Para¨ªsos e infiernos
Por encima del 20% de impuestos, las empresas y los m¨¢s ricos comienzan a poner pies en polvorosa
En 1965 la recaudaci¨®n fiscal media de los Estados de la OCDE se situaba en el 24,5% del PIB. El m¨¢s voraz, Francia, se hac¨ªa con un tercio del PIB (el 33,5%) mientras que la Espa?a franquista se quedaba en un 14,3%. Con esos ingresos, los pa¨ªses m¨¢s avanzados financiaban una educaci¨®n universal hasta los 14 a?os, una medicina muy b¨¢sica y pensiones para una poblaci¨®n cuya esperanza de vida se situaba en los 70 a?os.
Hoy, la democracia sale car¨ªsima. La ciudadan¨ªa no solo reclama igualdad de derechos sino, con raz¨®n, de oportunidades. Queremos servicios p¨²blicos, educaci¨®n de calidad desde la cuna hasta la universidad, una sanidad universal y puntera tecnol¨®gicamente, seguros de desempleo y apoyo a las familias y ciudadanos m¨¢s vulnerables y dependientes. Todo ello con una natalidad raqu¨ªtica, muchos mayores y una esperanza de vida que se ha elevado hasta los 82 a?os.
No debe extra?ar, por tanto, que la presi¨®n fiscal media en la OCDE sea hoy del 34,4%, 10 puntos m¨¢s que en 1965. Un buen pu?ado de pa¨ªses de la OCDE se sit¨²an por encima del 40%. El r¨¦cord absoluto (50,9%) lo ostenta Dinamarca, seguido de Francia (45,2%), B¨¦lgica (44,7%), Austria (43%) y Suecia (42,7%). Espa?a, por desgracia, sigue en la cola. Con una presi¨®n fiscal del 33,2%, se encuentra m¨¢s cerca de los anglosajones (Reino Unido, Canad¨¢, Nueva Zelanda e Irlanda) y de Europa Central y Oriental (Rep¨²blica Checa, Eslovaquia, Estonia e Israel) que lo que los discursos p¨²blicos y las campa?as electorales nos hacen creer.
Uno de los problemas fundamentales de nuestras democracias es que las necesidades de gasto p¨²blico van en una direcci¨®n contraria a las posibilidades que abre la globalizaci¨®n financiera. Para financiar los Estados de bienestar que queremos necesitamos presiones fiscales de en torno al 40% del PIB. Pero sabemos que por encima del 20% de impuestos, las empresas y los m¨¢s ricos comienzan a poner pies en polvorosa hacia pa¨ªses con tipos m¨¢s bajos, hacer ingenier¨ªa fiscal o, directamente, pasarse al lado oscuro. Mientras unos se largan a un para¨ªso fiscal, las clases medias quedan atrapadas en infiernos fiscales, las desigualdades aumentan y la democracia se deslegitima. @jitorreblanca
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