Alejandro Aravena, un arquitecto contra la desigualdad
Un d¨ªa en la Universidad de Harvard, el ingeniero Andr¨¦s Iacobelli pregunt¨® a su amigo Alejandro Aravena: ¡°Si la arquitectura chilena es tan buena, ?por qu¨¦ la vivienda social es tan mala?¡±. Esa pregunta golpe¨® al arquitecto y le abri¨® un nuevo camino que ha culminado con la conquista del Premio Pritzker, el nobel de la disciplina, como reconocimiento al ¡°compromiso social¡± de su obra.
Alejandro Aravena (Santiago de Chile, 1967) es un arquitecto visionario. Ha firmado edificios emblem¨¢ticos para universidades chilenas y estado?unidenses. Pero lo que m¨¢s distingue a Aravena es su empe?o por erradicar las favelas. Empez¨® en la ciudad chilena de Iquique, donde construy¨® 93 casas de 36 metros cuadrados concebidas para que sus propietarios pudiesen duplicar la superficie cuando dispusieran de m¨¢s recursos. Lo llaman ¡°arquitectura incremental¡±, una revoluci¨®n importada a otros lugares de Chile y M¨¦xico y que le ha valido reproches de los puristas por permitir que los due?os puedan alterar las viviendas. ¡°?Y a m¨ª qu¨¦ me importan los intelectuales?¡±, replica. ¡°Yo les respondo: ¡®Mu¨¦strenme las alternativas¡¯. Porque la opci¨®n era irse a una periferia de mierda y condenar a la pobreza a un par de generaciones¡±.
Aravena se hizo arquitecto ¡°casi por descarte¡± en un pa¨ªs con escasa tradici¨®n: ¡°Esto era un desierto. ?Estudi¨¢bamos arquitectura con fotos! Aqu¨ª no ha habido ni una gran arquitectura colonial ni un movimiento moderno como en Brasil¡±. Su ¨¦poca de estudiante coincidi¨® con los a?os finales de la dictadura de Pinochet, lo que reforz¨® un car¨¢cter que ¨¦l reconoce como ¡°rebelde¡±. ¡°Me fui creando mi autonom¨ªa intelectual porque hab¨ªa un contexto que me obligaba a hacerlo¡±, relata. ¡°Viv¨ªamos en una tensi¨®n constante, todo el tiempo ten¨ªas que tomar una posici¨®n muy clara. La m¨ªa, totalmente a la izquierda, me ayud¨® a madurar muy temprano¡±.
Tras finalizar la carrera, ampli¨® estudios en Venecia y durante un tiempo regent¨® un bar. Desde el principio lo tuvo claro: ¡°No quer¨ªa imitar a nadie, sino buscar algo diferente¡±. Los proyectos de su estudio Elemental siempre parten del di¨¢logo con los futuros usuarios. Y su prop¨®sito es combatir la desigualdad social: ¡°Lo que genera conflicto no es la pobreza, sino la ine?quidad. Se habla de redistribuir los ingresos, pero eso toma al menos dos generaciones. En la ciudad, sin embargo, si identificas proyectos de espacio p¨²blico, transporte, infraestructura o vivienda, puedes mejorar la calidad de vida¡±.
Casado con otra arquitecta y padre de tres hijos, antes de ganar el Pritzker fue jurado del premio, una labor que result¨® a la vez ¡°un privilegio y una maldici¨®n¡±. Comprob¨® que la mejor arquitectura es la que ¡°aguanta el paso del tiempo¡±: ¡°A veces, ibas a ver proyectos muy famosos y, dos a?os despu¨¦s de inau?gurarse, eran ya obsoletos, pat¨¦ticos¡±. El ¨¦xito de sus casas sociales le abre un horizonte enorme y ¨¦l no se pone l¨ªmites: ¡°Existen 2.000 millones de personas en el mundo que necesitan vivienda de calidad. Y apenas hay propuestas arquitect¨®nicas para ellos¡±.
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