Estafa social
Los autores de tesis se han convertido en estupendos candidatos para trabajar de camareros
Los catedr¨¢ticos y, en general, los profesores numerarios de nuestro pa¨ªs no dan abasto. En los meses inmediatos, empezando desde ya, se van a leer p¨²blicamente millares de tesis doctorales, cada una de las cuales tiene una historia que puede ser hasta dram¨¢tica. Porque hablamos de un mundo en extinci¨®n, que con la lectura de esos millares de tochos, escucha los acordes de su final.
A todo el mundo le pasa lo mismo, que si oye la palabra ¡°tesis¡±, inmediatamente piensa en un ladrillo de m¨¢s de 600 p¨¢ginas que se lee una vez y se deja en una esquina a llenarse de polvo. Antes, no hace demasiado, escribir algo como El comercio de la lana en el siglo XVI y el desarrollo del sur de Palencia, por ejemplo, llevaba varios a?os de la vida de alguien muy listo, que con eso ya daba un paso de gigante para conseguir una plaza fija en la Universidad. Ese tocho no sol¨ªa tener una gran posibilidad comercial pese a su sugerente t¨ªtulo. Pero ahora, adem¨¢s de que no hay quien lo edite, tampoco sirve para que el autor o la autora encuentre un trabajo remunerado y m¨ªnimamente respetado. Nadie quiere leer una tesis doctoral.
Y, se supone, en cada una de ellas reside lo mejor del conocimiento acumulado y del m¨¦todo de cada c¨¢tedra. La Universidad ya no repone las vacantes, al menos las de las llamadas humanidades. Y hacer una tesis, que lleva hasta cuatro y cinco a?os de trabajo, ya no sirve ni para publicar un libro ni para justificar sabidur¨ªa y m¨¦todo que den lugar a un empleo de reposici¨®n del conocimiento, que es para lo que est¨¢, entre otras cosas, la Universidad.
Pero como toda instituci¨®n, la Universidad tiene sus inercias, quiz¨¢ m¨¢s que ninguna otra. Y, ahora que se leen miles de tesis empezadas hace cinco o seis a?os, los miles de inteligentes y formados doctorandos que las han escrito van a recibir muchas palmadas en la espalda y sobre todo muchos mensajes de ¡°?para qu¨¦ has hecho esto?¡±.
Mensajes que no son sino la manifestaci¨®n de una gigantesca estafa social: esos todav¨ªa j¨®venes autores de tesis son ya estupendos candidatos para trabajar de camareros.
Y Espa?a tiene un nivel cultural en la hosteler¨ªa dif¨ªcil de superar.
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