Reconstruir Nepal 365 d¨ªas despu¨¦s

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Ladrillo a ladrillo. Ram Chandra Shreshtra, de 36 a?os, y su mujer trabajan mezclando argamasa en un molde y sec¨¢ndola al sol. M¨¢s de 1.000 ladrillos por jornada. Ninguno de ellos para rehacer su casa; reducida a escombros hace un a?o. Desde entonces, los Shreshtra y otras casi 900.000 familias afectadas por el terremoto esperan a que la Autoridad Nacional para la Reconstrucci¨®n (NRA, en sus siglas en ingl¨¦s) empiece a rehacer Nepal. El resto de la familia de Ram aguarda en una chabola de un remoto pueblo de Sindhupalchok; regi¨®n donde el desastre sepult¨® cerca de 3.500 nepal¨ªes.

Aunque la reconstrucci¨®n deb¨ªa haber empezado este lunes, s¨®lo se ha comenzado a recoger la documentaci¨®n de las v¨ªctimas para la subvenci¨®n de 200.000 rupias (1.654 euros) con la que se reparar¨¢ cada vivienda particular. Los vecinos Myanmar y China, y el propio Nepal, han sufrido terremotos este mes y se acercan las lluvias torrenciales del monz¨®n. Pero pocos creen que el gobierno vaya a desembolsar la cantidad acordada para cada familia sin hogar. Como tampoco se espera que se materialicen pronto los casi 4.000 millones de euros prometidos por los donantes internacionales.

¡°La situaci¨®n sigue estancada porque el Gobierno tiene que dar las directrices para que las organizaciones trabajemos en la reconstrucci¨®n. En realidad, estamos listos¡±, justifica Sergio Garc¨ªa Gonz¨¢lez, director de Cruz Roja Espa?ola en Nepal, manifestando la inquietud de los cooperantes desplegados en Nepal. Adem¨¢s de recaudar cuatro millones de euros, de los que no se han usado ni la mitad, la organizaci¨®n espa?ola estuvo presente desde el principio en Sindhupalchok. ¡°Cruz Roja nos ayud¨® en saneamiento. Pero nos cost¨® mucho esfuerzo que el Gobierno nos diese el dinero que nos correspond¨ªa: los procesos fueron lentos y quer¨ªan beneficiar a unos pocos¡±, se queja Ram.

Insuficiente ayuda gubernamental, que ni lleg¨® ni llega

A pocos kil¨®metros del lugar de trabajo de Ram, Sadika Pragapati, de 26 a?os, vive hacinada con cinco familiares desde hace un a?o. ¡°Gastamos lo poco que nos dieron en comida, que no llegaba. Y esto lo construimos nosotros¡±, cuenta abarcando los escasos tres metros cuadrados de chamizo. Otra docena de chabolas comparten terreno en uno de los peque?os asentamientos que salpican Bhaktapur, el cuarto distrito m¨¢s afectado por el terremoto; a media hora de la capital.

Su casa fue una de las 28.000 que se derrumbaron con el temblor que mat¨® a 329 vecinos. Sadika no s¨®lo tiene que pagar unos 58 euros de alquiler por el terreno sobre el que almacena pertenencias y familiares. Sino que dice no haber recibido apoyo suficiente de las autoridades.

Poco despu¨¦s del terremoto de 2015, el Gobierno cre¨® el Fondo Nacional de Socorro del Primer Ministro, para administrar todas las ayudas de emergencia. Criticado por falta de transparencia, la instituci¨®n distribuy¨® casi 99 millones de euros entre ministerios y gobiernos locales. Hasta ahora, la ¨²nica asistencia econ¨®mica para cada familia afectada ha sido una partida inicial de 124,5 euros, adem¨¢s de 84 m¨¢s en ropa y mantas para el invierno y un extra para cremaciones a los muertos. Un a?o despu¨¦s del desastre, muchos s¨®lo han visto una cantidad ¨ªnfima de lo que les correspond¨ªa.

S¨®lo en dos de los 17 distritos afectados por el terremoto se ha comenzado a recoger la documentaci¨®n necesaria para la reconstrucci¨®n de las viviendas particulares

¡°Tuvimos que dividir la ayuda inicial entre tres familias. No esperamos nada del Gobierno¡±, espeta Sadika, quien compart¨ªa hogar con las respectivas familias de sus dos cu?ados. Una situaci¨®n com¨²n en Nepal; donde muchas de las casas est¨¢n habitadas por varios clanes de acuerdo la forma tradicional del subcontinente indio. Este problema, junto a la falta de documentos de propiedad, se ha repetido en muchas de las viviendas afectadas a nivel nacional.

La desigualdad en la ayuda se agrav¨® por la duplicaci¨®n de los beneficiarios. ¡°Ha pasado en todas partes. Y cuando nos acerquemos al reparto de dinero para la reconstrucci¨®n, m¨¢s casos se dar¨¢n¡±, explica Renaud Meyer, director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), desde el inmenso centro de operaciones en Lalitpur. Esta organizaci¨®n se ha hecho cargo de proyectos de dinero y alimentos por trabajo desde que ocurriese el desastre.

El responsable de la agencia de la ONU a?ade que muchas familias aprovecharon el caos para declarar establos y cobertizos como viviendas afectadas. Tambi¨¦n Krishna Shrestha, asistente m¨¦dico nacido en Sindhupalchok, se?ala que alrededor del 50% de las casas presuntamente da?adas en este distrito fueron registradas despu¨¦s del terremoto.

Los problemas derivados de la legitimidad de los afectados para recibir ayuda llevaron a la Oficina Central de Estad¨ªstica (CBS, en sus siglas en ingl¨¦s), ha restablecer una nueva investigaci¨®n de los da?os desplegando a m¨¢s de 5.000 ingenieros a finales de 2015. Meses despu¨¦s, el peritaje aun no ha terminado en todos los pueblos y ninguna vivienda particular ha sido reconstruida.

A mal gobierno, peor invierno

¡°El Gobierno no nos dio ni un grano de arroz. S¨®lo ONGs y vecinos nos han dado comida¡±, cuenta Pemba Lhamu Dong, de 16 a?os, haciendo hueco dentro de la tienda de bamb¨² y telas que ella y su padre se hicieron en Chachopati, el campamento de desplazados al este de Katmand¨². Esta estudiante y Ang Dava Sherpa, administrador del mayor refugio de v¨ªctimas del terremoto, relatan caos y pillajes en el lugar que alberga a cerca de 3.500 familias. Seg¨²n ambos, la corrupci¨®n en el campamento, ahora bajo supervisi¨®n de Unicef, fue evidente hasta el pasado oto?o.

Poco despu¨¦s del desastre, los ejemplos de corrupci¨®n hicieron que la Comisi¨®n para la Investigaci¨®n del Abuso de Autoridad (CIAA) investigase a autoridades p¨²blicas por malversaci¨®n de ayudas internacionales. A la corrupci¨®n le sigui¨® la negligencia. Ya en diciembre, centenares de kilos de comida de la Corporaci¨®n de Alimentos de Nepal (NFC, en sus siglas en ingl¨¦s) segu¨ªan pudri¨¦ndose en almacenes de Gorkha, regi¨®n en la que se detect¨® el epicentro del terremoto.

Los esc¨¢ndalos y la escasez de asistencia gubernamental contrastan con las m¨¢s de 26.000 toneladas m¨¦tricas de alimentos que siguen almacenadas por la NFC, principal suministrador nacional. Su portavoz, Shrimani Raj Khamal, niega toda incompetencia y justifica que el reparto de s¨®lo 4.500 toneladas para todas las v¨ªctimas se debe a que las autoridades locales no solicitan ayuda. ¡°Creo que la gente necesita m¨¢s comida, pero insisto en que es responsabilidad del gobierno local establecer la cantidad y periodicidad de las raciones, as¨ª como cuando deben distribuirse¡±, justifica desde las oficinas de esta instituci¨®n gubernamental.

Seg¨²n los datos de la NFC, la distribuci¨®n se redujo a una ¨²nico cupo de medio kilo de arroz, pan y legumbres, por persona. En el mejor de los supuestos, esa raci¨®n no sobrepasar¨ªa las 5.000 calor¨ªas. Mientras que la Gu¨ªa Esfera, usada para respuestas humanitarias, estima que los requerimientos m¨ªnimos de seguridad alimentaria de un adulto medio son de 2.100 calor¨ªas diarias.

¡°Claro que la aportaci¨®n del gobierno fue escasa. Han distribuido lo que han tenido¡±, responde Renaud Meyer. El director del PNUD en Nepal puntualiza: ¡°Ha habido mucha distribuci¨®n humanitaria por parte de organizaciones internacionales. Aunque no en todas partes y no de forma igualitaria¡±. En ese sentido, las m¨¢s de 20.000 toneladas distribuidas por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) hasta principios de a?o fueron vitales para evitar un desastre mayor. Tambi¨¦n el centro de operaciones anexo al aeropuerto de Katmand¨², inaugurado por esta organizaci¨®n pocas semanas antes del terremoto, facilit¨® la distribuci¨®n.

La responsable de comunicaci¨®n del PMA en Nepal, Seestashma Thapa, resume la odisea: ¡°Nepal no estaba preparado para un terremoto. El monz¨®n dificult¨® la distribuci¨®n en verano. En septiembre, los esfuerzos se centraron en la constituci¨®n. En invierno, el bloqueo de la frontera multiplic¨® los obst¨¢culos. Y ahora esperamos a que el gobierno de luz verde a la reconstrucci¨®n¡±.

A mediados de 2015 y ante las presiones para rehacer el pa¨ªs, Nepal aprob¨® su constituci¨®n despu¨¦s de 7 a?os de inestabilidad y luchas internas. Pero la autoridad para la reconstrucci¨®n (NRA) tard¨® en formarse medio a?o m¨¢s. Adem¨¢s de la ineficacia pol¨ªtica, los nepal¨ªes soportaron la subida de precios por el bloqueo fronterizo con India durante el fr¨ªo invierno. En un pa¨ªs dependiente de las importaciones vecinas, el cierre de fronteras encareci¨® el precio de los alimentos hasta un 50% durante 5 meses. Seg¨²n el PMA, la gasolina subi¨® m¨¢s del 100%, enfriando los hogares en pie y haciendo que esta organizaci¨®n s¨®lo pudiese distribuir un tercio de los alimentos previstos.

Efectividad de la ayuda internacional, bajo escrutinio

¡°No sabemos d¨®nde van las ayudas que no llegan, pero seguro que los pol¨ªticos y sus familias se benefician de esas conexiones¡±, se queja Rashmila Thapa, quien perdi¨® su casa en Bhaktapur y dice no haber recibido la ayuda gubernamental para el invierno. Los casos de corrupci¨®n local han sido una constante durante d¨¦cadas de inestabilidad pol¨ªtica en Nepal.

Hace cinco a?os, la propia Comisi¨®n para la Investigaci¨®n del Abuso de Autoridad (CIAA) prohibi¨® las actividades del Programa para el Desarrollo de Gobiernos y Comunidades Locales (LGCDP, en ingl¨¦s), destinado a ayudar a los m¨¢s pobres, por la malversaci¨®n de pol¨ªticos locales y sus ac¨®litos. Y hace tan s¨®lo una semana, la misma comisi¨®n denunci¨® a m¨¢s de 35 ex-funcionarios ante los tribunales por cobrarse m¨¢s 360,000 euros asignados al Fondo para Aliviar la Pobreza.

El director de Transparencia Internacional (TI) Nepal, Ashish Thapa, explica los males del pa¨ªs: ¡°La corrupci¨®n pol¨ªtica y la impunidad. La idea es que si se roba dinero, no pasa nada. Lo que inspira corrupci¨®n a niveles inferiores¡±. Seg¨²n el ¨ªndice de esta organizaci¨®n, Nepal figura en el puesto 130? de 168 estados; con est¨¢ndares de gobernanza por debajo del resto de pa¨ªses de su entorno.

La corrupci¨®n y la inactividad del Gobierno impiden que las autoridades dispongan de los miles de millones de euros comprometidos. Pero Ashish Thapa pone en duda la efectividad de las donaciones mismas: ¡°El negocio de la ayuda est¨¢ ideado para que mucho dinero vuelva a parar a los donantes en nombre de beneficios en tasas de exportaciones o mercanc¨ªas. Se tiende a desacreditar a los gobiernos locales, pero este negocio funciona de manera que la poblaci¨®n dif¨ªcilmente se beneficia de las ayudas a largo plazo¡±. En efecto, la mitad del dinero prometido para Nepal, se otorg¨® en concepto de pr¨¦stamos por los pa¨ªses e instituciones donantes.

Hasta ahora, la ¨²nica asistencia econ¨®mica para cada familia afectada ha sido un partida inicial de 124,5 euros, adem¨¢s de 84 m¨¢s en ropa y mantas para el invierno

Adem¨¢s del impacto de las donaciones, los reproches aluden al uso de los fondos por parte de organismos internacionales. El ejemplo m¨¢s recurrente, no por ello menos pertinente, es el de los sueldos de los expatriados internacionales en Nepal. Mientras el salario mensual de un t¨¦cnico extranjero es de hasta 7.000€, su contraparte nacional gana alrededor de 1.000€, e incluso menos de lo que percibe un expatriado en pr¨¢cticas trabajando para algunas agencias de la ONU. Sergio Garc¨ªa Gonz¨¢lez explica la posici¨®n del movimiento de Cruz Roja, con presencia y trabajadores en pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses del mundo: ¡°Los sueldos locales deben estar en base al mercado local. Si se inflaman estos sueldos, se podr¨ªa desestabilizar el mercado local [...] S¨¦ que hay un debate y una brecha salarial. Pero tambi¨¦n se tiene que compensar el desarraigo del que se habla cuando se est¨¢ fuera. As¨ª que el sueldo de los expatriados est¨¢ acorde a sus pa¨ªses de origen, que es donde se firman los contratos¡±.

En el caso del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) en Nepal, las cr¨ªticas se?alan ¡°pobres controles financieros, debilidades en los procesos de pago y salarios sin registrar¡±, seg¨²n la BBC, que se hizo eco de una auditor¨ªa de la agencia brit¨¢nica para la cooperaci¨®n (DFID, en sus siglas en ingl¨¦s) a la administraci¨®n de este organismo. Preguntado sobre ello, Renaud Meyer replica: ¡°Aqu¨ª en Nepal, el PNUD no s¨®lo es auditado por su propio sistema, sino por el de los estados miembros de la ONU [...] DFID es nuestro principal donante. As¨ª que si hubiese habido cualquier queja, no creo que continuasen invirtiendo el dinero de sus contribuyentes aqu¨ª¡±.

La efectividad de las donaciones tambi¨¦n concierne a las agencias. El propio PNUD hace campa?a subrayando que un euro invertido en prevenci¨®n ante desastres ahorra siete euros en acci¨®n humanitaria. Todos los organismos coinciden en que Nepal no estaba preparado para el terremoto. Incluso Khadga Sen Oli, responsable de comunicaci¨®n de la Sociedad Nacional para la Tecnolog¨ªa S¨ªsmica (NSET, en sus siglas en ingl¨¦s): ¡°Exist¨ªan algunas iniciativas. Pero s¨ª; hab¨ªa poca sensibilizaci¨®n y el pa¨ªs no estaba preparado para terremotos¡±. Desconcierta su afirmaci¨®n, como portavoz de una organizaci¨®n que tiene por mandatos la reducci¨®n de riesgos y la promoci¨®n de pol¨ªticas para mitigar los efectos de los terremotos, y que lleva operando con dinero p¨²blico en Nepal desde 1993.

Ram Chandra Shreshtra y su mujer contin¨²an haciendo ladrillos con ayuda de su hija, reci¨¦n llegada del colegio. ¡°Hay que seguir trabajando mientras los pol¨ªticos se ponen de acuerdo¡±, dice Ram, que piensa construir su nueva casa con los mismos materiales que la anterior; a la forma tradicional. Ante los recientes temblores y los estudios cient¨ªficos que revelan la posibilidad de un nuevo terremoto de similares magnitudes, su mujer, Kanchi Shreshtra, de 38 a?os, interviene: ¡°Nadie nos explic¨® c¨®mo construir nuestras casas ni las respuestas ante temblores. Tampoco ahora nadie nos dice c¨®mo actuar¡±.