¡°Quiz¨¢s un d¨ªa el presidente de Indonesia sea una lesbiana¡±
El activista por los derechos LGBT Ded¨¦ Oetomo reflexiona sobre la ola de homofobia en el archipi¨¦lago
Surabaya, Este de Java (Indonesia). Las seis y media de la tarde. Las cortinas est¨¢n cerradas y el acto no se ha anunciado. Ni siquiera en las redes sociales. Fuera llueve a c¨¢ntaros. Varias parejas de veintea?eros aparcan con celeridad su scooter, recogen el chubasquero, empapado, y se recomponen al entrar en la sala. La mayor¨ªa son chicas con hiyab ¡ªvelo isl¨¢mico¡ª, alumnas universitarias de uno de los organizadores. Se proyecta la serie web Conq, del director Lucky Kuswandi. Unos divertidos episodios de ficci¨®n que representan a tres chicos homosexuales indonesios en su batalla diaria por sortear tab¨²s y presiones sociales. Conq es la palabra para decir ¡°gay¡± en el lenguaje coloquial de Yakarta.
El presentador del evento y profesor de varios asistentes es D¨¦d¨¦ Oetomo (Pasuruan, Este de Java, 1953), icono en la lucha por los derechos de las personas LGBT en Indonesia. ?l fund¨® hace 34 a?os la primera organizaci¨®n de este tipo, que hoy se denomina GAYa Nusantara. Su objetivo es ¡°animar a las personas a estar orgullosas de su sexualidad¡±, seg¨²n reza la p¨¢ginaweb de la asociaci¨®n. Pero estos d¨ªas prefieren no llamar la atenci¨®n.
En los ¨²ltimos dos meses, Indonesia asiste perpleja a una incipiente homofobia. El director para Asia de la organizaci¨®n Human Rights Watch (HRW), Brad Adams, lo ha denunciado en una carta dirigida al presidente del pa¨ªs, Joko Widodo. Adams critica una "reciente avalancha de ret¨®rica cargada de odio de los funcionarios p¨²blicos contra las personas LGBT" del pa¨ªs y exige al jefe del Estado un mensaje "sin ambig¨¹edades" en defensa de los derechos de esas personas.
Censura a los emojis gays
Todo empez¨® en enero, cuando los medios locales se hicieron eco de las palabras del ministro de Educaci¨®n Superior, Muhammad Nasir, que declar¨® que los grupos LGBT universitarios amenazan los ¡°valores y moral¡± de las facultades. El 12 de febrero, el Gobierno requiri¨® a las empresas de mensajer¨ªa instant¨¢nea que suprimieran los emoticonos gais porque ¡°no respetan la cultura y las creencias populares del pa¨ªs¡±. LINE fue la primera en aceptar la petici¨®n.
Tres d¨ªas m¨¢s tarde, el vicepresidente Jusuf Kalla solicit¨® al Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) que no financiase los programas de comunidades LGBT en el pa¨ªs. Est¨¢ previsto un fondo de 8 millones de d¨®lares para este apartado en el Sudeste asi¨¢tico.
La Asociaci¨®n Psiqui¨¢trica de Indonesia declar¨® que las personas transexuales padecen ¡°trastornos mentales¡±
El 3 de marzo, la C¨¢mara de Representantes present¨® ante el Ministerio de Comunicaciones e Informaci¨®n del pa¨ªs un proyecto de ley que pretende censurar todo contenido LGBT de las webs visibles en Indonesia. Para culminar, la Asociaci¨®n Psiqui¨¢trica nacional declar¨® que las personas transexuales ¡°pueden clasificarse como personas con trastornos mentales¡±.
Los mensajes hom¨®fobos se extienden en los ¨²ltimos tiempos por la red, bajo el hashtag ¡®#TolakLGBT (¡°tolak¡± significa ¡°rechazar¡±) y en las paredes de algunas ciudades como Yiogyakarta. All¨ª tambi¨¦n acaba de cerrar la ¨²nica escuela isl¨¢mica para transexuales.
Y en el colmo de las declaraciones surrealistas Arief R. Wismansyah ¡ªel alcalde de Tangerang, una localidad a 20 kil¨®mtros de Yakarta¡ª ha manifestado que alimentar a los ni?os con leche y noodles instant¨¢neos los convierte en gays. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
62 a?os de lucha en Indonesia
¡°A lo largo de los a?os, he aprendido, por supuesto, a tener cuidado, pero tambi¨¦n que siempre hay posibilidades¡±, dispara con una enorme sonrisa el impasible profesor D¨¦d¨¦ Oetomo, de 62 a?os, mientras apura una Coca-Cola Zero. Recibe a EL PA?S, en el sal¨®n de su domicilio en Surabaya, frente a una estanter¨ªa repleta de libros y junto a un gato adormilado. Est¨¢ presente su pareja, Purba, un encantador joven de Bali.
Oetomo interpreta los recientes ataques como ¡°algo construido a lo largo del tiempo, m¨¢s que planeado¡±. ?l mismo expuso, en una reciente entrevista para la Universidad de Melbourne, que en los a?os 80 y 90 hab¨ªa pocos ejemplos de personas gays en la esfera p¨²blica indonesia. "Despu¨¦s Elton John se cas¨®, Ricky Martin sali¨® del armario... Me imagino a las familias conservadoras en sus salones, poni¨¦ndose nerviosos¡±.
?l ¡°lo cont¨®¡± en su casa hace 42 a?os y empez¨® a escribir sobre el tema hace 35. Se considera afortunado. Naci¨® ¡°en el seno de una familia con recursos y muy lectora¡±, puntualiza. Descendiente de chinos, de t¨ªos paternos evangelistas, madre agn¨®stica y educado en un colegio cat¨®lico, cree que toda esa diversidad se lo puso m¨¢s f¨¢cil.
¡°En mi ciudad me recordar¨¢n por conseguir la beca Fulbright, lo de ser gay es secundario¡±, opina Oetomo
Asegura que siempre le atrajeron lo chicos. ¡°Hasta que llegu¨¦ a la pubertad, no pens¨¦ que fuera algo raro¡±, rememoraba en un art¨ªculo en la web de GAYA Nusantara. Entonces fue cuando empezaron los comentarios porque no le gustaba el deporte y a menudo jugaba con las ni?as. As¨ª que decidi¨® ir a psic¨®logo. Le mandaron unas pruebas, ¡°para detectar posibles trastornos anat¨®micos y hormonales¡±. Esos ex¨¢menes se hac¨ªan en la capital, Jakarta, a 900 kil¨®metros y, como no ten¨ªa dinero para ir hasta all¨ª, lo cont¨® en casa. Dice que sus padres lo aceptaron de una manera racional: ¡°Lo ve¨ªan como un problema que hab¨ªa que resolver¡±. Su terapia se bas¨® pr¨¢cticamente en la lectura de libros y revistas, en los que aprendi¨® sobre los movimientos gays en otros pa¨ªses. Pero al tiempo, dej¨® de ir.
¡°Cuando decid¨ª cont¨¢rselo a los dem¨¢s, mis padres me preguntaron si no me daba verg¨¹enza; les respond¨ª que ellos me hab¨ªan ense?ado que cuando alguien no hace nada malo no hay de qu¨¦ avergonzarse. Y as¨ª lo cont¨¦ en sociedad¡±, rememora sonriente. ¡°En mi ciudad me recordar¨¢n por conseguir la Fulbright, lo de ser gay es secundario¡±, lanza.
Porque con 24 a?os, D¨¦d¨¦ Oetomo consigui¨® una beca para estudiar en la prestigiosa Universidad Cornell ¡ªuna de las ocho de la Ivy League¡ª, en el Estado de Nueva York. All¨ª escribi¨® el libro Empezar con el indonesio a trav¨¦s del autoaprendizaje. Tambi¨¦n descubri¨® los movimientos LGBT. A su regreso, fund¨® la organizaci¨®n y empez¨® una lucha en la que no se detiene.
Lo que puedes hacer y lo que no si eres gay en Indonesia
¡°En la actualidad, si de alg¨²n modo puedes lidiar con tu familia y vecinos, es posible vivir como LGBT en muchas zonas del pa¨ªs, incluso de manera abierta¡±, admite el veterano activista. Pero a¨²n hay cosas que no se pueden hacer, como registrar el matrimonio. ¡°Algunos activistas m¨¢s viejos que yo no se lo cre¨ªan cuando en 2000 Holanda se convirti¨® en el primer pa¨ªs en aprobar los matrimonios gais. O cuando lo hizo Espa?a en 2004¡±, recuerda. En Indonesia ha habido bodas entre personas del mismo sexo ¡ªincluso religiosas¡ª como el enlace entre dos lesbianas, en 1981, que cubri¨® la revista Tempo. Pero son anecd¨®ticas. ¡°Es posible, pero no legal¡±, se?ala.
Adem¨¢s, los activistas deben ser cautelosos y llevar a cabo las actividades como la proyecci¨®n de la serie en la sombra, como la exhibici¨®n del otro d¨ªa. En 1999, Oetomo fue amenazado de muerte por grupos ultraconservadores tras intentar celebrar el encuentro nacional LGBT, en Solo, en Java Central. ¡°2010 tampoco fue un buen a?o¡±, afirma al recordar el ataque al Festival Internacional de Cine Q!. ¡°Pero estamos luchando tanto como podemos, dadas las condiciones y sin la protecci¨®n del Gobierno¡±, agrega optimista. Dice que cada vez hay m¨¢s activistas y se est¨¢n uniendo entre ellos.Y calcula que hay unas 200 personas en Indonesia ahora mismo escribiendo sobre el tema.
Homosexualidad y religi¨®n
Durante la extensa conversaci¨®n, sale a relucir el tema de la religi¨®n. El profesor, que ense?a Sexualidad a nivel de m¨¢ster, indica que cada vez hay m¨¢s alumnas con hiyab en sus clases. ¡°Son lo suficientemente inteligentes para saber que no se van a volver lesbianas por venir a mi clase¡±, ironiza. Adem¨¢s, insiste en que que todo este revuelo no est¨¢ siendo impulsado ¨²nicamente "por el Islam conservador¡±. El cree que todo esto tambi¨¦n tiene que ver con la apariencia, "que es tan importante para la alta sociedad de Java".
Se suele reiterar que Indonesia es el pa¨ªs con m¨¢s musulmanes del mundo, con cerca de 202,9 millones de creyentes. "Pero lo que no se dice es que hay muchos tipos de Islam. Claro que hay extremistas, pero tambi¨¦n est¨¢ el Islam de la humildad y la humanidad¡±, asevera. ¡°Yo, siendo descendiente de una familia china que sufri¨® el racismo aprend¨ª a no estereotipar a nadie¡±.
El profesor recuerda que una vez, uno de sus estudiantes le solt¨®: ¡°Un d¨ªa el presidente de Indonesia ser¨¢ islamista¡±. ¡°Un d¨ªa, quiz¨¢s, el presidente de Indonesia ser¨¢ lesbiana¡±, le respondi¨® el profesor antes de retarle. "Int¨¦ntalo, yo tambi¨¦n lo intentar¨¦. As¨ª es la democracia¡±, rememora Oetomo con una sonrisa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.