨®n a los tel¨¦fonos m¨®viles, pero pocos padres saben el da?o intelectual y emocional que esa adicci¨®n puede provocarle a sus ni?os, especialmente a los m¨¢s peque?os. Seg¨²n estudios de neurociencia, en los primeros tres a?os de vida es cuando m¨¢s r¨¢pidamente se desarrollan las capacidades ling¨¹¨ªsticas, emocionales, sociales y motoras del cerebro. Por ejemplo, en ese periodo se forman entre 700 y 1.000 nuevas conexiones neuronales por segundo. El desarrollo del vocabulario comienza entre los 15 y los 18 meses y contin¨²a hasta los a?os preescolares.
Interacci¨®n cara a cara: estimula el aprendizaje y el desarrollo emocional
En un art¨ªculo reciente que le¨ª, la pediatra Jenny Radesky del Boston Medical Group, se?ala que el uso desmedido de tel¨¦fonos celulares por los padres est¨¢ afectando no solo cu¨¢nto hablan con sus hijos pero tambi¨¦n c¨®mo se relacionan con ellos.
Radesky indica que tras d¨¦cadas de investigaci¨®n, se ha concluido que las interacciones cara a cara de padres con los hijos, desde sus primeros d¨ªas de vida, son muy importantes para el aprendizaje, comportamiento y desarrollo emocional. A trav¨¦s de la interacci¨®n cara a cara, los ni?os peque?os desarrollan no solo el lenguaje, pero tambi¨¦n aprenden sobre sus propias emociones y c¨®mo regularlas. Al observarlos, aprenden a c¨®mo tener una conversaci¨®n y a c¨®mo leer las expresiones faciales de los dem¨¢s y, eventualmente, a ser mejores comunicadores.
Padres absortos en sus tel¨¦fonos tienden a enfadarse m¨¢s f¨¢cilmente
Radesky y otros dos investigadores pasaron un verano observando a 55 diferentes grupos de padres de familia y sus ni?os peque?os interactuando en restaurantes de comida r¨¢pida. En 40 de los 55 casos estudiados, los padres utilizaron el tel¨¦fono m¨®vil durante la comida y muchos de ellos ignoraron completamente a sus hijos.
Tambi¨¦n encontraron que los ni?os de los padres que estaban m¨¢s absortos en sus dispositivos eran m¨¢s propensos a portase mal para llamar su atenci¨®n y a la vez, los padres estaban m¨¢s irritables. Seg¨²n la psic¨®loga Catherine Steiner-Adair, autora del libro The Big Disconnect, esto se debe a que cuando la mam¨¢ est¨¢ enviando mensajes de texto o contestando el correo electr¨®nico, la parte del cerebro que est¨¢ activa es la de ¡°hacer¡±, en la cual se genera un sentido de urgencia por completar la tarea. En consecuencia, esa mam¨¢ se altera con m¨¢s facilidad cuando el ni?o le interrumpe, pudiendo llegar a gritarle o tratarlo mal.
Hijos que se sienten ignorados por los padres
Steiner-Adair advierte que cuando los padres dan m¨¢s prioridad a sus actividades digitales que a sus hijos, puede haber consecuencias emocionales profundas para el ni?o. Los ni?os interpretan este comportamiento como evidencia de que ellos no son lo suficientemente importantes o interesantes para sus pap¨¢s, se sienten rechazados y esto afecta a la relaci¨®n con los padres, la autoestima y su desempe?o social.
Cuando pensamos en interacciones cara a cara, nos imaginamos a un padre con su hijo mayor de 5 a?os. Pero seg¨²n explica el Dr. Jack Shonkoff de Harvard cuando un beb¨¦ escucha a la gente a su alrededor habl¨¢ndole por unos meses, al poco tiempo comienza a responder con sonidos, balbuceos, o chillidos. ?Has notado la forma en que un beb¨¦ reacciona cuando le miras a los ojos y le hablas de forma afectiva y calmada? Sus ojos se iluminan, generalmente sonr¨ªe y empieza a parlotear con m¨¢s entusiasmo.
Shonkoff destaca que la importancia de hablar y escuchar a los ni?os no debe disminuir en la medida que crecen. Todo lo contrario, los padres deben hacer un esfuerzo por interactuar de forma m¨¢s afectiva y poner reglas en casa para limitar el tiempo que los ni?os dedican a ver la tele, jugar videojuegos o con la computadora. Estas actividades no estimulan el ¨¢rea del lenguaje del cerebro de la misma manera que una conversaci¨®n cara a cara. Es alarmante pensar que sean los propios padres que por desconocimiento les est¨¦n negando a sus ni?os el est¨ªmulo que necesitan, y por ello limitando sus oportunidades futuras.
Pap¨¢s y mam¨¢s, es hora de reconectar con sus hijos que est¨¢n ¨¢vidos de atenci¨®n, comunicaci¨®n y conexi¨®n emocional. Les propongo el reto de no tocar su m¨®vil por al menos 30 minutos cuando est¨¦n comiendo o compartiendo con sus hijos. ?Qu¨¦ les parece?
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