Un proyecto para la sociedad
Nuestra pol¨ªtica est¨¢ estancada, no produce debates. La opini¨®n p¨²blica percibe que los nuevos dirigentes son inferiores a los de la Transici¨®n y sus ideas son clich¨¦s del pasado. Espa?a exige renovaci¨®n
Si 14,2 millones de personas reciben prestaciones econ¨®micas del Estado y 18 millones trabajan, algo tenemos que pensar para hacer el pa¨ªs viable. Ser¨¢ bueno votar el 26 de junio: en estas semanas los partidos podr¨ªan reflexionar. Los trazos gruesos de sus posiciones casan mal con la realidad. Ni el pa¨ªs ha salido de la crisis, ni es un mosaico de naciones; ni reformar la Constituci¨®n blinda el Estado de bienestar si la econom¨ªa no es competitiva, ni la educaci¨®n o la Universidad se reforman con un pacto sin m¨¢s contenido que el pacto mismo; ni construir un nuevo modelo productivo es un acto voluntarista de los pol¨ªticos, ni Espa?a contribuir¨¢ a que Europa enderece su rumbo sin ideas s¨®lidas sobre los problemas europeos.
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El 25 de marzo de 1993, Felipe Gonz¨¢lez fue abucheado en la Aut¨®noma de Madrid. Sobreponi¨¦ndose a la escandalera ley¨® un discurso partiendo de la idea de Francisco Ayala de que la decadencia de Espa?a comenz¨® cuando Felipe II impuso un proyecto anacr¨®nico: defender una visi¨®n arcaica de la cristiandad. El a?o de 1993 requer¨ªa esa reflexi¨®n sobre el proyecto de pa¨ªs porque el del PSOE se hab¨ªa agotado, por su ¨¦xito, en el umbral de los noventa. Aznar intent¨® otro, convertir a Espa?a en aliado privilegiado de EE UU, pero dividi¨® a la opini¨®n p¨²blica y acab¨® el 11 de marzo de 2004. Quedamos sin rumbo, la inercia se agot¨® en 2010, salieron a flote los esqueletos. Ahora tenemos que pensar y replantear prioridades.
El proyecto de la Transici¨®n estuvo dominado por la pol¨ªtica (que el salario p¨²blico medio sea un 48,8% superior al del sector privado es elocuente, aunque este dato se debe matizar). Se consigui¨® mucho: influencia en la UE, un Estado de bienestar muy razonable, infraestructuras. Pero la pol¨ªtica se impuso a la sociedad: la industria se debilit¨®, la gran reconversi¨®n fue el Estado de las autonom¨ªas: construir 17 mini-Estados con sus Administraciones e instituciones, con el consiguiente incremento de pol¨ªticos y funcionarios jur¨ªdicos y administrativos. Las tensiones nacionalistas son la exacerbaci¨®n de este proceso. Para ciudadanos y empresas ha implicado unos impuestos que perciben abusivos, el sistema nacional de salud fue despedazado, los servicios de empleo regionalizados, miles de leyes, decretos y reglamentos nacionales y auton¨®micos caen cada a?o sobre la sociedad civil resquebrajando la unidad fiscal, de prestaciones y de mercado; las empresas tienen que gestionar 17 regulaciones, y ?79 impuestos auton¨®micos! Todo esto es muy caro.
Construir 17 mini-Estados, resquebrajar la unidad fiscal y de mercado: todo esto resulta muy caro
Las Administraciones son poco eficientes. Ejemplos: los cursos de formaci¨®n profesional. El descontrol pol¨ªtico-administrativo permiti¨® que muchos aprovechados se forraran y que sindicatos y patronales se financiaran, pero los cursos no se dieron o fueron de calidad ¨ªnfima. ?Qui¨¦nes lo permitieron? ?Qui¨¦nes no supervisaron a los funcionarios que no hicieron su trabajo? Otro ejemplo: la miseria que Espa?a ha conseguido del plan Juncker de inversiones por presentar pocos proyectos. La carrera de los altos funcionarios es frustrante, dependen de sus relaciones personales y pol¨ªticas para ascender, no tienen una trayectoria basada en m¨¦ritos, van de unos destinos a otros cambiando de materia. Pero los pol¨ªticos siguen encantados de repartir puestos funcionariales. Necesitamos Administraciones estables, con carreras de los funcionarios basadas en el m¨¦rito, la jerarqu¨ªa, la especializaci¨®n e impermeable a la pol¨ªtica. Reducir la cantidad de personas que vive de la pol¨ªtica.
Hay grandes multinacionales espa?olas en el textil, banca, hoteles, juego, auxiliar del autom¨®vil o ferroviario, dos colosales marcas mundiales son empresas deportivas espa?olas. Crecieron por impulso de sus empresarios. El nuevo modelo productivo surgir¨¢ porque ellos u otros aprovechen oportunidades, pero eso exige mejores Administraciones; menos, m¨¢s codificada y uniforme legislaci¨®n; infraestructuras para reducir costes (en energ¨ªa, transporte, telecomunicaciones¡) y producir capital humano (universidades y ense?anzas medias m¨¢s exigentes con profesores y alumnos). Hay excelentes profesionales que gestionan multinacionales y grandes empresas; ?por qu¨¦ no, por ejemplo, facilitar el acceso al profesorado universitario de profesionales del sector privado?
Ning¨²n partido reconoce que en la pr¨®xima legislatura las pensiones tendr¨¢n que ser reformadas porque el sistema de cotizaciones sociales es deficitario y, adem¨¢s, incrementa un 30% los costes salariales. ?C¨®mo reducir las cotizaciones para las empresas: por tanto, sus costes laborales? ?C¨®mo mantener el poder adquisitivo de las pensiones? ?Qu¨¦ impuestos crear o subir para reducir las cotizaciones sociales? El gasto p¨²blico est¨¢ desequilibrado generacionalmente, invertimos poco en los j¨®venes; ?qu¨¦ decir a la generaci¨®n perdedora, los mayores de 45 que durante la crisis han perdido el empleo o han salido tocados en sus ingresos y posici¨®n profesional? ?C¨®mo paliar el destrozo que sufrir¨¢n sus pensiones por dejar de cotizar o hacerlo por bases ¨ªnfimas? ?C¨®mo hacer m¨¢s el¨¢sticas sus hipotecas y evitar desahucios? O sea, c¨®mo despejar el miedo que gravita sobre ellos. ?C¨®mo se har¨¢n cargo los bancos de su parte en la burbuja de las hipotecas? El presidente mundial de Adecco, Alain Dehaze, plantea que Espa?a necesita un plan para aumentar los salarios, ?c¨®mo hacerlo?
El Estado (los pol¨ªticos) derrama sus planes sobre la sociedad, pero no se reforma a s¨ª mismo
?C¨®mo reformar el Banco de Espa?a, que permiti¨® comercializar productos t¨®xicos y dej¨® indefensos a millones de espa?oles? ?C¨®mo permite que la TAE de los cr¨¦ditos al consumo en la cadena de grandes almacenes sea del 19,56%? ?C¨®mo defender a los consumidores?
Se pueden elegir otros problemas, pero la idea es que necesitamos un proyecto de pa¨ªs basado en la sociedad, no en la pol¨ªtica y las Administraciones. Ser¨ªa injusto afirmar que en los documentos presentados estas semanas no se contemplan estos problemas y se plantean ideas positivas y ¨²tiles, pero el enfoque sigue siendo pol¨ªtico: el Estado (los pol¨ªticos) derrama sus planes y leyes sobre la sociedad, pero no se reforma a s¨ª mismo. No hay un an¨¢lisis de los sectores fuertes y d¨¦biles de la econom¨ªa ni de nuestro capital humano. No hay una imprescindible gran simplificaci¨®n legislativa, no hay voluntad de equilibrar los poderes sociales: dar m¨¢s poder a las organizaciones de consumidores, que puedan negociar los contratos de adhesi¨®n (hipotecas y cr¨¦ditos) y calificarlos; reformar estos sindicatos que han dejado desamparados a los trabajadores, reformar los partidos, exigir reformarse a instituciones como las Universidades, liberar de cors¨¦s a las empresas.
La CDU alemana o los partidos brit¨¢nicos celebran congresos cada a?o, pero los partidos espa?oles cada cuatro o m¨¢s. Nuestra pol¨ªtica est¨¢ estancada, no produce debates, la opini¨®n p¨²blica percibe que los nuevos dirigentes son inferiores a los de la Transici¨®n y sus ideas son clich¨¦s del pasado. Espa?a exige renovaci¨®n. La duda es si estos partidos son capaces de dise?arla y gestionarla. Que todos hayan retrasado sus congresos es mal comienzo: si no debaten ni respetan sus propias normas est¨¢n en un c¨ªrculo vicioso.
Jos¨¦ Antonio G¨®mez Y¨¢?ez es profesor de Sociolog¨ªa Pol¨ªtica en la Universidad Carlos?III.
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