No se puede insultar a todos todo el tiempo
Los trabajadores latinos de Trump expresan su indignaci¨®n por los insultos racistas
Dec¨ªa Simone de Beauvoir que lo m¨¢s escandaloso del esc¨¢ndalo es que uno se acostumbra, pero esto es f¨¢cil de sostener cuando ese uno nunca ha presenciado a Donald Trump en campa?a electoral. Siempre que parece que la barbaridad que el precandidato republicano ha pronunciado es insuperable en su nivel de obscenidad, racismo, odio o vulgaridad suelta otra frase que eclipsa a la primera.
Eso s¨ª, cada vez son menos los que se r¨ªen y le disculpan, en parte ¡ªtodo hay que decirlo¡ª porque a medida que se suceden las votaciones, los resultados de las primarias dibujan la posibilidad real de que este hombre aspire a ocupar la Casa Blanca y, entre otras cosas, a firmar ¨®rdenes ejecutivas y a manejar el malet¨ªn nuclear. Un personaje que un d¨ªa acusa a M¨¦xico de exportar violadores y narcotraficantes, otro propone poner patas arriba el equilibrio internacional, y el tercero se mofa de sus compatriotas prisioneros de guerra o se chotea de una periodista con expresiones que har¨ªan sonrojar a un cuartel entero, est¨¢ claro que concibe el esc¨¢ndalo como un medio para llegar al poder. Algo que no es nuevo, pero a lo que no es f¨¢cil acostumbrarse. El que en este contexto opine que si no fuera porque Ivanka Trump es su propia hija le tirar¨ªa los tejos ¡ªa la madre de ella, Ivana, tambi¨¦n lo hizo, y la joven Ivanka es el resultado¡ª es peccata minuta.
Sostiene Bernard Werber, otro escritor franc¨¦s, que la contradicci¨®n es el motor del pensamiento. Si es as¨ª, Trump va sobrado de motor, porque su campa?a es un c¨²mulo de contradicciones superadas solo con la vieja t¨¦cnica de usar un clavo para sacar otro. Es dif¨ªcilmente explicable c¨®mo alguien que ha dicho que podr¨ªa disparar en la Quinta Avenida de Nueva York sin perder votos ¡ªy a?adir, por si no se hab¨ªa explicado bien, que podr¨ªa cometer un atentado en la Gran Manzana con el mismo resultado¡ª lisonjee zalameramente ahora a los neoyorkinos, que el martes emiten su voto en las primarias, presumiendo de su nacimiento en Queens. ?En qu¨¦ quedamos? ?Los quiere muertos o vivos para votarle? ?Y lo del atentado? ?Precisamente en Nueva York! Por cierto, Trump defiende el ahogamiento simulado para los terroristas, que, obviamente, son quienes cometen los atentados... a estas alturas el motor va tan revolucionado que comienza a fundirse.
En medio de este torbellino de barbaridades y contradicciones no puede extra?ar que los trabajadores latinos de Trump ¡ªque los tiene y muchos¡ª hayan comenzado a expresar con nombre y apellidos su indignaci¨®n por el racismo de su jefe. Y hay que tener valor para hacerlo con un tipo que hizo famosa la frase ¡°?Est¨¢s despedido!¡± mientras se relam¨ªa de satisfacci¨®n. Presumir¨¢ de ser un empresario de ¨¦xito, pero el magnate deber¨ªa saber que traicionar la confianza de tu equipo es escupir al cielo. Cierto es que a veces puede ser producto de un mal consejo, pero cuesta imaginar a Trump aceptando las sugerencias de nadie. Advert¨ªa un gran presidente republicano, Abraham Lincoln, que no se puede enga?ar a todo el mundo todo el tiempo. Ni insultarlo tampoco.
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