Pompeii pisa fuerte

Uno de los sellos distintivos de Pompeii es un avi¨®n de papel, aunque esta marca est¨¢ pisando fuerte con sus zapatillas. ¡°Cada paso que dimos al inicio de nuestra empresa es como hacer un pliegue en una hoja en blanco. Ahora se trata de darle impulso al avi¨®n para que vuele¡±, cuenta Jaime Garrastazu. A sus 24 a?os, es el cofundador y responsable de marketing de esta firma de zapatillas cien por cien espa?ola, urbana, desenfadada y dirigida a los millennials, que naci¨® hace a?o y medio. Ha vendido 15.000 zapatillas y factura 560.000 euros en 2015 y hoy tiene 50.000 seguidores en las redes sociales. Y sigue sumando.

Detr¨¢s de Pompeii est¨¢n cuatro amigos de la infancia ¨Cal principio eran cinco-: Garrastazu, Cosme Bergareche y los hermanos Nacho y Jorge Vidri. Hay quienes en la cafeter¨ªa de la universidad juegan a cartas, ellos decidieron ¡°montar algo¡± y apostaron por dise?ar zapatillas; ¡°sin saber ni de moda ni de redes sociales ni de nada que tenga que ver con lo que hacemos ahora¡±. Dibujaron de manera rudimentaria un modelo, y ese boceto se convirti¨® en el germen de la startup a la que se dedican a tiempo completo desde enero del a?o pasado, cuando decidieron abandonar sus primeros trabajos en auditor¨ªas y bancos (¡°drama en casa incluido¡±, cuenta Garrastazu).

Con los 18.000 euros iniciales que consiguieron reunir solo les lleg¨® para fabricar 349 pares de zapatillas en la ¨²nica de las f¨¢bricas de Elche que les acept¨® el pedido peque?o, y, adem¨¢s, confi¨® en chicos de 22 a?os. Pero ellos, que se definen como inconformistas, convirtieron la falta de recursos en exclusividad. ¡°El ¨¦xito de lanzamiento de Pompeii fue crearnos perfiles en las redes sociales y empezar generar contenido que la gente no pod¨ªa adquirir. As¨ª estuvimos mes y medio antes de tener las zapatillas. El d¨ªa que las lanzamos, ten¨ªamos entre 3.500 y 4.000 seguidores en las redes y solo 349 pares que vender. Se agotaron en dos d¨ªas, y eso para nosotros fue vida¡±, recuerda Garrastazu sobre una primera colecci¨®n en la que bordaron los n¨²meros de serie. Seg¨²n ¨¦l, la clave es, primero, tener un buen producto (fabricado en lona en verano y serraje en invierno) que hoy est¨¢ m¨¢s de moda que nunca y venderlo solo online a 55 euros como m¨¢ximo y, despu¨¦s, haber sabido aprovechar un altavoz ilimitado como es la Red.

¡°Nuestra visi¨®n como compa?¨ªa es conectar con todos los millennials del mundo, como nosotros. Y sabemos que no nos vale lo de siempre, hay un cambio generacional que est¨¢ cambiando la forma de vender¡±, analiza el madrile?o. Y se lanza a poner ejemplos: en Pompeii siempre hay alguien al otro lado del tel¨¦fono ¨Cnada de contestadores- en el departamento de atenci¨®n al cliente, que ellos llaman Happiness porque ¡°al final creemos que el cliente se tiene que ir feliz¡±; tras un retraso de 20 d¨ªas en unos pedidos, lanzaron la campa?a Sorry, en la que no solo pidieron disculpas p¨²blicas y regalaron el calzado a los afectados si no que dieron c¨®digos de descuento a toda su comunidad. En otra ocasi¨®n, fueron sus seguidores quienes decidieron a qu¨¦ ONG se iban a donar decenas de sus coloridas zapatillas con taras que no pod¨ªan poner a la venta.

Engrasado el avi¨®n, el futuro de estos emprendedores parece prometedor. Si todo va bien, a finales de a?o se cambiar¨¢n de unas oficinas que ya les est¨¢n quedando peque?as a sus 17 empleados y habr¨¢n alcanzado una facturaci¨®n de m¨¢s de dos millones de euros con sus pompas. El a?o que viene quieren dejar que entre capital, que escoger¨¢n con cuidado para que mantenga la filosof¨ªa de Pompeii, y de ah¨ª Garrastazu da un plazo de tres a?os para alcanzar los 100 millones de euros. ¡°Queremos crear el pr¨®ximo Inditex, ?por qu¨¦ no?¡±, se pregunta quien no tiene miedo al fracaso. Pero eso son vuelos a la velocidad de la luz. Primero, quieren expandir su marca internacionalmente (el 10% de sus ventas vienen hoy de pa¨ªses europeos) y este verano lanzan su primera colecci¨®n de ropa. Quieren vestir a hombres y mujeres de la cabeza a los pies. O, en su caso, de los pies a la cabeza.