Harold Walter Kroto y el descubrimiento de los fullerenos
El premio Nobel en 1985 por su descubrimiento de la mol¨¦cula del carbono 60 falleci¨® el s¨¢bado
El pasado s¨¢bado falleci¨® Harold Walter Kroto, uno de esos escasos cient¨ªficos que marcan una ¨¦poca y cuya aportaci¨®n a la ciencia queda para siempre grabada en el acervo cultural de la humanidad. En primer lugar, por el enorme alcance del descubrimiento cient¨ªfico de los fullerenos que realiz¨®, en 1985, junto a Robert Curl y el ya fallecido Richard E. Smalley ¡ªadem¨¢s de los entonces estudiantes Jim Heath y Sean O¡¯Brien¡ª y que, 11 a?os despu¨¦s, les vali¨® la concesi¨®n del premio Nobel de Qu¨ªmica de 1996.
El fullereno C60 es la mol¨¦cula m¨¢s sencilla y abundante y est¨¢ constituida por 60 ¨¢tomos de carbono dispuestos exactamente en los v¨¦rtices de un bal¨®n de f¨²tbol (12 pent¨¢gonos y 20 hex¨¢gonos). La importancia de esta singular mol¨¦cula en forma de jaula de carbono es que representa la tercera forma alotr¨®pica del elemento qu¨ªmico carbono, que a diferencia de los otros al¨®tropos conocidos, diamante y grafito, tiene una estructura molecular con un n¨²mero definido (60) de ¨¢tomos. El estudio de esta mol¨¦cula perfecta por su simetr¨ªa esf¨¦rica ha sido el origen de otras mol¨¦culas de fullereno m¨¢s grandes y de otras formas de carbono en la escala nanom¨¦trica tales como los nanotubos de carbono y, m¨¢s recientemente, el muy popular grafeno, que, sin duda, modificar¨¢n ¡ªya lo est¨¢n haciendo¡ª la tecnolog¨ªa de este siglo y los venideros.
Los fullerenos abrieron un nuevo campo de estudio en ciencia, el de las nanoformas de carbono. Tres d¨¦cadas despu¨¦s es uno de los temas de investigaci¨®n m¨¢s activos y con mayor potencial en el desarrollo de la nanociencia y nanotecnolog¨ªa. Sin embargo, a pesar de la importancia de estas nanoformas de carbono, Kroto siempre insisti¨® en que esta nunca fue su verdadera motivaci¨®n, sino el estudio de la ciencia fundamental y, en concreto, la formaci¨®n y composici¨®n de las estrellas. De hecho, en una reciente entrevista (EL PA?S, 4 de enero de 2016) declaraba que lo m¨¢s excitante de su trabajo cient¨ªfico fue la predicci¨®n que hizo hace 27 a?os de que las mol¨¦culas de fullereno se encuentran en todo el universo, pudiendo ser las que transportan el carbono al lugar en que se forman los planetas. Hoy d¨ªa se sabe que la primera parte de su predicci¨®n era correcta.
Pero si apasionante fue su vida cient¨ªfica, su historia humana no lo ha sido menos. Con un apellido, Kroto, de apariencia japonesa, como sol¨ªa decir, su padre de origen jud¨ªo y con apellido de origen polaco, Krotoschiner, lo cambi¨® en 1955, probablemente para enmascarar su condici¨®n de refugiado llegado de Alemania a Gran Breta?a a finales de los a?os treinta.
Harry Kroto ser¨¢ recordado no solo por sus muchos amigos sino, tambi¨¦n, por las futuras generaciones por su gran aportaci¨®n a la ciencia y por su humanismo infinito
Kroto naci¨® en Wisbech, un pueblecito de Cambridgeshire en Inglaterra, el 7 de octubre de 1939, un mes despu¨¦s del comienzo de la II Guerra Mundial. Este hecho hizo que su padre fuese internado en la isla de Man al ser considerado un enemigo y que ¨¦l y su madre fuesen enviados desde Londres a Balton en 1940. A pesar de estas circunstancias, sus padres cuidaron con esmero la educaci¨®n de su hijo, quien siempre mostr¨® inter¨¦s por el arte y las ciencias y, en concreto, por la qu¨ªmica. Este inter¨¦s le llev¨® a la Universidad de Sheffield por tener uno de los mejores departamentos de Reino Unido, y posteriormente a la Universidad de Sussex, donde realiz¨® su tesis doctoral (1961-1964). Tras varias estancias posdoctorales, Kroto era especialista en espectroscopia, que utilizaba para el estudio de ciertas mol¨¦culas con cadenas de carbono que condujeron al descubrimiento del C60, producto de la colaboraci¨®n entre las Universidades de Sussex y Rice (Estados Unidos).
Hombre preocupado por los dem¨¢s, lo que le vali¨® tener una gran popularidad y un enorme n¨²mero de amigos dentro y fuera de la profesi¨®n, fue nombrado sir por la reina Isabel II de Inglaterra en 1996. Kroto se retira de Sussex a la Universidad del Estado de Florida en 2004, donde permaneci¨® hasta el pasado 2015, cuando, coincidiendo con el 30? aniversario del descubrimiento de los fullerenos, se le hizo un homenaje en la Royal Society of Chemistry en Londres. Tuve la suerte de asistir a este momento hist¨®rico que mostr¨® al Kroto humano de siempre con signos graves de la enfermedad (HeLa) que, finalmente, ha acabado con su vida.
Kroto fue un adelantado a su tiempo y nos ha dejado algunos mensajes claros que no debemos desatender. Ya en 1996 dijo que sin educaci¨®n cient¨ªfica la humanidad no durar¨ªa m¨¢s all¨¢ del siglo XXI. Este mensaje a¨²n no ha calado en los responsables de la ciencia en nuestro pa¨ªs. Iconoclasta y rompedor, creyente de la ciencia, firm¨® una carta de condena al papa Benedicto XVI por ser antagonista de lo secular. Si bien afirmaba que no hay lugar para Dios en la ciencia, consideraba el humanismo algo que re¨²ne todo lo bueno que hay en la religi¨®n y nada de lo malo.
Enemigo de los mitos por considerarlos ¡°la causa de la conformidad del pensamiento¡±, se defin¨ªa a s¨ª mismo como ¡°un tipo bastante decente¡± al que no le importaba mucho c¨®mo le gustar¨ªa que fuese recordado. Harry Kroto ser¨¢ recordado no solo por sus muchos amigos sino, tambi¨¦n, por las futuras generaciones por su gran aportaci¨®n a la ciencia y por su humanismo infinito. Como se dijo de Lavoisier, se tardar¨¢ m¨¢s de un siglo en tener otro cient¨ªfico de esta talla.
Nazario Mart¨ªn es catedr¨¢tico de Qu¨ªmica Org¨¢nica en la Universidad Complutense y presidente de la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a.
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