Volvamos a lo b¨¢sico para combatir las enfermedades
La innovaci¨®n en medicamentos es importante, pero lo fundamental para evitar infecciones es mejorar las condiciones higi¨¦nico sanitarias de los pa¨ªses m¨¢s pobres
Combatir la resistencia antimicrobiana requerir¨¢ soluciones tecnol¨®gicas innovadoras. Para evitar que los supermicrobios causen aproximadamente 10 millones de muertes por a?o hasta 2050 tendremos que inventar nuevos tipos de medicamentos antimicrobianos y desarrollar pruebas de diagn¨®stico veloces para evitar tratamientos innecesarios y reducir nuestro uso masivo de antibi¨®ticos.
Sin embargo, independientemente de lo importantes que sean estas contribuciones de alta tecnolog¨ªa, solo representan soluciones parciales. Para resolver permanentemente el problema, la ¨²nica opci¨®n es evitar directamente las infecciones, mejorando la higiene, las condiciones de salubridad y la vigilancia de enfermedades. De hecho, solo si nos centramos en esas ¨¢reas reduciremos la demanda de nuevos medicamentos a largo plazo.
En el siglo XIX, mucho antes de contar con f¨¢rmacos modernos, las ciudades occidentales m¨¢s importantes enfrentaban las enfermedades procurando evitar las infecciones. Este enfoque contin¨²a siendo la mejor soluci¨®n para las grandes ciudades cuyas poblaciones van en aumento.
Consideremos a Londres en la d¨¦cada de 1850: las condiciones de vida para los pobres eran desastrosas; la esperanza de vida para los hombres era de 40 a?os; y cund¨ªan enfermedades como el c¨®lera y la tuberculosis (y no hab¨ªa tratamiento para ellas). En septiembre de 1854, un brote de c¨®lera devast¨® al empobrecido distrito central de Soho y mat¨® a 500 personas en tan solo 10 d¨ªas.
Aqu¨ª es cuando sale a escena John Snow, un m¨¦dico pionero que intuy¨® que el c¨®lera no se difund¨ªa por v¨ªa a¨¦rea, de acuerdo con el saber popular, sino a trav¨¦s del agua. Snow control¨® el avance del brote en el Soho con un nivel de detalles sin precedentes y mapeando cada caso. Su investigaci¨®n lo convenci¨® de que el origen del brote era una bomba de agua compartida en el coraz¨®n del distrito. Y una vez que se quit¨® la palanca de la bomba, el ritmo de difusi¨®n del brote se redujo de manera espectacular.
Muchos de los m¨¦todos de Snow se pueden aplicar directamente el problema moderno de la resistencia antimicrobiana. En primer lugar, su esfuerzo demostr¨® la eficacia del uso de los datos para entender una crisis de salud p¨²blica. Su an¨¢lisis estad¨ªstico y sus mapas ayudaron a identificar el epicentro del brote y, con ¨¦l, su causa. El ¨¦nfasis de Snow en el uso de datos para guiar su intervenci¨®n es un principio en el que instituciones como la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates insisten hoy.
Con acceso universal al agua limpia y los servicios sanitarios, en ciertos pa¨ªses en desarrollo el consumo de antibi¨®ticos podr¨ªa reducirse al menos un 60%.
El reciente brote de ¨¦bola en ?frica Occidental demostr¨®, de manera tr¨¢gica, la importancia de contar con buenos datos. La epidemia se difundi¨® m¨¢s dram¨¢ticamente en ¨¢reas donde la infraestructura b¨¢sica y los sistemas de vigilancia se hab¨ªan roto. En consecuencia, incluso despu¨¦s de que se hubo declarado al ¨¦bola como una emergencia de salud p¨²blica y se cont¨® con financiamiento para combatirlo, continu¨® siendo dif¨ªcil durante varias semanas dirigir los recursos hacia donde eran m¨¢s necesarios.
Es preocupante ¡ªcomo advierte mi trabajo m¨¢s reciente en el Review on Antimicrobial Resistance¡ª que no exista un sistema de vigilancia con coordinaci¨®n mundial para controlar la aparici¨®n y difusi¨®n de supermicrobios en el planeta. Siguen existiendo brechas fundamentales en la forma en que se re¨²nen y comparten los datos, incluso los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo. La consecuencia es una serie de enormes puntos ciegos que nos privan de los conocimientos clave y las alertas tempranas que necesitamos para implementar una respuesta eficaz.
La otra contribuci¨®n principal de Snow fue identificar el papel central que desempe?a el agua en la difusi¨®n de enfermedades como el c¨®lera, algo que llev¨® a las autoridades europeas a invertir en el desarrollo de sistemas cloacales y sanitarios. D¨¦cadas antes del descubrimiento de curas como la penicilina no exist¨ªa m¨¢s alternativa que insistir en la prevenci¨®n para combatir las enfermedades infecciosas y proteger a las crecientes poblaciones urbanas.
La construcci¨®n de infraestructura fue tremendamente exitosa: el ¨²ltimo brote urbano de c¨®lera en Europa Occidental tuvo lugar en 1892, y para cuando estall¨® la Primera Guerra Mundial, las enfermedades transmisibles hab¨ªan dejado de ser la principal causa de muerte en gran parte del continente. A medida que se cont¨® con m¨¢s medicamentos antimicrobianos, sin embargo, el foco se alej¨® de las medidas preventivas. Esto no solo tuvo implicaciones nefastas para los citadinos obligados a vivir en condiciones antihigi¨¦nicas, sino que contribuy¨® adem¨¢s a aumentar la resistencia a los medicamentos.
Actualmente, el acceso inadecuado al agua segura y a los servicios sanitarios es una de las principales causas de las enfermedades diarreicas (que ocasionan muchas muertes y el motivo por el cual cientos de millones de personas consumen tratamientos antibi¨®ticos cada a?o). Sin embargo, la mayor parte de este consumo es innecesario, ya que la causa de la diarrea suele ser viral y consumir antibi¨®ticos en estos casos solo ayuda a desarrollar una bacteria resistente.
Las estimaciones sugieren que tan solo en la India, Nigeria, Brasil e Indonesia se tratan casi 500 millones de casos de diarrea al a?o con antibi¨®ticos. Si estos cuatro pa¨ªses brindaran a sus ciudadanos acceso universal al agua limpia y los servicios sanitarios, este consumo podr¨ªa reducirse al menos un 60%.
Esa infraestructura es costosa y todos los pa¨ªses enfrentan dif¨ªciles elecciones presupuestarias, pero es una de las inversiones con mejor rentabilidad que puede llevar adelante un pa¨ªs con ingresos medios. Cuando se mantiene constante el ingreso, un aumento del 50 % en el acceso a los servicios sanitarios para poblaci¨®n est¨¢ correlacionado con un aumento de la expectativa de vida de m¨¢s de nueve a?os.
John Snow hubiera estado contento. Una de sus contribuciones m¨¢s significativas al campo de la atenci¨®n sanitaria ¡ªel uso criterioso de los datos¡ª confirma la importancia de otra de ellas: la inversi¨®n en higiene y servicios sanitarios. A veces quienes estudian la historia reciben la bendici¨®n de repetirla.
Jim O'Neill, expresidente de Goldman Sachs Asset Management, es secretario de Comercio del Tesoro del Reino Unido, profesor honorario de econom¨ªa en la Universidad de Manchester, investigador invitado en el grupo de expertos Bruegel, y presidente del Review on Antimicrobial Resistance.
Copyright: Project Syndicate, 2016.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.