El oscuro caso de los contadores manipulados
Est¨¢ bien combatir el fraude el¨¦ctrico, pero no con las mismas personas ejerciendo de investigadores, jueces y ejecutores
Todo lo que se relata a continuaci¨®n podr¨ªa ser un cuento de sci-fi catastrofista, modelo rebeli¨®n de las m¨¢quinas, o una historia de terror y castigo. Pero es real y sucede hoy en Espa?a. Algunas personas, tantas que han sonado las alarmas en las organizaciones de consumidores, se encuentran con recibos de la luz en los que aparecen cargos ins¨®litos, de 1.500, 2.000 y hasta 3.000 euros; una vez investigados temblorosamente en la compa?¨ªa el¨¦ctrica, resultan ser sanciones misteriosas por supuesta manipulaci¨®n de los contadores de la luz. Son misteriosas porque todo en ellas es fantasmal. Un t¨¦cnico de la compa?¨ªa ha revisado el contador sin conocimiento del cliente; este desconoce la existencia o el motivo de la sanci¨®n hasta que se le conmina a pagarla so pena de que se le corte el suministro de electricidad; y, con la calidad burocr¨¢tica que caracteriza a algunas empresas espa?olas ¡ªla Administraci¨®n no tiene el monopolio de las ventanillas pegajosas y los tr¨¢mites sin fin¡ª, varias sanciones de este tipo figuran como simple consumo.
Si los casos de sanciones misteriosas (y fulminantes) son tal como los cuentan los damnificados, estamos ante un caso de flagrante arbitrariedad; y si no lo son, ?a qu¨¦ esperan las empresas para explicarlos? Los sancionados arguyen que mal pueden manipular un contador cuando realmente o no saben hacerlo o no tienen acceso a ¨¦l; aseguran que el consumo reflejado en las facturas es el mismo o est¨¢ dentro de la media habitual, as¨ª que mal pueden beneficiarse de trucos en los contadores; y las organizaciones de consumidores se?alan que en algunas sanciones detalladas aparece solo la firma del t¨¦cnico que denuncia la supuesta manipulaci¨®n. ?Qui¨¦n le asegura al consumidor que no es el t¨¦cnico el que ha manipulado el aparato para beneficiarse de incentivos por reducir el fraude, si los hay?
Porque los hay. Desde diciembre de 2013 el Gobierno bonifica a las compa?¨ªas por cualquier evidencia de reducci¨®n del fraude el¨¦ctrico. Est¨¢ bien combatir la manipulaci¨®n, pero no debe organizarse como una posse reclutada en el Lejano Oeste para perseguir cuatreros y facinerosos, con las mismas personas ejerciendo de investigadores, jueces, jurados y ejecutores de la justicia. Y, si los casos relatados por los damnificados son ciertos, eso es exactamente lo que sucede: la compa?¨ªa es juez y parte frente a la indefensi¨®n del consumidor.
Para que no haya equ¨ªvocos, de momento no hay por qu¨¦ suponer que las sanciones son ilegales. Pero hay leyes inicuas y esta es una de ellas. La legalidad que se aplica y c¨®mo se aplica en el caso de los contadores debe ser abolida de inmediato: es contraria a los principios elementales del derecho, que reclaman la existencia de una investigaci¨®n neutral, un expediente razonado, un juez independiente y la presencia del acusado en todas las fases de la instrucci¨®n. El fil¨®sofo escita Anacarsis compar¨® las leyes con las telara?as; atrapan a los animales m¨¢s peque?os pero los m¨¢s grandes ni las perciben. El caso de los contadores manipulados confirma la veracidad de la hip¨®tesis de Anacarsis.
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